Tengo 36 años y me ando cogiendo a la hija de 18 años de mi mejor amigo
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Desde hace algún tiempo no podía dejar de pensar en Lucía, la hija de uno de mis mejores amigos y compañero de trabajo. Yo tengo 36 años y ella apenas 18, por lo que veía casi imposible que algo pasara entre nosotros. Pero yo soy casado, ella nos trata de “tíos” a mi esposa y a mí, además soy amigo de su papá, entonces para mí era solo una fantasía. Yo conozco a Lucia desde que ella estaba en la primaria y para mí solo era una chamaquita, nunca la vi con otros ojos. Sin embargo, desde hace algún tiempo, cuando me la encontraba en la calle con sus amigas o la veía en la casa de mi amigo, se me hacia una chavita demasiado sexy y coqueta. Así que, mi placer era solo de verla e imaginar lo delicioso que sería tenerla al menos una vez en mis brazos.
Ser el mejor amigo de su papá, tiene algunas ventajas. Por ejemplo, cuando Lucia tiene algún problema que no quiere que sepan sus papás, algunas veces recurre a mí. No voy a mentir, casi siempre es cuando necesita dinero para algo, pero son niñerías que no me cuesta nada cumplírselas. A veces son solo $500 para alguna cosita que necesita y lo más que me ha pedido son $2500 para ir a algún concierto. Para mí el premio era verla a solas por unos minutos para darle lo que necesitaba y escucharla decir que me quería mucho, aunque fuera solo por ayudarla.
En febrero me llamó para pedirme $1500 para ir a un concierto de Danna Paola y al igual que otras veces, quedamos de vernos. Siempre nos encontramos en un café que está cerca de su escuela y durante la platica me dijo que no sabia que ropa llevarse. Le propuse que fuéramos a buscar algo bonito para que se pusiera y fuimos a un Coppel. Cómo clásica mujer, estaba indecisa entre varias cosas y se llevo bastantes cosas para probarse. Entre prenda y prenda que se probaba, salía a mostrarme como se le veía y francamente no pude evitar que se me parara la verga al verla tan linda.
Cualquier cosa que se probaba la hacía ver realmente deliciosa. Literalmente se me cayó la baba cuando la vi salir del vestidor descalza y probándose un vestido corto y escotado. El vestido se le ajustaba perfectamente al cuerpo, dejando que luciera sus nalguitas levantadas. El escote era suelto, bajaba hasta casi el ombligo y solo había dos tiritas delgadas que evitaban que se abriera del frente. Me pregunto cómo se veía y le dije la verdad, que se veía fantástica, hermosa y muy sexy. Pero ella estaba indecisa entre el vestido que no era precisamente lo mejor para ir a un concierto y una falda corta con un top que también se le veía muy bien.
Cuando salió del vestidor, dijo que estaba indecisa, pero que, aunque le había encantado el vestido, prefería llevarse la falda y el top para poder usarlo en el concierto. Le dije que no se preocupara y que se llevará ambas cosas. Lo primero que me dijo es que era demasiado y que no quería abusar, que le había encantado, pero que, además, casi no tendría oportunidades para usarlo. Yo le insistí que se lo llevara, pero me animé a lanzarle una pequeña broma con doble intención. Le dije que, si se lo llevaba, yo me encargaría de que tuviera varias oportunidades de que lo usara. Cuando le dije eso, ella se sonrió y me dijo “que conste, porque no lo quiero tener guardado”.
Lucia ya parecía decidida, pero volvió a decirme que era demasiado y que de verdad le daba muchísima pena que gastara tanto en ella. Pensé que no tenía nada que perder y le dije que íbamos a hacer una cosa. Le dije que se llevara el vestido y que a cambio me dejara tomarle un par de fotos usándolo y que con eso me daba por pagado. Aunque le aclare que era porque me había encantado como se veía con él y que, si quería, no le tomaría la cara. Ella se sonrió conmigo y me que estaba bien y que se le hacía justo.
Mientras íbamos a pagar, Lucia me pregunto a donde quería tomarle las fotos. Le respondí que si no le daba pena, que se cambiara en el coche y buscáramos algún lugar para tomarle las fotos. Dijo que no le daba pena cambiarse en el coche, pero si que la vieran en la calle con vestido bien sexy y zapatos de la escuela. Le dije que no se preocupara porque hasta con chanclas se vería hermosa. Entonces me arriesgue y le dije que no me lo tomara a mal, pero que, si quería, fuéramos a un hotel solo para que se pusiera el vestido y le tomara las fotos. Estaba preparado para que me dijera que no o incluso para que se ofendiera, pero eso no paso.
