Mi vecina casada me mama la verga en las escaleras del edificio y me la cojo en su casa
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Durante el confinamiento por la pandemia salía a fumar un par de cigarros de vez en cuando a las escleras del edificio donde vivo solo para desaburrirme un poco. En una de tantas ocasiones paso frente a mi Violeta que es la esposa de uno de mis vecinos y por la paranoia de esos días, me retire bastante de la escalera para darle espacio para que pasara. Justo al pasar frente a mi, sin detenerse me dijo “No muerdo vecino” y siguió su camino.
Yo me andaba cogiendo a ese bombón de riquísimo culito y de grandes tetas desde hacia mas de un año pero habíamos dejado de vernos porque su esposo estaba en casa durante esos días. Los vecinos del edificio son de lo mas chismosos y nunca cruzamos palabras mas allá de un simple saludo estando ahí. Ese día que me la tope en las escaleras y ver su culo mientras subía me paro la verga y me despertó las ganas de volverme a coger a esa ricura.
Al día siguiente estuve atento por si la miraba pasar pero nada, fue hasta unos dos o tres días después que escuche unas zapatillas bajando las escaleras y salí apresurado. Le dije a mi esposa que iría a fumar unos cigarros y efectivamente era Violeta que bajaba sola y la alcance un piso abajo de mi departamento. No me contuve y la abrace mientras le decía que me urgía darle una buena cogida y ella me respondió que igualmente tenia muchas ganas pero que no queria arriesgarse.
Le dije que viera al rededor, no había vecinos afuera, prácticamente parecía un edificio abandonado y casi le suplique para que por lo menos me diera una mamada. Finalmente acepto y nos acercamos a un rincón desde donde yo podía ver si alguien entraba al edificio y ella me saco la verga del short que llevaba puesto. Se metió mi verga a la boca y comenzó a chupármela tan delicioso como siempre.
Volver a sentir como su boca se iba tragando suavemente mi verga y como su lengua se movía acariciando desde el tronco hasta la cabeza hizo que se me olvidara que estábamos a un par de pisos de su marido y sus hijos. Incluso que mi esposa estaba justo en el piso de arriba y que podía salir por cualquier motivo y atraparnos. O que alguno de los vecinos saliera de su casa y nos viera mientras Violeta me chupaba la verga. No puedo negar que fue mas excitante que encerrarnos a coger en un motel algunas horas por mucho que hiciéramos en ese tiempo.
Aun así, los dos estábamos un pocos nerviosos y cualquier ruido nos alertaba, pero comprobábamos que no hubiera peligro y ella me la seguía mamando. Le dije que me iba a venir y le pregunte si se los podía dar en la boca pues se que ella nunca ha rechazado cuando he querido dárselos a tragar. Con un simple “humju” me autorizo y descargue toda mi leche dentro de su boca y al igual que otras veces se la trago toda. Ya no hablamos mucho porque cada uno tenia que seguir su camino pero nos despedimos con un rápido beso en la boca no sin antes repetirle que me urgía darle unas cogidas.
No podíamos ponernos de acuerdo para volver a encontrarnos porque al estar encerrados con nuestras parejas complicaba todo, pero al día siguiente espere a ver si la veía y por desgracia la vi pero acompañada de su marido. Tuve que esperar un par de días para de nuevo escuchar que bajaba alguien y ver que era ella. Nuevamente salí corriendo atrás de ella y la alcance antes de que saliera del edificio.
Aprovechamos nuevamente la soledad del edificio para besarnos y acariciarnos cachondamente, pero ella dijo que no tenia mucho tiempo y le pedí al menos otra mamada de verga. Un poco a regañadientes pero se agacho sacando mi verga para nuevamente metérsela en la boca. Apenas me dio un par de mamadas y me miro a los ojos desde abajo mientras me decía “Apúrate a venirte porque hoy no puedo tardarme”.
Sujete su cabeza con mis manos y la empujaba para que se tragara toda mi verga desde el principio tratando de acelerar mi venida. Tarde mucho menos que otras veces pero también tuve que ser un poco mas rudo tratando de imitar una cogida pero por su boca y así poderme venir. Violeta nunca se ha quedado de nada de lo que le hago y ese día no fue la excepción, solo dejo que me vaciara en su boca y se despidió. Yo me quede ahí mismo y me fume un cigarro antes de meterme a la casa para que mi esposa no preguntara porque si salí a fumar no olía a cigarro.
