Un amigo me cogió en mi cama con mi esposo dormido junto a nosotros
10,380 Lecturas
Quiero platicarles de algunas experiencias, pero, sobre todo de una en particular que paso hace casi un mes, cuando un amigo me cogió en mi cama, con mi marido durmiendo al lado nuestro. Nuestro amigo se llama Aldo, aunque básicamente, es amigo de mi esposo Raúl y me lo presento unos días antes de casarnos. Por lo que se, estudiaron juntos y se hicieron muy buenos amigos, según ellos, son casi hermanos, aunque ahora es nuestro compadre. Aldo vive en Cuernavaca, pero constantemente viene a comprar cosas para su negocio y siempre se queda en nuestra casa. Pero unas dos semanas antes de mi boda por el civil, cogí con Aldo por primera vez y desde entonces, cuando viene, aprovechamos para coger todo el tiempo posible.
Aldo es un cabrón que no deja ir a una viva y aunque no es guapo, tiene algo que llama la atención y eso, sin necesidad de ver la vergota que se carga. No es que me gusten vergones, pero de vez en cuando, es muy rico sentir algo de dolor cuando te cogen, además, de que es de los más pervertidos que he conocido. En resumen, Aldo no es el tipo con el que quieres tener una relación, pero si, la clase de hombre con el que quieres coger de vez en cuando y que te haga cosas que ningún otro hombre, se atreve a hacerte. Incluso, lo atrevido que es, para insinuarme algo o tocarme, con Raúl cerca de nosotros, me pone super cachonda. Así que sus visitas, siempre me llenan de adrenalina y muchísimo placer, además de mucho miedo.
Antes de seguir, les explico que me pondré Lily de nombre, aunque ningun nombre que ponga aquí es el real y tengo 27 años, con 6 de casada con Raúl. Fuimos novios 2 años, antes de casarnos y Aldo, fue el primero con el que le fui infiel al que ahora es mi esposo a 15 dias de la boda. La verdad es que, considero que mucha culpa es de Raúl, porque mientras él se iba a trabajar, me pedía que atendiera a Aldo y si sabía cómo era su amigo, ¿que esperaba que pasara? ¿Quién deja a su pareja con alguien que sabes que solo anda buscando donde meterla? Cuando conocí a Aldo, apenas tenía como poco más de un mes de que comenzamos a vivir juntos Raúl y yo, porque ya estaba embarazada de 3 meses de mi hijo mayor.
Estábamos en plenos preparativos para la boda y Raúl lo invito a quedarse, los 3 dias que iba a estar en la ciudad. Aldo no perdía oportunidad para chulearme, decir que estaba muy sabrosa y que Raúl, no sabía lo afortunado que era. Para el segundo dia que estuvimos solos, nos besamos y cogimos en mi propia cama, mientras Raúl trabajaba. Hasta que ya estábamos en la cama, le dije a Aldo que estaba embarazada y que lo hiciera despacio, porque después de ver su verga, pensé que me podía lastimar. ¿Creen que le importo? Le valió madres, hasta parecía que le hubiera dicho que me diera con ganas. Nunca había sentido cuando una verga te llega hasta el fondo y toca algo que supongo es el útero, causando un poco de dolor, pero que llega a ser muy rico.
La verdad es que yo siempre he sido muy miedosa y le dije que no podíamos volver a coger y mucho menos, dentro de mi casa. Pero al día siguiente, casi cuando ya se iba, no pude resistirme, aunque Raúl estaba en la casa. Aldo, me arrincono en el baño, mientras Raúl que sabe un poco de mecánica, revisaba la camioneta de Aldo. Me dijo que tenía dos opciones, que lo hiciéramos rápido y en silencio o que me hiciera la difícil y que Raúl se diera cuenta. Realmente estaba molesta porque de por sí, al coger con él, el día anterior, me arriesgue a que Raúl nos atrapara y todo se fuera a la chingada. Pero no quería discutir y me baje solo un poco los pantalones para que Aldo me cogiera, pero la realidad, es que me encanto coger así. Luego de solo un par de minutos de que me cogió con fuerza, me pidió que se la chupara para que se viniera rápido y lo ayude a venirse con mi boca. En ese entonces, no me gustaba tragármelos y los escupí en el lavabo, pero no quería estar ahí con Aldo y no me lave la boca por salir rápido.
Cuando salimos del baño, Raúl estaba terminando de cambiar no sé qué cosa de la camioneta de Aldo y ni cuenta se había dado. Se salió de donde estaba tirado y me abrazo, tratando de besarme y yo le dije que no, porque estaba todo mugroso y sudado. Aunque en realidad, era por lo que acababa de hacer en el baño. Entonces, el cabrón de Aldo dijo, “Ya comadre, no seas sangrona. Dale sus bezotes a mi compadre, que vea lo mucho que lo quieres, que te valga verga si esta mugroso”. Inocentemente, Raúl dijo que no fuera mala y que lo besara, así que, por insistencia de ambos, lo bese, mientras podía ver como el cabrón de Aldo se reía. En realidad, no me gusto hacerlo, en ese entonces, me pareció una falta de respeto al que iba a ser mi esposo. Pero a Aldo le divirtió que besara a Raúl, sin ni siquiera 2 o 3 minutos después de haberle chupado la verga y, además, de haber recibido su semen en mi boca.
Sentí alivio cuando la camioneta de Aldo se alejaba por la avenida y me prometí que nunca dejaría que volviera a pasar nada con él. Para nuestra boda, Aldo regreso, pero venia acompañado de la que era su novia. Gracias a que todo el mundo andaba atrás de mí, no hubo un solo momento a solas con él. Pero unos dos meses después, Raúl me dijo que Aldo iba a quedarse nuevamente unos días y me puse nerviosa. En cuanto Raúl se fue a trabajar y estuvimos solos, no perdió el tiempo en tratar de calentarme. Lo rechace, haciéndole ver, que ya estaba casada y no quería que volviera a pasar nada entre nosotros. Además, yo ya iba para los 6 meses de embarazo y ahora sí, me preocupaba que me lastimara si se portaba como la primera vez. Pero al hijo de puta, le valía madres lo que yo dijera, me abrazo a la fuerza, me trato de besar y al no dejarme, comenzó a chuparme el cuello y las tetas.
Bueno, pues no me pude resistir, me puso muy cachonda ver y sentir, como se tomaba mi leche y nuevamente cogimos en mi cama, pero esta vez, completamente desnudos, ya que, en la primera ocasión, solo medio nos desvestimos. Como pensé, fue rudo y aunque traté varias veces de hacer que fuera un poco menos intenso. Aldo, decía que hacerlo duro, le hacía bien a su futuro ahijado y que, además, lo ponía cachondo terminar de fabricar el chamaco de Raúl. Me di cuenta que Aldo era una máquina de coger, pues no pasaba prácticamente nada, cuando nuevamente la tenía dura y quería metérmela de nuevo. Me dolía la panza por sus cogidas, pero realmente me gustaba el nivel de excitación que alcanzaba con Aldo y no pude negarme ni una sola vez. Me costó trabajo, pero lo mantuve a raya mientras Raúl estaba en la casa, porque realmente me daba mucho miedo que nos atrapara.