Dijo que si, que le parecía mejor y entonces sentí una emoción enorme combinada con nervios, casi como si fuera un chiquillo en su primera cita. No estábamos hablando de ir a coger, pero obviamente era algo demasiado íntimo. Salimos del Coppel y me dirigí a un motel bastante bonito que conocía y que seguramente iba a deslumbrar a Lucía. Algunas habitaciones tienen alberca adentro y seria una oportunidad de ver a Lucía casi desnuda si aceptaba meterse. Pedí una de esas habitaciones y desde que entramos, ella estaba encantada con lo bonita que estaba la habitación.
Le pregunte si ya había entrado a otros moteles y me era la primera vez que estaba en uno, pero que le gustaba mucho. Fui directo a lo que quería saber y le pregunté que si ya había tenido sexo con su novio o con algún otro chico. Me dijo que si, pero que solo habían sido algunas veces en la casa de él. No esperaba que fuera virgen, creo que, en esta época, ninguna o muy pocas chicas de 18 o más, lo son. Cuando le pregunte con cuantos había tenido sexo, me dijo que su novio había sido el primero y el único.
Seguimos con el plan de las fotos y ella se lo metió al baño a vestirse, cuando salió, era lo más hermoso que había visto. Se puso el vestido, se pintó sus labios y se quedó descalza porque no le gustaba como se veía con los zapatos de la escuela. Me pregunto que me parecía y le dije que se veía preciosa. Vamos, ya estando en un motel con ella, seria tonto no hablarle claro. Fue cuando le dije que me tenia super cachondo y que solo esperaba poder contenerme.
Lucia me lo tomo un poco a broma, pero era totalmente cierto, solo de verla vestida así de sexy y saber que estábamos solos en esa habitación, me hacía desear saborear todo ese cuerpo. Ella se acomodo en la salita de la habitación y me pregunto cómo ponerse para que le tomara las fotos. Le hice un par de fotos en el sillón, luego le dije que se acostara de lado en la cama. Lucia posaba muy sexy sin que yo se lo pidiera. Luego le dije que me enseñara un poco más las piernas y ella hizo su rodilla has delante, como si se fuera a levantar. Sus piernas son preciosas y el vestido corto las dejaba ver completamente.
Unas fotos mas y le dije que se pusiera junto a la alberca y ella se sentó en el piso con las piernas dobladas hacia atrás. Le dije que me enseñara un poco mas sus tetas y ella me miro a los ojos y se bajo un lado del vestido dejando que una de sus tetas se saliera por completo. Me pregunto si me gustaban sus tetas y le dije que me encantaban. Pero en ese momento ya no quiso que le tomara mas fotos y se levantó mientras me decía que no se las fuera a enseñar a nadie.
Me saco un poco de onda su reacción, pensé que a lo mejor se había enojado y le pregunté. Lucia me dijo que no estaba enojada, pero que tenia novio y que pensaba que estaba mal estar ahí a solas conmigo. La tranquilicé diciendo que éramos amigos y que no tenia nada de malo porque ambos éramos adultos. Le propuse que se olvidara de eso y que la pasara bien, le sugerí que nos metiéramos un rato a la alberca, pero no quería porque se tendría que meter con su ropa interior y se le iba a mojar.
Le dije que se metiera desnuda, que no pasaba nada porque estábamos en confianza y que no se preocupara, porque nunca haría algo que ella no quisiera. Lo pensó un poco y aceptó, aunque un poco temerosa. Se quito toda la ropa, pero se tapaba con una toalla hasta que se metió al agua y dejo la toalla en la orilla. Yo me metí después, pero yo no me cubría nada, simplemente me acerqué desnudo y pude ver como me miraba discretamente.
La verdad, aunque los dos estábamos desnudos, al principio solo platicábamos y disfrutábamos el agua. Hablábamos de que nos mataría su papá si se enteraba de eso y de que nunca había estado desnuda con nadie que no fuera su novio. Cuando la vi mas relajada le pregunté si sabia nadar y me dijo que no, así que me ofrecí a enseñarle. Era una estupidez, porque la alberca no es más grande que un coche, pero era un buen pretexto para tocarla. Al principio solo la tomaba de las manos y le decía que pataleará. Pero cuando trataba de poner los pies en el fondo, yo la abrazaba según que para que no se cayera.
