Mi cita de Tinder me trata como puta desde la primera vez mientras mi esposo viaja
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A las 4 de la tarde mi esposo Marcos se despidió de mi para irse un par de días de viaje por su trabajo. Yo tenia una cita con un chico a las 6 y corrí a arreglarme para llegar puntual. Busque el vestido que tenia en mente después de maquillarme. Es el vestido que nunca me deja usar mi esposo porque dice que se me ve el culo y que no me tapa las tetas, pero a mi me encanta como hace ver mi cuerpo. Decidí no ponerme medias y solo usar unas zapatillas rojas que van muy bien con mi vestido.
No era mi primer cita con algún chico de Tinder desde que me case, pero Alonso (así se llama), me había llamado un par de veces y me dejo muy cachonda con todo lo que me decía. Aunque solo fue por teléfono, pero me hablaba con mucha confianza y bastante sucio para alguien que aun no conocía. Por lo regular en el afán de quedar bien y que no los rechaces, los chicos terminan siendo demasiado lentos. Prometía ser una cogida inolvidable pero al mismo tiempo no quería hacerme muchas ilusiones porque ya me habían decepcionado antes.
Como yo lo veo, si conoces a alguien en Tinder u otra aplicación de citas, es porque los dos saben a lo que van y siendo adultos, no hay que darle muchas vueltas. Yo no busco chicos para casarme con ellos, no me hace falta conocer nada de ellos que no sea su verga. Así que habíamos quedado afuera de un hotel. En cuanto me baje del Uber me comencé a sentir muy nerviosa porque no había tenido la oportunidad de hacer video llamada como otras veces. A Alonso solo lo conocía por las fotos que me envió y su voz por las llamadas que hicimos.
De inmediato lo reconocí y le trate de dar un beso en la mejilla para saludarlo, pero el me tomo de las mejillas y me beso en la boca. Esa era una muy buena señal, al menos no era de esos tontos que parece que te tienen miedo y no saben que hacer. Alonso no era especialmente guapo, ni siquiera era alto como me gustan, pero tenia una cara de depravado que no podía con ella. No era alguien con el que saldría en publico, pero para la cama se me hacia interesante. Incluso antes de decir cualquier otra cosa, lo primero que me dijo fue, “Estas mas buena que en tus fotos mamacita, te voy a poner una revolcada chingona!”.
Entramos caminando juntos al hotel y apenas dijimos unas cuantas palabras de camino a la habitación. Pero sus manos comenzaron a trabajar en ponerme cachonda y lo logro muy rápido. Lo primero que hizo al comenzar a caminar es agarrarme una nalga por debajo de mi vestido y así me llevo hasta que llegamos a la habitación. En cuanto entramos al estacionamiento de la habitación y cerro la cortina me tomo de la cintura y me comenzó a besar. Su lengua jugaba con la mía y por momentos me la jalaba con su boca.
Sus manos no podían quedarse en mi culo todo el tiempo y comenzó a acariciar mis tetas. Las saco muy fácilmente del vestido y mientras tanto me besaba en el cuello y me decía que tenia muchas ganas de culiarme hasta hacerme gritar. En mis perfiles no oculto que soy casada y a el le dije que mi esposo estaría de viaje. Me pregunto si ya se había ido y cuando le dije que si, me dijo que lo volvían loco las mujeres infieles y putas como yo. Que le encantaban las mujeres que buscaban verga cuando su esposo trabaja.
Aun estábamos en el estacionamiento cuando me quito el vestido y la tanga, me besaba mientras usaba sus dedos para masturbar mi panochita. Sus besos pasaron de mi cuello a mis tetas y después me puso de espaldas a el, recargada en la pared y me beso la espalda hasta llegar a mi culo. Desde ahí yo estaba contenta porque por fin me tocaba alguien que realmente sabia como tratarme, como excitarme.