En esa ocasión, al final del segundo día que Aldo estuvo en la casa, me asusté mucho, porque durante la noche tuve un sangrado muy abundante y Raúl me tuvo que llevar al hospital. Me daba miedo perder a mi hijo por no aguantarme las ganas de coger ya por dos dias con Aldo. Por suerte, en la primera noche que estuvo Aldo en la casa, también había cogido con Raúl, pero el, era completamente delicado y cuidadoso. Precisamente, fue de lo primero que preguntaron en el hospital, ¿que cuando habíamos tenido relaciones por última vez? En realidad, yo sabía que tenía apenas unas 5 horas de haber cogido con Aldo, pero obvio, dijimos que la noche anterior. Me revisaron y nos dijeron que tenía una ligera infección en vías urinarias y que posiblemente, eso y tener relaciones, provoco el sangrado. Pero que debería estar en reposo y evitar, tener sexo, porque otro sangrado, podía ser peligroso.
Me dieron el alta en la madrugada, junto con medicamentos y las indicaciones de los cuidados que debería tener. Ese día, no era fin de semana como en la anterior visita de Aldo y Raúl quería faltar a trabajar para cuidarme. Le dije que se fuera al trabajo, que estaba bien y que cualquier cosa, yo lo llamaría. Como quería tener días libres cuando naciera el bebé, dijo que estaba bien y un rato después, se despidió de Aldo, diciéndole que ya sabía que esa era su casa, cuando tuviera que regresar. Raúl se fue al trabajo a las 8 am como todos los días e inmediatamente Aldo entro a la recamara a verme. Le dije que era su culpa por no hacerme caso de que lo hiciera despacio, pero ni siquiera se disculpó. Al contrario, comenzó a manosearme y a tratar de ponerme cachonda para cogerme, pero le dije que me lo habían prohibido y por nada del mundo, cogería con él en esos momentos.
Realmente, era por demás decirle algo a Aldo, el solo quería cogerme, aunque estuviera yo acostada y todavía a asustada por lo que había pasado. Lo amenace con gritar y le dije que no me hiciera hacer fuerzas, porque me podia lastimar y dijo que podíamos hacer mucho, sin necesidad de coger. Me negué lo más que pude, pero entre sus besos y su verga que me la pasaba por la cara y mis tetas, me fue poniendo cachonda. Luego se pegó a mis tetas para chuparlas hasta vaciar mi leche y me puso tan cachonda, que deje de negarme. Sus chupadas fueron bajando de mis tetas a mi panza, hasta llegar a mi pucha y comenzó un sexo oral realmente delicioso. No sé qué tiempo me la estuvo chupando, pero me hizo venir solo con su boca. Luego de un rato, se montó sobre mi pecho o más bien, sobre mi cuello y me metió su verga a la boca, mientras hacia sus manos por atrás de él, para apretar mis tetas y seguir sacando mi leche.
Aun no sé, como puede provocarme todo lo que siento cuando estoy con él, pero recuerdo que estuve a punto de pedirle que me cogiera, sin importarme lo que pasara. Por suerte, me comenzó a decir que se iba a venir y que quería que me los tragara todos y aunque yo no podia sacarme su verga para hablar, le decía que no con la cabeza. Quería decirle que ni los de Raúl me tragaba porque me daban asco, pero no me dio oportunidad y se vino en mi boca. Trate de girar mi cabeza para escupir, pero no me dejo, me sujeto con fuerza hasta que sentí que me ahogaba y tuve que tragármelos. Cuando me saco la verga de la boca, traté de escupir lo que más pude, pero era nada comparado con lo que tuve que tragarme. Fue la primera vez que me tragaba el semen de alguien y ni siquiera había sido el de mi marido. Le reclame, pero el cabrón dijo que le hacía bien al niño porque eran puras proteínas.
Poco después, Aldo se estaba despidiendo para irse y ya estando sola, poco a poco, me cayó el veinte de que, si algo le hubiera pasado a mi bebé, hubiera sido por culpa de no poder aguantarme. Nuevamente, me prometí que, la próxima vez, iba a ser más fuerte y le diría que nunca más volveríamos a coger. Pero Aldo ya me había tomado la medida y sabia como hacerme perder el control, así que, nunca pude rechazarlo. El tiempo fue pasando y entre más pasaba, más me acostumbraba a Aldo y todas las cosas que le gusta que hagamos. Hasta la fecha, me cae bien gordo que me manipulara y me siga manipulando sin que pueda hacer nada para evitarlo. Me chocaba y me sigue chocando que sea tan hipócrita con Raúl, porque siempre parece ser un super amigo para él, pero al mismo tiempo, me usa como se le antoja.
Pero yo misma tambien me caigo gorda, porque a lo largo de 6 años, he aceptado muchas veces faltarle al respeto a mi familia, por complacer las locuras de Aldo. Como cuando mi primer bebé estaba de meses y Aldo me cogía en mi cama, con la cuna a un lado y nuestros gemidos lo despertaban. Yo quería realmente levantarme a calmarlo y Aldo, con más fuerza me daba, mientras le decía cosas como, “Espérate chamaco, que tu madre está ocupada tragando verga”. Me daba coraje que hiciera cosas como esa, pero eran momentos tan calientes, que no podia más que esperar a que Aldo terminara, para correr a ver a mi hijo. Igual pasaba sin estar cogiendo, pues muchas veces se acercaba a mi bebé, incluso estando Raúl en la casa y lo escuche decirle, “Que lindo saliste cabrón, pero eso fue gracias a las cogidas que le pegaba a tu mamá cuando estabas en su panza”. Pero, aunque me enojara y le dijera que dejara de estar de idiota, fueron varias veces que lo hizo.
Algo parecido hacia cuando mi bebé comenzaba a caminar y Aldo quería cogerme con la puerta abierta, porque decia que el niño ni cuenta se daba o que no entendía lo que pasaba. Nunca deje la puerta abierta, pero me daba remordimiento salir del cuarto y que mi bebé me viera salir acompañada de Aldo. Lo mismo, cuando el cabrón de Aldo, me besaba y me manoseaba con mi hijo jugando frente a nosotros, pero aunque protestara, nunca lo podia detener. Fue hasta que mi bebé comenzó a hablar y que le conté que, le dijo a su papá que yo había estado jugando con su tío, que Aldo le bajo a su descaro. Por suerte, Raúl no le prestó atención al niño y entretuve con otra cosa a mi hijo, para que no siguiera hablando de eso. Tambien fue cuando comenzamos a irnos a moteles en lugar de coger en mi casa, pues por muy descarado que fuera, Aldo sabía que podríamos tener problemas con Raúl, si a mi hijo se le salían más cosas.
Conforme fue pasando más tiempo, ya no se conformaba con solo las cosas que hacíamos en privado. De por sí, yo hacía muchísimo más cosas con Aldo, que, con Raúl, porque nunca me podia negar a nada, incluso si no me gustaba o me dolía. Ya les mencioné lo de tragarme el esperma, que era algo asqueroso para mí, pero Aldo prácticamente me acostumbro a tragarme el suyo. Aún sigue sin gustarme y no me he tragado el de nadie, solo el de Aldo. Lo mismo con el sexo anal, que ni a mi esposo se lo he permitido nunca, pero para Aldo es algo necesario casi siempre que cogemos. Y cosas que realmente me han dolido como meter su mano completa en mi pucha para masturbarme. Pero hay otras asquerosas y humillantes para mí, como escupirme, que se orine mientras me coge o peor, mientras se la estoy chupando. Me molesta, pero, aunque le diga que no me gusta, a él no le importa.