Podrán decir que me vi muy estúpido por no ser mas directo, pero francamente iba con mucho cuidado, porque aunque tiene 18 años, es la hija de mi amigo. No quería darle motivos para que dijera que me aproveche de ella o que quise abusarla, así que todo lo hice con mucha calma. Pero poco a poco ella misma se fue relajando y mientras supuestamente la enseñaba a nadar, Ella misma me abrazaba a cada rato. En una de esas, se le resbaló su mano y se fue de lado, yo rápidamente la sujete por debajo de sus brazos y mis manos quedaron justo sobre sus tetas.
Eso era todo lo que hizo falta, la abracé y sin soltarla le dije que me encantaba, que me gustaba mucho y que quería hacer el amor con ella. Nos dimos un beso y ella me abrazó del cuello, fue lo más delicioso que había sentido en muchísimo tiempo. Podía sentir sus tetas pegadas a mi pecho rodeadas por el agua y sus piernas entre las mías, con mi verga apenas rozando su estómago. Lucía dijo que si quería pero que le daba miedo de lo que pasara. Miedo a su papá, a su novio y de que alguien se pudiera enterar.
El que Lucia dijera que también quería, era lo que necesitaba para saber que podía buscar excitarla sin miedo a cagarla. Un segundo beso y una de mis manos acariciando su panochita bajo el agua, fue suficiente para escuchar su primer gemido. Su pequeña mano se sumergió buscando mi verga que ya estaba dura y la comenzó a jalar un poco torpe pero rico. Yo no paraba de besar su pequeña y suave boca mientras mis dedos recorrían su apretada panocha. En algún momento la jale hacia mi y la levante haciendo que me abrazara con sus piernas.
Mi verga encontró el camino en su panocha pero no le entraba, a lo mejor por estar bajo el agua o porque esta muy apretada todavía. Cuando le comenzó a entrar ella me abrazo muy fuerte y se recargo en mi hombro. Poco a poco se fue relajando y yo comence a levantarla y subirla para que mi verga el entrara completa. Así me la cogí por algunos minutos, ella gemía muy rico y me decía que le encantaba.
Realmente el cuerpo de Lucía es brutalmente delicioso, es delgada pero nalgona y con unas tetas aunque no están tan grandes, son redonditas y duras. Mi verga podía sentir lo apretada que tiene la panocha y creo que desde que estaba en la universidad que no me cogía a una morrita jovencita y sin experiencia. Cuando sentí que estaba por venirme, pude salirme y venirme afuera, pero preferí no hacerlo, ni decirle nada. Comence a venirme y Lucia se dio cuenta, pero no dijo nada, solo me abrazo con más fuerza.
Estuvimos un poco mas en el agua y cuando platicamos me dijo que no se estaba cuidando y que era la primera vez que lo hacia sin condón. La vi un poco preocupada, pero le dije que no pasaba nada y que si quería le conseguiría unas pastillas para evitar que fuera a salir embarazada. Ella me hizo prometerle que le conseguiría esas pastillas y se relajo un poco. Después nos fuimos a la cama donde estuvimos besándonos mucho mientras platicáramos.
Decía que se sentía mal por su novio y por su papá, que estaba mal lo que habíamos hecho, pero que yo le gustaba desde hacia un tiempo. También me dijo que le iba a dar mucha pena ver a su “tía” (mi esposa). Yo le decía que no se preocupara, que si ambos sentíamos esa atracción, era una tontería no aceptarla y disfrutarla. Además de que era algo que quedaría entre ella y yo, así que no tenia que sentirse mal por nadie.
Nos fuimos poniendo cachondos nuevamente y en la cama fue otra cosa aun mas rica. Ella me dio una mamada, que sentí muy torpe, pero con muchas ganas de parte de ella. No le dije nada de que no lo hacia muy bien, solo le indicaba de vez en cuando lo que quería que hiciera o por donde chuparla. Yo también me comí su panochita y le encanto, se puso super caliente y se retorcía delicioso. Puede observar perfectamente sus delgados labios vaginales y su hoyito bien cerradito, además de que sus juguitos sabían deliciosos.