Realmente me urgía darle unas cogidas a Violeta, el solo verla me pone cachondo y era como un martirio conformarme con solo unas mamadas de verga cuando la atrapaba saliendo al cajero a sacar dinero o algún otro mandado. Pasaron un par de semanas en las que pude atrapar a Violeta saliendo del edificio y repetir sus mamadas hasta ordeñarme.
Entonces un día vi que salió con su esposo y sus hijos y unas horas después vi desde la ventana que estaciono el coche de su esposo pero solo venia ella. Avise a mi esposa que saldría a fumar un par de cigarros y salí para dirigirme al piso donde ella vive. Espere un par de minutos y la vi subir por las escaleras con una sonrisa coqueta al verme parado a un costado de su puerta. Cuando se acerco a abrir su puerta me dijo en voz baja “Adivino, ya no aguantas las ganas de cogerme”.
Abrió la puerta de su casa y en cuanto cerramos nos besamos con toda la pasión posible, ella me pregunto “Acosador! ¿Cómo sabias que no había nadie en mi casa? No podemos tardar mucho porque tengo que regresar por ellos”. Nos fuimos a su sala mientras me explicaba que solo tenia unos minutos. Era la primera vez que yo entraba a su casa y me sentía un poco extraño, era como invadir un espacio ajeno, pero ya no aguantaba las ganas de meterle la verga.
Ninguno se desnudo, Violeta se bajo a medio muslo los jeans que tenia puestos y se empino en el sillón mas grande. Yo me saque la verga y se la puse en su rica panochita que ya estaba babeando de lo cachonda que estaba. No hubo nada de previos, ni cosas tiernas, era desfogarse lo mas rápido posible pero al mismo tiempo disfrutarlo.
Comencé a empujarle la verga con todas mis fuerzas mientras ella empujaba su culo contra mi y me decía que también le erguía sentir mi verga dentro de ella. Ella sabe lo mucho que me encanta cuando me la cojo de perrito sujetarla de las tetas para jalarla y se las saco de la blusa para dejarme hacerlo. Es una delicia ver tremendas ubres rebotando al ritmo de la cogida y agarre cada teta con una de mis manos para jalarla con fuerza mientras me la cogía.
En plena cogida no pude evitar decirle que después, cuando estuviera con su familia se acordara de como me la había cogido en su sala. Violeta bien cachonda por la cogida me respondió “Si, me voy a poner bien cachonda recordando como me estas dando verga aquí en mi casa”. Seguimos cogiendo un poco mas de tiempo hasta que finalmente me vine dentro de su panocha.
Ella bien cabrona no se limpio mi leche, solo se acomodo la ropa mientras me decía “Pues me llevo tus hijos dentro de mi, a ver si no se le antoja a mi esposo coger hoy y se da cuenta”. Nos dimos algunos besos mas y le dije que ya me iba. Ella se asomo primero y me dijo que podía salir, baje las escaleras y me fume un cigarro afuera de mi casa. Me estaba terminando el cigarro cuando bajo Violeta con unas cosas en la mano y al pasar, paso su mano sobre mi verga sin detenerse y me dijo en voz alta “buenas tardes vecino” y yo con todo descaro el respondí el saludo, “Buenas tardes señora”.
Segundos después entre a mi casa y mi vieja lo primero que me dijo fue, “¿Quien era?” y tranquilamente le dije, “La señora de Carlos, el del quinto piso”. Pero las viejas tienen radar y de volada me dijo “Muy amable la muchacha, ¿no?” obviamente en un tono molesto. Yo solo le dije haciéndome el ofendido que no anduviera con mamadas que era una falta de respeto para la señora, jajaja.
Por suerte se acabo el puto encierro y regrese a verme con Violeta de vez en cuando, pero la adrenalina de que me chupara la verga en las escaleras varias veces durante la pandemia y que me la cogiera dentro de su casa es algo para recordar.
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