Debió ser cerca de los tres años de casada y el mismo tiempo que tenía con Aldo, cuando comenzó a decir que le gustaría hacer un trío con otro hombre o con otra mujer. Le dije que estaba loco y que rotundamente, nunca estaría con una mujer, porque no soy lesbiana y no me interesaba experimentar eso. Sobre hacer un trío con otro hombre, definitivamente no lo haría, porque ya era mucho que le fuera infiel a Raúl con él, como para, además, involucrar a alguien más. Cuando me dijo eso, me dio miedo, porque ya lo conocía, no iba a parar hasta que hiciéramos algo así. Tal como pensé, en su siguiente visita, ni me pregunto, llegando al motel hizo unas llamadas sin importarle que protestara y contrato un prostituto. Tambien fue la primera y única vez que he hecho un trio, aunque si me pusieron muy cachonda, no me gusto que Aldo le decia al tipo que me hiciera lo que quisiera.
Creo que, con ese trío, me di cuenta lo poco que le importaba yo a Aldo y no es que esperara algo más, pues el me insultaba mucho siempre que cogíamos. Eso sin contar las cosas humillantes que a veces me hacía, pero hasta esa vez, para mí, era algo pasional entre él y yo. Pero compartirme así, diciéndole al tipo que me usara, que era casada, pero que me encantaba la verga por cualquiera de mis hoyos porque era bien puta, me molesto. Mas cuando le dijo que podia hacerme lo que quisiera, que podia cogerme por donde quisiera, que me podia dar sin condón. Y que podia escupirme, orinarme, venirse adentro o en mi boca e incluso pegarme, me hizo sentir muy humillada. Era un sentimiento extraño, porque me molesto mucho, me sentí humillada, pero al mismo tiempo, los dos me excitaron mucho. Aun así, le dije la verdad, que lo había disfrutado, pero nunca se le volviera a ocurrir tratar de que hiciéramos algo con alguien más.
Fue una temporada donde trate de alejarme de Aldo, porque no solo seguía teniendo miedo de que Raúl descubriera lo que pasaba. Tambien porque no me gustaba sentir que Aldo me humillaba. Me daba cuenta que me usaba como un objeto sin importarle en lo más mínimo mis sentimientos o los problemas que me podia causar con Raúl. Siempre sentía alivio cuando Aldo se iba y sabía que pasarían un par de meses por lo menos, para que regresara. Pero cerca de las fechas, donde debía venir, me comenzaba a sentir cachonda, pensando lo que íbamos a hacer en su próxima visita. Pero después del trío, ya no quería que regresara y busque alguna forma de no verlo o por lo menos, no quedarme a solas con él. Entonces, aunque no tenía muy buena relación con mis papás, sobre todo con mi mamá, cuando Raúl me dijo el día que llegaría Aldo, le dije que si me dejaba estar unos dias con mis papás. De todas formas, estarían felices de ver a su nieto por unos dias y pues les llame para avisarles.
Al principio, fue un alivio no ver a Aldo y abrían pasado al menos 3 o 4 meses, para verlo a ver y eso, solo si no encontraba otra excusa para no estar en mi casa. Pero pensé que no estar, podría hacer sospechar a Raúl de que algo pasaba entre Aldo y yo. Por primera vez, comencé a preocuparme de que Raúl, pudiera darse cuenta por algún descuido mío, no necesariamente en esos dias, sino en todo el tiempo que tenía cogiendo con él. Pues, aunque, nunca teníamos comunicación de ninguna clase por teléfono, podría haber otras cosas que nos delataran, pero no podia pensar que, simplemente me preocupe. Solo el primer día en casa de mis papás, me sentí tranquila, al segundo día, me sentía angustiada, por todo lo que pasaba por mi cabeza. Pero luego, cuando salí a comprar unas cosas que pensaba dejarles a mis papás, me encontré a una amiga y a su hermano Leonardo, que había sido compañero mío en la escuela. Comenzamos a platicar de nuestras vidas, me invitaron a la casa de ella, que ya estaba casada y su hermano estaría esa tarde con ellos.
Mientras estaba con ellos, recibí una llamada de Raúl, para preguntarme como estaba, entonces le dije dónde y con quien estaba y le dio mucho gusto saber que estaba saludando a mis viejos amigos. Durante la llamada, el idiota de Aldo grito desde el fondo, “Hola comadrita, que lástima que no pude saludarte esta vez, ya será para la otra. Al rato me voy a llevar a mi compadre con unas chicas malas”. A Raúl le dio risa, porque lo tomo a broma, pero me molesto mucho, que siquiera insinuara que Raúl, aceptara salir a ver viejas. Pero la llamada me tranquilizo, al saber que todo estaba normal en mi casa y que Raúl, estaba tranquilo. Fue, cuando más pensaba, ¿qué madres hago cogiendo con un imbécil como Aldo? Ni me trataba bien, ni le interesaba nada de mí, ni siquiera le preocupaba que Raúl se diera cuenta algún dia. Mientras Raúl, además de que en verdad nos amamos, es bueno no solo conmigo, sino también con nuestros hijos y con toda la gente que lo conoce. En verdad, ¿soy tan idiota? me preguntaba yo. Ni siquiera llegue a pensar en serle infiel a mi esposo y lo he sido desde antes de casarnos, gracias a Aldo.
Regresando a la reunión con mis amigos, cuando ya me iba, Leo se ofreció a llevarme a la casa de mis papás. En el camino, me decia que estaba más guapa que antes y que no se me notaba que ya hubiera tenido un hijo. Me di cuenta que me estaba coqueteando y aunque no me gustaba, dejé que lo hiciera. Creo que pense que, si probaba el sexo a solas con alguien diferente a Aldo, a lo mejor, cerca a como lo hacía Raúl, valoraría que me trataran bien. Termine en un motel con Leo y aunque me gusto, en ningún momento me llegue a sentir, tan excitada como con Aldo o Raúl. Así que, salí más decepcionada y arrepentida, que contenta, pero me sirvió para saber que tener otro amante, nunca me haría sentir bien. Entonces, trataría de alejarme de Aldo, porque no lo necesitaba, Raúl, siempre ha sido el único del que me he enamorado y me encanta hacer el amor con él. De hecho, hasta la fecha, cuando Aldo no está, me gusta mucho todo lo que hago con Raúl. Es mi esposo y con todo y sus defectos, me encanta, desde la cama, hasta la forma en que nos enojamos y contentamos.
La siguiente vez, Aldo regreso a la ciudad a poco menos de los 2 meses de su última visita, cuando yo me fui con mis papás. Ya había planeado como evitarlo, porque como dije antes, sería muy sospechoso, desaparecer nuevamente mientras Aldo estuviera de visita. Aldo llego por la noche y en la mañana, le pedía a Raúl que me llevara a la plaza, para comprar cosas para la comida. Me entretuve por ahí por horas, esperando que cuando regresara a la casa, Aldo se hubiera ido a comprar su mercancía. De todas formas, tenía el pretexto de hacer la comida con el tiempo encima, así que pase por mi hijo con la vecina que lo cuida, poco despues de las 2 pm, casi a dos horas de que regresara Raúl. Sin tiempo para escaparnos a un motel, no le permitiría más que sus manoseos o alguno que otro beso. Mientras mi hijo jugaba, Aldo me siguió a la cocina y comenzó a tratar de calentarme. Pero yo lo rechace, porque mi hijo podia vernos o peor, podría llegar Raúl antes.