Luego me puse sobre ella y nuevamente le metí la verga lo más suavemente que pude. Entre los besos y las metidas suaves, ella se fue excitando cada vez mas y comence a hacerlo más rápido y profundo. Cuando Lucía comenzó de nuevo a decirme que le encantaba, levanté sus piernas y las puse sobre mis hombros. La cogida ya era muy intensa y ella paso de gemir a gritar diciendo “Así, así, me encanta”. Entonces hubo un momento que me di cuenta que estaba por venirse y me decía que me esperara, pero yo no le hice caso y le comence a dar lo más duro que pude.
Cuando le llego un orgasmo, trato de quitarse y se retorció mucho, pero no la deje escapar. Poco a poco pasó su orgasmo y nuevamente la vi excitada y pidiendo que no me detuviera. La puse de perrito y les juro que su culo es perfecto, completamente redondo y durito. Su ano lo tiene rosadito y bien cerradito y en lo único que podía pensar mientras me la cogía, era que algún día ese también sería mío. Cuando no pude más, nuevamente me vine dentro de ella dejando mi verga hasta el fondo para que se quedara todo mi semen adentro.
Nuevamente platicamos mientras descansamos y me dijo que nunca había sentido lo que sintió cuando me la cogía y me pregunto si eso había sido un orgasmo. Le respondí que no podía estar seguro pero que posiblemente sí. Mientras estábamos abrazados, me dijo “Después no voy a querer dejar de verte, me haces sentir cosas que no había sentido”. Para uno como hombre, que una chica de 18 años te diga eso, es algo que da muchísimo orgullo.
Esa tarde, cogimos nuevamente antes de salir del motel y que la llevará cerca de su casa. Nos dimos un último beso en mi coche y antes de bajarse me recordó que no olvidará comprar las pastillas que le había dicho. La verdad yo no tenía ni idea si existía algo que evitará que se embarazará después de que me vine adentro de ella tres veces. Pero le dije que no se preocupara y que la veía al día siguiente.
Por suerte si existen y compre una caja para llevársela para que los dos estuviéramos tranquilos. La verdad es que después de que la deje, me quede pensando en el broncón que se iba a armar si salía embarazada. Aunque no me molestaría dejar a mi vieja y llevarme lejos de su familia a Lucía, se muy bien que no es algo que ella se merezca.
Al día siguiente nos vimos en el café de siempre para que le diera las pastillas, pero, aunque no lo tenía pensado, terminamos nuevamente en el motel cogiendo de lo mas rico. Después pasaron varios días sin verla, aunque todos los días me mandaba un mensaje diciendo cosas como esta, “Hola tío, que pases un bonito día pensando en lo que mas te guste”. Nos volvimos a ver un par de días después del concierto al que fue y nuevamente nos fuimos a coger.
Desde entonces, cada vez nos vemos más seguido, a veces dos o tres veces por semana, aunque otras apenas una sola vez. Lo que me gusta es que muchas veces, es ella la que me escribe pidiendo que nos veamos, lo que significa que realmente le gusta estar conmigo. Yo francamente estoy loco por Lucía y ella dice que ya no le gusta coger con su novio porque no siente lo mismo que conmigo. Pues también, entre más nos vemos para ir a coger, ella esta mas abierta a todo. Aunque apenas tenemos viéndonos 3 meses, a mi ya no me interesa ligarme a nadie, ni coger con mi esposa, solo pienso en estar con Lucía.
A estas alturas, Lucía se porta como toda una amante, siempre dispuesta a experimentar las cosas que le propongo. Hemos hecho juegos previos donde ambos nos chupamos cada rincón de nuestros cuerpos. Nos hemos dado sexo oral hasta que nos venimos, algunas veces en 69 y otras solo ella o solo yo chupando. Ha llevado ropa que la hace ver mas sexy, incluyendo el vestido y otras cosas que le regale. A veces ya puesta y otras la lleva para cambiarse, pero con el único fin de excitarme. Hemos usado un par de cosas para masturbarla y queremos comprar unos dildos y vibradores, pero ninguno los puede tener en su casa y eso nos ha detenido. También hemos intentado el sexo anal, pero aun no lo aguanta y me toca tenerle paciencia.
Yo espero que esta historia tenga un final feliz y que no tengamos problemas con nuestras familias. Pero si en algún momento se enteran, debo estar consciente que todo se va a ir a la chingada, pero si Lucia tiene el valor de dejar a su familia para irse conmigo, con gusto me la llevo. Pues esta es mi historia, para mí, esos casi $5000 que gaste ese día con Lucia, entre ropa y el motel, son la mejor inversión que he hecho en mi vida.
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