Me chupo el culo abriendo mis nalgas por un rato, luego me dijo que subiéramos y mientras caminábamos, el no dejo de meter un par de sus dedos en mi panochita. El no se había desnudado aun, solo yo me había quedado solo con mis zapatillas puestas. Todavía me faltaba conocer la sorpresa que tenia entre sus piernas, aunque en algunas de sus fotos se veía muy vergon, en ocasiones en persona no lo son tanto.
Yo ya quería sacar su verga y metérmela en la boca, quería conocer y saborear lo que me iba a comer esa noche, pero no me dejo. Me dijo casi ordenando que me pusiera en cuatro en la cama y así lo hice. Su boca nuevamente comenzó a chupar mi culo, esta vez también metió algunos dedos en mi panochita para masturbarme.
Poco después se quito el cinturón y me dio un cinturonazo en las nalgas, a mi no me molesta que me peguen pero no me gusta que me dejen marcas. La cosa es que como solo fue uno no me preocupo, entonces Alonso puso el cinturón al rededor de mi cuello. Cuando lo jalo la primera vez me dolió un poco y me queje diciéndole que no tan duro. Alonso casi como para que entendiera que se haría todo a su manera, me volvió a jalar y al mismo tiempo que lo hizo me empujo sus dedos con fuerza en mi panocha.
Al sentir que me ahogaba con el ultimo de los jalones, por instinto lleve mis dos manos a mi cuello para sujetar el cinturón, pero al no tener apoyo me fui de frente y mi cabeza callo en el colchón. Mi culo estaba completamente levantado y Alonso jalaba su cinturón como si quisiera ahogarme. Es raro pero no sentí miedo, al contrario, me sentí muy excitada. Sus dedos hurgaban frenéticamente en mi panocha y la combinación de sentirme sometida y ahogada, con los movimientos de sus dedos me estaban poniendo mas cachonda que nunca.
Por unos segundos deje de sentir sus dedos en mi interior y solo sentía mi cuello apretado por el cinturón. No podía voltear, ni hacer ningún movimiento, pero entonces sentí la verga de Alonso frotándose contra mi panocha. Lo hizo unas pocas veces antes de decirme: “Que perrita, ¿a pelo?”, Yo le respondí que si y sin mas me la clavo de golpe en mi panochita. A pesar de que estaba muy lubricada por lo cachonda, si sentí un poco de dolor pero me gusto que fuera rudo.
Su verga comenzó a enterrarse en mi una y otra vez, al mismo tiempo jalaba el cinturón lo suficiente para ahogarme un poco pero no me lastimaba como al principio. Las metidas que me estaba dando me estaban llevando a sentir que tendría un orgasmo, pero antes de que pudiera venirme me saco la verga y me dijo que se la chupara. De un jalón de su cinturón casi me levanta la cabeza del colchón y me hace quedar hincada. Alonso puso su verga en mi boca y me ordeno que la abriera.
Cuando la tenia en la boca el usaba sus dos manos para empujar mi cabeza con fuerza contra el y su verga que de verdad estaba tan rica y grande como en las fotos me ahogaba. Alonso no dejo que me quitara ni un centímetro, las lagrimas se me salían y sentí cuando se venia en mi garganta. Sus chorros de semen se me fueron directamente al estomago, pero era tanto que tuve que toser aun con su verga adentro de mi boca y casi me vomito. A pesar de que nunca me habían tratado así, me sentía super cachonda de que un hombre rudo me hiciera hacer lo que el quisiera sin preguntarme nada.
Apenas termino de venirse literalmente en mi garganta, el me sujeto las mejillas y me escupió en la cara mientras me decía, “Eres una pinche puta”. Por un instante me sorprendió que me escupiera y no estoy segura de si me moleste o no de que lo hiciera. Puedo decir que es algo borroso ese instante porque nunca me habían tratado así y yo hubiera pensado que algo así me hubiera molestado mucho. Pero creo que estaba muy excitada porque no alcance a venirme, estuve a punto y de inmediato me hizo chuparle la verga para después echarme sus mecos.