Ya tenía tiempo que no hacíamos nada en la casa, por lo que ya les platiqué y esa tarde, no le iba a permitir demasiado. Él se había dado cuenta que me fui con Raúl para no estar con él y me comenzó a preguntar que si todavía estaba enojada por lo del trío. Le dije que sí, pero que, de todas formas, no quería que siguiéramos engañando a Raúl, porque no se lo merecía. Comenzó a decir que bien que me había gustado sentir dos vergas y que, de seguro pensaba en eso cuando me cogía Raúl o cuando me masturbaba. Todo me lo decia mientras yo trataba de cocinar y el me manoseaba. No sé cómo lo hizo, pero cuando me di cuenta, ya me estaba cogiendo de pie en la cocina y eso que me había puesto jeans en lugar de falda, para que no le fuera tan fácil. Además, me la estaba metiendo en el culo y aunque no es mi sexo favorito, me había puesto nuevamente bien cachonda. De repente, mire a un lado y mi hijo estaba justo en la entrada de la cocina, mirando como me cogía Aldo y me asuste muchísimo. Por suerte, no nos habíamos desnudado y yo solo tenía un poco abajo los pantalones. Aldo trato de retenerme, pero le tiré un madrazo y corrí a cargar a mi hijo, mientras le explicaba que me había lastimado y que Aldo solo me estaba ayudando.
Realmente me odie por eso y por lo débil que puedo ser con Aldo, porque yo estaba segura, que no permitiría nada y encima, mi hijo nos había visto. Ni siquiera estaba segura de que tanto vio, porque no tenía mucho que había volteado a verlo y estaba jugando en su recamara. Esperaba que hubiera sido demasiado poco, como para que le diera importancia. Luego le dije que no le fuera a decir a su papa, porque se iba a preocupar si sabía que me había lastimado. Cuando Aldo quiso entrar en la recamara de mi hijo, donde estaba yo con él, le grite que se largara de ahí. Jugué un poco con mi hijo, antes de dejarlo nuevamente jugando y le dije a Aldo, que era muy en serio, que no quería nada más con él y que si intentaba nuevamente, aunque sea tocarme, no me iba a importar y le diría a Raúl, que se había tratado de pasar conmigo y ya veríamos, a quien le creía. Creo que en verdad me vio encabronada, porque ese dia y los otros dos dias, ya no me insistió en nada.
En mi mente, me hice a la idea, que ahora sí, ya no tendría que preocuparme por Aldo y que finalmente, eso se había terminado. Por cierto, mi hijo, nunca menciono nada de lo que vio. Poco antes de que Aldo regresara de nuevo, me entere que estaba embarazada por segunda vez, aunque no le dije nada a Raúl todavía, porque de momento, me entro la duda de quien sería el papá. Lo bueno, es que, por las fechas, debió ser poco antes de la última cogida con Aldo y por suerte, al idiota se le ocurrió hacérmelo anal o no sé qué hubiera hecho. No había dudas que era de Raúl, porque si hubiera la más mínima duda, lo hubiera abortado sin pensarlo dos veces, antes de que Raúl lo supiera. Nunca en la vida, tendría un hijo con el idiota de Aldo, por mucho que me guste coger con él. Mi segundo hijo, fue algo así como un milagro, porque yo estaba tomando anticonceptivos, además de que, por fortuna, no hay la más mínima posibilidad de que no sea de Raúl.
La siguiente visita de Raúl, fue la única, que sin tener que esconderme, lo mantuve alejado de mí desde que lo conocí y parecía que él había finalmente entendido, que no queria nada con él. Aunque el ambiente se sentia raro, yo podia sentir que había una tensión extraña, pero afortunadamente, Raúl no se dio cuenta de eso. Pero el gusto no me duro mucho, pues cuando regreso de nuevo, yo iba para los 4 meses de embarazo. Al quedarme a solas con Aldo, se me acerco a preguntar de quien era mi nuevo hijo y que si habia posibilidades de que fuera de el. De la forma más fría posible, le dije que estaba idiota si pensaba que lo tendría si sospechara que era de él. Le asegure que era de Raúl y no me aguante las ganas de decirle, que gracias por hacérmelo por el culo aquella última vez, porque si no, lo hubiera abortado. Luego de eso, me insistió que fuéramos a un motel un rato, porque según él, teníamos que cumplir la tradición de que completara a mi hijo y que, de esa forma, saldría tan lindo como el mayor. Obviamente, lo mande derechito a la chingada con su propuesta.
Yo trate de mantener a mi hijo jugando lo más cerca de mí y si lo perdía de vista, me iba a buscarlo. De esa forma, podría mantener a Aldo más fácilmente lejos de mí. Pero la naturaleza hizo su maldito trabajo y tuve que ir al baño, un par de veces. En la primera ocasión, miré que Aldo estuviera distraído y casi corrí a encerrarme, aunque cuando salí, me estaba esperando, pero pude escaparme, porque mi hijo también me estaba esperando para que siguiera jugando con él. En la segunda, no tuve tanta suerte, porque, aunque me fijé que Aldo estuviera sentado en la sala, cuando corrí al baño, él también lo hizo. Casi logre encerrarme, pero puso el pie para atorar la puerta y aunque le dije que se largara, empujo fuerte y se metió conmigo. Yo no paraba de decirle que se largara y se lo decia muy enojada, pero lejos de hacerme caso, me abrazaba y trataba de besarme. Sus manos comenzaron a meterse por todos lados donde no debían y yo lo empujaba y le decia que, si lo hacía, eso era una violación y que lo iba a denunciar, aunque se enterara Raúl.
Como no podia con él, trate de engañarlo, diciéndole que estaba bien, pero que me estaba orinando, que se saliera y que despues de orinar, le llevaría el niño a la vecina y que iría con él a un motel. Aldo, dijo que mejor que me estuviera meando, porque tenía tiempo que no hacíamos algo sucio y que mejor, me meara mientras me cogía. No sé qué paso, pero entre sus besos en mi cuello, sus manos por todos lados y lo que me dijo, me puse cachonda. Estúpidamente lo comencé a dejar que me agarrara donde quisiera y cuando trato de besarme de nuevo, le respondí el beso. Otra vez regrese a lo mismo y yo misma me quite los leggins que tenía puestos para no mojarlos. Me empine con las manos en el inodoro y Aldo me comenzó a coger. Me di cuenta que realmente extrañaba sentir los piquetes de su verga llegando hasta mi útero. Aldo me daba sus acostumbrados empujones con toda su fuerza, mientras me decia que queria sentir como me orinaba en su verga. Yo estaba tan cachonda, que, en verdad, trataba de orinarme, pero no podia, no sé qué tenga que ver, pero fue hasta que Aldo me la saco de la pucha para metérmela en el culo, que pude soltar todo lo que tenía. Realmente sentí un alivio, porque entre mis ganas de orinar y las cogidas de Aldo, ya me comenzaba a doler la panza.
Recuerdo pensar que, pues ya que le hacía, de todas formas, ya me estaba cogiendo de nuevo. Solo queria que se apurara, para salirnos del baño, esperando que mi hijo no hubiera escuchado mis gemidos. Entonces, Aldo mientras me seguía cogiendo, me pregunto si recordaba la segunda vez que habíamos cogido y como tuve que besar a Raúl, justo despues de que se vino en mi boca. Le dije que sí, pero que no me había gustado faltarle al respeto así a Raúl. Pero a Aldo, parecía excitarle eso y me dijo que queria que lo volviera a hacer. Podía sentir que estaba en su momento de más excitación, cuando me decia que queria cogerme y venirse en mi boca, justo antes de que fuera a coger con Raúl. Aunque eso no me parecía correcto, no pude evitar ponerme aún más cachonda de lo que ya estaba, mientras lo decia. Unos segundos despues, me dijo que se venia y pusiera mi boca. Corrí para hincarme, que me la metiera en mi boca y esperar que se viniera. Cuando termino, le dije que ni se le ocurriera algo así y que estaba bien si se ponía cachondo con eso, pero que no lo haría.
Antes de salirnos del baño, me moje las piernas para no oler a orines, me vestí y le dije a Aldo que se quedara ahí, mientras yo veía si mi hijo estaba afuera o en la recamara, para que lo entretuviera y no lo viera salir. Al abrir la puerta, mi bebé estaba en la puerta de su cuarto con cara de preocupado, lo abrace y nos metimos a su recamara, mientras le decia que es que, estaba enfermita de mi panza. Por suerte, no vio cuando salió Aldo del baño y me quede un rato, jugando con él. Luego de un rato, tuve que ir al baño a limpiar el cochinero que habíamos dejado, porque no tardaba en llegar Raúl. Mientras lo hacía, recuerdo claramente pensar en ¿porque aceptaba todo eso? ¿porque no podia evitar el sexo con Aldo? ¿Valia la pena el riesgo de perder a Raúl? Pero hasta la fecha, no encuentro respuestas a eso.
Aquí es donde empieza la experiencia de hace un mes, aunque realmente comenzó ese dia en el baño con Aldo. Ese mismo dia, me dijo que queria cogerme cuando Raúl se durmiera y que me esperaba en la recamara donde siempre dormía. Me negué y le dije que estaba loco si pensaba que iba a ir. Me amenazo con ir por mi hasta mi recamara y que yo decidiera si queria arriesgarme a despertar a Raúl. La verdad es que mi pobre Raúl, duerme como piedra y más si toma cerveza o licor antes de ir a la cama, pero no podia hacer eso. En la noche nos fuimos a acostar despues de darle las buenas noches a Aldo y a mi hijo, confiada de que Aldo no se atrevería a nada estando yo junto a Raúl. De verdad estaba en el sueño más profundo, cuando sentí que me acariciaban las tetas, pero en medio de mi sueño, pense que era Raúl. De pronto, sentí algo en mi cara y fue cuando realmente desperté. El cabrón de Aldo estaba parado de mi lado de la cama y tenía puesta su verga sobre mi cara.
Sentí que el miedo me recorría por todo el cuerpo cuando lo vi y le hice señales con las manos para que se saliera. Aldo se agacho a la altura de mi cabeza y me dijo que ya me había dicho que iba a ir por mí y que, si no iba a su recamara, me iba a coger en mi cama. Esperé a que saliera y despues salí tratando de no hacer ruido. Me quedé afuera de su recamara y le dije que no íbamos a hacer nada, me agarro de la cintura y me jalo a su cuarto. Creo que eran como las 3 o 4 de la mañana, pero, aunque estaba extremadamente nerviosa, no pude hacer nada hasta que me llevo a la cama. Sabía que no podia hacer nada, así que solo le recordé que estaba embarazada y que no me hiciera gemir. Yo normalmente duermo en camisón, así que Aldo solo hizo a un lado mis calzones y me la comenzó a meter. Como era de esperar, no respeto lo que le había pedido y me daba con todas sus fuerzas, mientras yo trate de no hacer ruido, aunque creo que si se me salieron unos cuantos gemidos. Creo que solo fueron como 10 minutos, pero a mí, se me hizo una eternidad, por el miedo a que en cualquier momento apareciera Raúl en la puerta de la recamara.
Cuando finalmente se vino, salí de la recamara, pasé mirando por la puerta de mi recamara y vi dormir a Raúl, sin ni siquiera haberse movido. Fui a limpiarme al baño y regresé a acostarme al lado de Raúl, fingiendo que no había pasado nada. Al dia siguiente, mientras desayunamos, el imbécil de Aldo, nos preguntó cómo habíamos dormido y luego dijo que él, no había podido dormir. Cuando Raúl pregunto porque, dijo que algún vecino había estado cogiendo toda la noche y que la puta, era muy escandalosa. Raúl dijo que era raro, porque no teníamos vecinos solteros o jóvenes, pero no le dio más importancia. De verdad se me retorcía el estómago de escuchar al descarado de Aldo jugar con algo tan delicado para mí. Al dia siguiente volvimos a coger, pero nos fuimos a un motel y ahi me dijo que queria volver a cogerme en la casa como al principio o como lo hicimos esa noche. Aunque le dije muchas veces, que no había necesidad de arriesgarnos tanto y que si queria, seguiríamos escapándonos al motel, Aldo no quiso y dijo que ya sabía cómo era él.
Esa noche era la última que se quedaba y me dijo que me esperaba en la sala. Aun con todo y miedo, me espere a que pasara un buen rato, despues de que Raúl comenzó a roncar. Fui a la sala y nuevamente me cogió, pero yo no podia dejar de mirar en dirección a las escaleras, pensando en ver en cualquier momento a Raúl, mirando lo que hacíamos. A partir de ahí, durante las visitas de Aldo, nos íbamos durante el dia al motel, pero en las noches, nos veíamos en cualquier lugar de la casa para coger, mientras Raúl duerme. Por cierto, aunque si me cogió cuando ya tenía 6 meses, ya no me volvió a lastimar, como paso en mi primer embarazo. No sé, si fue porque lo hizo menos violento o porque solo lo hicimos por anal, pero tampoco se, si eso tenga algo que ver.
Así pasaron los años, donde hicimos algunas cosas muy arriesgadas, como que entrara durante la madrugada a mi recamara y hacer que se la chupara desde mi lugar en la cama, con Raúl durmiendo al lado. O que me cogiera rápidamente en mi recamara, mientras Raúl se estaba bañando, pero hasta hace un mes, eso había sido lo más peligroso. Hasta que llegamos al mes pasado, cuando Aldo vino por última vez. Esa tarde estuvieron tomando, aunque tampoco fue demasiado. Ya había acordado con Aldo, vernos en la madrugada en la cocina, para nuestra cogida acostumbrada, mientras Raúl dormía. Yo no queria estar con ellos, porque estaban platicando de puras cosas aburridas y despues de acostar a mis hijos, me fui sola a la recamara. Me quedé dormida mirando unos videos de maquillaje en YouTube y no supe cuándo o como llego Raúl a dormir a la cama. Aunque normalmente lo siento cuando se acuesta y es cuando muchas veces, comenzamos a darnos amor, para terminar, cogiendo antes de dormirnos.
Esta vez, solo sentí unas manos acompañadas de una boca suave, recorriendo mis muslos hasta llegar a mi pucha. Comienzo a abrir los ojos y en medio de la oscuridad, veo el cuerpo de Raúl durmiendo profundamente a mi lado. No tarde nada en darme cuenta que las manos y boca que me están excitando, son la de Aldo. De inmediato, mi cuerpo me manda esa señal de miedo que muchas veces me da cuando cojo con Aldo en mi casa, con Raúl cerca de nosotros. Trato suavemente de evitar que Aldo siga y le hago señales con las manos, de que vayamos afuera de la recamara, pero no me hace caso. Poco a poco su boca pegada a mi pucha, hace su trabajo poniéndome cada vez más cachonda, pero el miedo de que Raúl sienta lo que pasa junto a él y despierte, sigue presente en mí. Aunque algunas veces, se la he chupado a Aldo, con mi esposo durmiendo junto a nosotros, es diferentes que Aldo este, literalmente, subido en mi cama con su cara entre mis piernas. Esperaba que eso fuera todo, que Aldo se conformara con chupármela y después me hiciera regresar el favor, pero con el de pie junto a mí. De alguna manera, lo considero menos arriesgado, si Aldo se mantiene fuera de la cama, aunque si Raúl, despertara, daría igual donde estuviera Aldo.