El que me escupiera me desconcertó un poco, pero casi de inmediato después de escupirme, nuevamente me metió sus dedos en mi panocha. Yo estaba en la cama y el también se hinco mientras movía con fuerza su mano clavándome no se cuantos dedos. Al mismo tiempo jalaba el cinturón hacia mi espalda con una de sus manos y me volvía asfixiar un poco mientras me volvía a escupir. El placer que estaba sintiendo no lo puedo describir, pero me pude venir solo con sus dedos metidos en mi panocha y sintiendo que me ahogaba.
Yo por primera vez en mi vida chorree mientras tenia mi primer orgasmo de ese encuentro, quería quitarme y al mismo tiempo quedarme y seguir disfrutando. La decisión finalmente fue de Alonso porque se dio cuenta que me estaba viniendo y lejos de dejarme descansar, mas fuerte movía sus dedos dentro de mi. Eso hizo que mi orgasmo se prolongara por mas tiempo y estando tan excitada yo misma le pedí que me escupiera porque supuse que eso le gustaría hacer.
Alonso jalo gargajos antes de escupirme y yo casi por instinto abrí la boca y me escupió directo a ella. Me seguía metiendo los dedos en mi panocha, aun sentía mi orgasmo cuando sentí su saliva caer en mi lengua y pude sentir que no solo era liquida. Sus gargajos o mocos de la nariz que me escupió se sentían algo parecido a cuando comes ostiones. Puede sonar asqueroso pero por alguna razón me excito demasiado comerlos a mitad de mi orgasmo.
Yo siempre fui un poco asquerosa en lo que se refiere a sentir cosas raras en la boca. Incluso aunque si llego a tragarme el semen de algunos hombres, no siempre me agrada hacerlo. Pero Alonso me tenia mas excitada de lo que había estado en mi vida, en parte porque era rudo y vulgar para hablarme. Pero también porque me hacia sentir completamente sometida, dominada y era algo nuevo para mi.
El siguiente escupitajo que me echo en la boca lo acompaño de una cachetada bastante fuerte. Estaba por decirle que no me pegara tan duro cuando se levanto y me comenzó a golpear la cara con su verga que nuevamente estaba dura. Alonso usaba su verga para darme algunos golpes en la cara pero también la embarraba por todo mi rostro. Me decía que iba a enviarme a mi casa apestando a su verga y yo realmente quería sentirla por toda la cara.
Me hizo que le chupara la verga un poco y de momento jalo de nuevo el cinturón, lleve mis manos a mi cuello pero el jalón me tiro de espaldas a la cama. Alonso me dijo con voz fuerte, “Ábrete, abre bien las putas piernas y ábrete la panocha con las manos, quiero verte”. Yo lo obedecí y el se quedo frente a mi arrodillado. Yo quería que ya se lanzara sobre mi y me la metiera de nuevo, pero no lo hizo.
El jalaba su verga pero no se animaba a ponerse sobre mi. En lugar de eso me dio un par de golpes directamente en la panocha con una de sus manos y me dijo, “¡Mírate pinche puta!, estas casada y aquí estas abriendo las patas para que te meta la verga un desconocido… ¿Te gusta la verga, verdad? ¿Cuántos cabrones te la han metido desde que te casaste?”. Yo le respondí que varios y el me dijo que quería saber cuantos. Entonces le respondí que no sabia, que como unos 15 y mientras nuevamente usaba unos dedos para meterlos en mi panocha, pregunto, “¿Todos de Tinder? o ¿también te revuelcas con sus amigos?”.
Es increíble que sus preguntas me estuvieran poniendo de nuevo al borde de otro orgasmo, le dije que algunos de Tinder y otros eran amigos míos. Volvió a preguntar, “¿Y todos te cogen a pelo?… De seguro todos te van sin condón, ¿verdad pinche puta?” Le respondí con la verdad, que solo con algunos lo hacia sin condón y me dijo, “¿Y como te gusta mas? ¿Te gusta que te llenen la panocha con sus mecos?” Estaba tan caliente que le respondí que me gustaba mas hacerlo sin condón y que me echaran sus mecos adentro.