Cuando Aldo comienza a deslizarse sobre mí, el grado de temor que tengo llega a niveles máximos y aunque sacudiendo la cabeza, le digo que no lo haga, él llega hasta mi boca. Hasta que comienza a besarme y puedo sentir su cuerpo sobre mí, me doy cuenta que estaba desnudo y mi miedo, no hace más que crecer, pero, aun así, abro mis piernas para que se acomode bien. Justo cuando su verga comienza a entrar en mí, giro mi cabeza para asegurarme que Raúl siga durmiendo. Puedo ver a mi esposo durmiendo, inocente de lo que estamos haciendo a su lado y me da cierta tranquilidad, escuchar sus suaves ronquidos. Aunque tenía esperanzas de que Aldo fuera prudente y lo hiciera suavemente, al final, Aldo es Aldo y comenzó a empujar su verga lento por cada vez más profundo. El movimiento de la cama era lo que más miedo me daba, porque, aunque no era violento, aun asi, podia sentir y ver como Raúl se mecía al mismo ritmo que nosotros.
Con el paso de los años, me acostumbre a no gemir cuando cogemos en la casa, aunque sienta como su verga me empuja el útero desde adentro. Aun así, siempre se me escapa alguno que otro gemido, pero esa noche, me esforcé para que no saliera ni uno solo. Pero cuando Aldo saco su verga de mi pucha para meterla por mi culo, me preocupo no poder evitar hacer ruido, pero, aun así, lo deje que lo hiciera. Justo la verga de Aldo estaba entrando en mi ano, cuando Raúl, hizo un ligero movimiento que me asusto aún más y creo que también a Aldo, porque se quedó quieto por un momento, pero su ronquido inmediato, nos indicó que seguía profundamente dormido. Entonces, Aldo siguió con sus movimientos y fue cuando lo abrace con mis piernas. Mientras me cogía de esa forma, Aldo me dijo muy suavemente al oído, que cuando se fuera a su recamara, despertara a Raúl para que me cogiera.
Aldo siempre ha sabido que no me gusta faltarle al respeto a mi esposo con algún contacto físico, despues de coger o chupársela a él. Yo sé perfectamente lo mucho que Aldo se excita y en medio de la calentura, le dije que sí, aunque realmente no creía hacerlo. Solo decirle que, si iba a hacerlo, lo puso más cachondo y sentí que estaba a punto de venirse. Esperaba que lo hiciera dentro de mi culo, porque sabía que así, en caso de coger con Raúl, despues de coger con Aldo, mi esposo no tendría contacto con el semen de Aldo, porque nunca hemos hecho sexo anal. Pero entonces, lo vi mirar hacia Raúl, como para asegurarse que siguiera dormido, me la saco, lentamente y con cuidado de no mover mucho la cama, me acerco la verga a la boca, se la chupe e inmediatamente se vino. Me dio un beso en la boca y me dijo al oído que hiciera lo que me dijo y que no me levantara lavarme nada.
Fue un alivio que todo terminara y Aldo ya no estuviera en nuestra cama, me acomode la tanga y el camisón, me quede un momento acostada bocarriba sin hacer nada. Mi cabeza siempre que hacemos algo arriesgado, me dice que ¿porque acepto eso? ¿porque arriesgo mi familia por alguien como Aldo? Amo a Raúl y no se lo merece, aunque siempre he pensado que fue culpa de él, por confiar en su amigo y dejar que estuviéramos solos en la casa muchas veces. Incluso, algunas veces, Aldo me ha dicho que sospecha que Raúl sabe lo que pasa y que le gusta, pero no dice nada por pena a aceptar que está de acuerdo. Pero estoy segura que no es así y me doy cuenta por la forma en que Raúl habla de su querido amigo Aldo. Tambien por cómo se expresa de las personas infieles, sobre todo las mujeres y no soportaría enterarse de todo lo que hacemos Aldo y yo. Pero entiendo porque lo piensa, pues nos hemos arriesgado tantas veces, sobre todo en los últimos 3 años, que parece increíble, que no nos haya atrapado. Pero conozco el corazón confiado de Raúl y sé que nunca dudaría de su amigo y mucho menos de mí.
Pensé en cumplir la parte de no levantarme a lavarme nada, ni siquiera la boca, pero no queria que Raúl me tocara, acabando de coger con Aldo. Despues de unos minutos de estar acostada son hacer nada, más que pensar lo que les acabo de decir, me gire hacia Raúl y escuchando su respiración profunda, lo abrace. Sentí ese amor y esa paz que me da mi esposo, mientras veía lo guapo que es, aun oliendo un poco a licor y teniendo la boca medio abierta. Pensé en lo afortunada que soy de que mis hijos fueran de él y de nadie más, porque cuando crezcan, serán tan buenos como él y no unos hijos de puta desleales como Aldo. Me acurruque lo más posible, sintiendo esa sensación de arrepentimiento que siempre tengo, despues de estar con Aldo. Ya pensaba en dormirme, pero quise besar la mejilla de Raúl, como para pedirle perdón de lo que había hecho. No pude solo darle un beso y al darle el segundo, Raúl me sintió y me abrazo, aun sin despertar.
Raúl comenzaba a roncar un poco y cerré los ojos para dormirme en sus brazos, pero un poco despues, una de sus manos se puso sobre mi nalga y comenzó a acariciarla suavemente. Me puso un poco nerviosa que quisiera cogerme, porque realmente no queria que lo hiciera en ese momento donde todavía estaba sucia de Aldo. Por momentos, le ganaba el sueño y se quedaba quieto, pero despues, nuevamente me acariciaba. Eso es común, cuando Raúl despierta durante la madrugada para que cojamos. Le cuesta mantenerse despierto al principio y poco a poco, se mantiene más despierto, hasta que cogemos, para despues, dormirse de nuevo. Esa noche fue así y no podia rechazar a mi esposo, aun cuando sabía que eso, cumpliría la fantasía de Aldo. Unos minutos despues, tenía a Raúl entre mis piernas, en la misma posición en la que Aldo me había cogido, pero mi esposo, haciéndome el amor.
Sentía pena de que Raúl me penetrara sin saber que aún tenía rastros de Aldo, pero siempre he disfrutado tanto del sexo con Raúl, que me fui excitando como siempre. Nunca había podido comparar tan detalladamente la diferencia de lo que sentia con Aldo y con Raúl, como esa noche. Con Aldo, no tengo control de nada, por eso he hecho cosas que nunca creo hacer con Raúl y eso me hace tener sensaciones que nunca he tenido. Con Aldo llego facilmente a orgasmos, incluso si no me gusta o me lastima, lo que me está haciendo. Aldo no me gusta ni físicamente, ni como persona. Realmente es un hipócrita malagradecido, porque Raúl en verdad lo quiere mucho y lo considera como su hermano, mientras Aldo disfruta burlándose y humillándolo sin que se dé cuenta.
Aunque siempre he sabido que yo no le importo en lo más mínimo y no me importa, sé que solo me ve como una puta para coger cuando viene, sin importarle que pueda causar que pierda a mi familia. Muchas veces me siento humillada por Aldo, sobre todo cuando me hace hacer cosas asquerosas que me harían morirme de vergüenza si Raúl supiera que las hago con Aldo o con cualquiera. Odio esa sensación de humillación, aún más que la de dolor, como el que sentí cuando comencé a tener sexo anal con Aldo o cuando me metió toda su mano a la fuerza. Pero de todo, creo que lo que peor me hace sentir, es cuando me hace faltarle al respeto a Raúl o mi familia, porque, aunque estoy consciente, soy tan débil que no puedo evitar hacer lo que él quiere. Precisamente por esto último, muchas veces trate de terminar mi relación con Aldo, pero me canse de intentarlo.
Raúl, por otro lado, es el amor de mi vida y lo amo tal como es, con sus defectos y todo lo lindo que es no solo conmigo. Me gusta, para mi es el hombre más guapo y me hace sentir protegida, segura, amada y el centro de su universo. No importa si hacemos el amor o cogemos como locos, siempre me hace sentir cosas que ni Aldo, ni nadie más podría. Incluso, sin que hagamos todo lo que hago con Aldo, porque, aunque son experiencias muy intensas, no son cosas que realmente necesito. Hasta los orgasmos con Raúl son diferentes, porque me cuesta mucho más llegar a uno, pero cuando llega, son 10 veces más intensos y duraderos, que los que tengo con Aldo. Tanto así, que muchas veces no puedo evitar llorar de la emoción cuando los tengo y escuchar a Raúl decirme “tranquila nena, tranquila”, mientras me abraza, es lo más bello que he sentido.
Incluso saberme madre de dos hermosos hijos de un hombre como Raúl, me hace sentir orgullosa, por eso hubiera abortado si hubiera tenido dudas de quien era el papá. De todo esto que les he contado, nadie sabe, ni mis mejores amigas, porque no es algo que me haga sentir orgullosa. Si ahora mismo me dijeran que una de las dos cosas tendría que desaparecer, sin dudar escogería que desapareciera Aldo y todo lo que hemos hecho. Mientras, el miedo que siento de que Raúl se entere, nunca desaparece, porque me moriría si me dejara o incluso, si me perdonara y algo cambiara entre nosotros, no lo soportaría. Lo peor de todo, es que no sé cómo llegue a esto, no entiendo como pude ser infiel a Raúl, justo antes de casarnos, sabiendo que estaba embarazada y mantener esa infidelidad por ya 6 años. Sin contar que me he dejado humillar y usar para cosas que ni con mi esposo hago y encima, hacerlo casi frente a mis hijos o con mi esposo durmiendo a un lado.
No creo ser la peor mujer, pero sé, que no soy la que yo soñaba ser unos dias antes de casarme, aunque creo que, mientras Aldo no está cerca, soy todo lo buena madre y esposa que se puede ser. Aunque no quito mi parte de culpa, pero veo a Raúl, aun mas culpable que Aldo, porque sabía cómo es su amigo, me confió a él y lo sigue haciendo. Tambien porque no es capaz de darse cuenta que Aldo, realmente no es el amigo que el piensa y le sigue abriendo las puertas de nuestra casa y familia. Ni siquiera puedo darle una opinión mala sobre Aldo, porque me dice que no lo conozco tan bien como él y que no es mala persona. ¿Como le digo que si es mala persona? ¿Como le digo, sin decirle que usa a su esposa mucho peor que a una puta? No saben cómo me arrepiento de haber caído aquella primera vez, porque despues, no pude evitar que siguiera hasta ahora. Y aunque suene muy extremo, no saben el alivio que sentiría que un dia, nos avisaran que Aldo se mató en la carretera. Y a lo mejor, por un tiempo, extrañaría perder mi voluntad con alguien, como me pasa con Aldo, pero no lo necesito y al final, nunca volvería a serle infiel a Raúl.
Pues bueno, esta es la historia de mi vida desde hace 6 años a la fecha. Disculpen si no se escribir bien este tipo de cosas, si me extendí demasiado o los aburrí. Creo que solo me puse a contar lo que tengo en mi cabeza y no sé si, siquiera les interese, pero para mí, me ha servido para recordar y reflexionar. Encontré historiasxxx hace como un año o poquito más y leo, sobre todo, las de infidelidades, por la situación que estoy viviendo. Eso me ha hecho ver que no soy la peor esposa, simplemente creo que soy débil y manipulable, pero yo si amo a mi esposo. Obviamente, me gustaría saber que opinan o que harían en mi lugar, pues sé que las cosas se ven diferentes desde afuera. Gracias por su tiempo.
Califica esta historia:
Verga …. que fuerte estuvo todo eso …. entre para jalarmela y salí super triste por Raul.. aunque si es exitante tu historia y por mi lujuria y fetiche me gustaría saber como te hizo anal por primera vez si me preocupa tu familia y que si Raul se llegue a enterar pueda hasta intentar suicidarse … ya no se … quiero saber más cosas que Aldo te a hecho hacer, pero weeeee ya no le faltes el Respeto a Raul no eches a la basura tu vida no seas mierda
¡Qué sorpresa! No tiene más que 2 días que publicaron mi historia y ya alguien me dice “mierda”, aunque no es lo que esperaba, pero gracias Karonte. Lo primero y más importante, es que Raúl, nunca se suicidaría, no es de ese tipo de hombre, por mucho que algo le duela, él es muy fuerte y un luchador. Segundo, no considero que sea “mierda” con él, porque mientras Aldo este lejos, trato de ser la mejor esposa y no es por lavar mi culpa, es porque en verdad lo amo con todas mis fuerzas, disfruto mucho atender a mi esposo en todo. A lo mejor por escribir todo conforme lo iba recordando y por enfocarme más en que entendieran como es Aldo, no puse en claro lo muchísimo que amo y respeto a Raúl. Sin dudar, puedo decir que mi esposo es el mejor hombre que he conocido y al único que he amado, simplemente quería que entendieran, que sí, sé que la cague horrible la primera vez que cogí con Aldo, porque ya no me pude zafar de todo lo demás. Pero me dio muchísimo miedo que Raúl me dejara por un error, que dudara de ser el padre de nuestro hijo y lo dejara a él, aún más que a mí. De todas formas, por una o por 100, veces, si lo supiera me terminaría dejando y no quiero eso. Al menos, no decirle, me ha dado 6 años felices, casada con el único hombre que he amado y espero que sean muchísimos más.
Creo que sí exprese que tampoco me gusta faltarle al respeto, ni a Raúl, ni a mi Familia, pero me he sentido forzada a hacerlo muchas veces y siempre me siento mal después. Por eso he tratado muchas veces de alejar a Aldo de mi vida, pero mientras Raúl lo dejé quedarse en la casa cuando viene, me parece casi imposible. Tampoco voy a ser hipócrita y creo que también lo deje en claro. Soy una persona que, al igual que todas, termina reaccionando a estímulos y Aldo, sabe como hacerme reaccionar. Sí, no puedo negar que me excito mucho con Aldo y es parte por lo que me caigo gorda, odio esa parte de mí, porque ni siquiera es alguien que me guste realmente. Precisamente porque sé que no soy ninguna víctima, tampoco oculte en mi historia que tuve sexo con mi amigo Leo y lo hice, para convencerme a mí misma, que Aldo no era nada especial, ni importante en mi vida. Cuando digo que me gusto, fue más bien por la persona con la que estaba, porque Leo me trato como una dama y hasta se sintió mal por Raúl, aunque solo lo ha visto 2 o 3 veces en la vida. No es que no me excitara con leo, creo que llego un momento que sí me puse un poco cachonda, pero fue algo muy insignificante a comparación con lo que siento con Raúl o con Aldo. Por lo mismo, no considero que yo sea una mujer que necesite un amante, sea quien sea, ni me interesa averiguarlo.
No pensaba explicar a fondo lo del sexo anal, porque lo considero algo sucio y por eso, nunca lo he hecho así con Raúl. No quiero que algo tan hermoso, como lo que tengo con mi esposo, se vuelva tan sucio, como lo que hago con Aldo. Para que me entiendan, Aldo ya es un cerdo, mientras Raúl, es un amor. Si Raúl, por lo que sea, un día me escupiera o se orinara mientras cogemos, me dolería el alma de sentirme humillada, como me hace sentir Aldo. No es lo mismo, que un idiota me humille solo porque no puedo hacer nada, a que me humille el hombre que amo y al que tengo como el mejor hombre que existe. Y es lo mismo con el sexo anal. Como dije antes, una como persona, termina reaccionando y sí, me llego a excitar mucho, pero eso no significa que realmente me guste, sobre todo después de que todo termina. Sobre como comenzó el sexo anal con Aldo, pues fue como todo, a la fuerza y con mucho dolor. Creo que fue cerca de cumplir un año de casada y fue en el motel donde casi siempre vamos. Él estaba sobre mí, no me dejo quitarme y me acuerdo claramente que llore pidiéndole que ya no lo hiciera porque me dolía. Realmente no lo disfrute y pasaron como 3 o más visitas de Aldo, para que no me doliera y todavía más para que me excitara con el sexo anal, pero sigue sin gustarme.
Disculpa que me extendiera en la respuesta a tu comentario, pero creo que no deje todos los puntos bien en claro. Aunque a lo mejor no cambia tu opinión hacia mí y sin ofender, pero no es algo que me importe. Lo que quisiera que entendieran es que como mujer, como persona, no es posible controlar cuando y hasta qué grado te excitas. Pero no tiene que ver con el amor que sientes por alguien, a mi parecer, es nuestra naturaleza, reaccionar a ciertas cosas y el estúpido de Aldo, encontró como ponerme muy cachonda y se aprovecha de eso. Tampoco estoy tarada, entiendo que debería ser más firme y no permitir nada con Aldo, muchísimo menos en mi casa o como lo último, con Raúl tan, pero tan cerca. Pero así como comenzó todo, así me siento ahora, atada de manos y casi obligada a complacer a Aldo en todo. Porque, bueno, si hay algo que omití a propósito, porque sé que de pendeja no me van a bajar, pero bueno, ya me dijeron “mierda”. Y es que, aunque después, he sido cuidadosa de que no pase (aunque no sé si pudiera evitarlo realmente), Aldo dice que tiene fotos mías desnuda, que me tomo una de las primeras veces y dice que también un video, aunque nada de eso he visto, nunca me di cuenta de que las tomara. Pero me da miedo que sea verdad y que si hay la más mínima posibilidad de que Raúl, me creyera a mí y me perdonara si se entera, con eso, ya todo este acabado. Por eso mis deseos de que el idiota de Aldo se mate en la carretera, total, no tiene hijos o esposa que lo extrañen, más que la novia que tuviera en ese momento.
Ya por último, no es que esperara la comprensión de nadie, ni que me den consejos que, posiblemente, ni siquiera pudiera llevar a cabo. Simplemente, tengo mucho tiempo leyendo aquí, sobre esposas infieles que sí disfrutan lo que hacen y no parecen arrepentirse. Yo quise escribir mi historia, porque, sin importar cuan excitada llegue a estar o incluso, porque no, llegar a extrañar lo que se siente, cuando una verga realmente grande te coge, preferiría no haber estado nunca en esta situación. Sé que soy infiel por coger con Aldo, aun cuando no hay sentimientos míos hacia él, más que el deseo de que se mate. Pero cada situación es diferente, en la mía, aunque acepto que llego a disfrutarlo mucho, con gusto borraría todo eso de mi mente y nunca me haría falta sentirlo de nuevo. Espero que con esto, quede un poco más claro lo que siento y porque aún sigue mi situación. Disculpa que al inicio me molesto un poco lo de que no sea “mierda”, pero realmente, si quitamos lo que pasa con Aldo, no lo soy en lo más mínimo. Ni siquiera soy una mujer que necesite o piense en serle infiel al esposo. Claro que no quiero echar a la basura mi vida y entiendo que desde afuera, las cosas parecen fáciles de resolver o evitar, pero en la realidad, no es tan sencillo. Pero gracias por interesarte y seguiré contestando lo que me pregunten, aunque no me guste mucho lo que me digan, simplemente, porque no tengo con quien hablar de esto y exponer mis puntos.
Chica excelente relato, que pesar que su marido no sea Cornudo, porque experimenta sierta libertad, sin tanto perjuicios.
Disculpa si no tengo simpatía con tu relato, pero te explico. Solo habemos 2 tipos de mujeres, por mucho que intentes justificarte. Las fieles y las infieles, sin importar los matices que le pongas. Cuando abrimos las patas para alguien que no es tu esposo, novio o pareja, por el motivo que sea, somos infieles. Las otras, las que son fieles, prefieren que las madreen o hasta morirse, antes de dejar que alguien ajeno les meta la verga y es así de fácil. No te juzgo, porque yo misma soy de las infieles, pero siempre hay formas de evitar ser infiel, la cosa es que, muchas veces, no queremos evitarlo. Si lo haces, es simplemente porque tú lo querías y ya.
Lo de que, sí te da remordimiento, te arrepientes o que no sabes como evitarlo, mija, perdóname la franqueza, pero son mamadas. No pasa nada por aceptar que se te moja la pantufla con el otro pendejo y listo. Somos humanos y si te gusta la verga, pues te gusta y ya. Lo que pasa es que al otro pendejo lo excita agarrar de idiota a tu marido y a ti también, aunque luego te entre el miedo de que te cargue la verga si te atrapa. Tú, no es que no quieras perder a tu marido porque lo ames mucho, lo que no quieres perder, es al buey que te trata bien y te da todo lo que quieres. Pero tampoco quieres perder la verga que te hace sentir rico. pa que le das tantas vueltas.
Lo mismo pasa con las faltas de respeto a tu casa, tu familia y tu esposo. Esos cabrones que te amenazan, son los más maricones cuando eres tú la que los amenaza con decir lo que esta pasando. Solo uno de esos días que te amenaza, pórtate firme y segura de que le dirás todo a tu marido o incluso, grítale a tu esposo si está en tu casa y te prometo que nunca volverá a intentar nada ahí. Yo puedo ser lo más puta e infiel que te imagines, pero mi amor, hay que saber hacer las cosas, nunca en tu casa y menos con tu marido o tus hijos cerca. Si de verdad no quieres que todo se vaya a la chingada en tu vida, pues mija, ya no seas pendeja.
Te puedo asegurar un par de cosas, que si obligas al tipo a que si quiere pepa, tiene que ser un hotel o de otra forma, no hay ni madres, te va a dejar de chingar poco a poco. Una, porque debe ser recodo y ve que en tu casa tiene chance de coger gratis y en hoteles le va a comenzar a costar tiempo y sobre todo dinero. La otra es que, se le va a ir pasando la emoción por ti, simplemente porque no se va a excitar tanto, si no tiene control sobre ti y tu marido. Lo siento, pero creo que no me equivoco con un tipo como él, según lo describes. Por último, quítate esas ideas de que si se muere el pendejo, nunca le volverías a ser infiel a tu esposo. La que abrió una vez las patas, fácilmente las va a volver a abrir, cuando encuentre otra verga que haga que se le moje la verija. Y mucho más fácil, si la primera vez no se enteró tu marido y no paso nada. Así somos mija, ¿qué le hacemos? Suerte.
Soy hombre de 40 años y hace siete años vivo con mi esposa.
Tengo la sospecha de que ella tiene aventuras con un amigo de su trabajo.
En ocasiones la idea de saber que ella puede estar cogiendo con él me pone cachondo y en las noches le hago el amor con mayor intensidad por lo caliente que me pone la idea de pensar en ella cogiendo a escondidas de mi.
Y que más? Contexto que ha pasado a día de hoy
La verdad no creo que hagas todo eso por calentura si dejas que te manipule tarde o temprano se llevará a un hijo tuyo a la cama ojo y te excitara ver cómo lo hace niña carajo