Para esos momentos un segundo orgasmo me estaba llegando, sus dedos y sus preguntas me estaban volviendo loca de placer. Entonces fue cuando puso sobre mi y su verga me volvió a entrar. Fue casi como si adivinara que me estaba llegando otro orgasmo, su verga comenzó a entrarme mientras mi orgasmo ya estaba haciendo que me retorciera.
Llevo mis piernas a sus hombros y mientras me la empujaba con fuerza me pregunto, “¿Te das cuenta que eres una puta? ¿El pendejo de tu marido sabe lo puta que eres?”. Cuando le dije que no sabia nada, Alonso dijo, “Pues te voy a dar tanta verga que va a ser imposible que no se de cuenta”. Yo solo le decía que si, le pedía que me diera mucha verga y que me dejara bien abierta.
Para esos momentos yo quería que hiciera conmigo lo que quisiera, estaba tan caliente que me hubiera dejado hacer lo que fuera. Alonso me pregunto que si también tragaba verga por el culo y le dije que no. El me dijo sin dejar de cogerme que esa noche mi culo se iba a tragar su verga quisiera o no. Me daba un poco de miedo porque aunque si lo había hecho por el culo, siempre me duele y no es algo que me gusta sentir.
Alonso puso su verga en mi culo sin bajar mis piernas de sus hombros y le suplique que no lo hiciera por atrás. El puso la punta en mi culo y me la empujo un par de veces suave y de momento dio uno tan duro que grite horrible porque el dolor era insoportable. Su verga me entro no se si completa pero yo sentí que me partía en dos. Trate de quitarme y Alonso comenzó a jalar con fuerza el cinturón que aun tenia en el cuello. Al mismo tiempo me dijo que me relajara y me dejaría de doler.
Fue la única vez que si sentí un poco de miedo, pero mientras me ahogaba me empujaba su verga sin parar en el culo. No puede evitar llorar pero Alonso no se detenía ni un momento. Deje de preocuparme por que me lo hiciera por el culo y con mis dos manos trataba de aflojar un poco el cinturón para poder respirar. Yo le suplicaba que ya no lo hiciera, le decía que en verdad me estaba lastimando y no le importo nada.
Poco a poco el llanto se me paso porque si comencé a sentir muy rico las metidas de su verga en mi culo. Es increíble que antes de esa noche, cuando mi esposo quería cogerme por el culo me dolía y no aguantaba. Con Alonso a pesar del miedo y de que prácticamente me violo, el dolor se fue convirtiendo en placer. Incluso sentir algo asfixiada también me estaba ayudando a disfrutar de una forma que yo no conocía. Fue tal lo cachonda que me puse que yo misma le pedí un par de veces que jalara el cinturón y que me la metiera duro.
Los empujones que me estaba dando eran durísimos y profundos, pero mi culo ya no me dolía, solo sentía como ligeros y placenteros piquetes en el estomago. Alonso nuevamente me escupió en la cara y yo le pedí que lo hiciera en mi boca. Me dejaba caer su saliva después de jalar gargajos y eso me prendía aun mas. Yo le decía que me hiciera su puta, que me usara como quisiera y que el era el primero en romperme el culo de esa forma y que me encantaba.
Alonso mientras me la metía con fuerza me dijo, “Tu pinche culo ya esta todo floreado y esta todo lleno de sangre ¿Aun quieres que te la saque pinche puta? ¿O quieres mas verga?”. Yo no podía hacer otra cosa que pedirle mas verga porque estaba a nada de otro orgasmo mas, pero este seria mi primer orgasmo anal en mi vida. No tarde mucho en sentir que un calor inmenso me recorría y contracciones en mi vientre que no podía controlar. Alonso me dijo “Que rico aprietas con tu culo mi verga cuando te vienes pinche puta, ahora van mis mecos para que cagues semen cuando estés en tu casa con el pendejo de tu marido”. Literalmente yo le gritaba que si, que me echara todos sus mecos adentro y unas cuantas metidas mas se vino dentro de mi culo.
Por fin los dos nos tiramos en la cama agotados por la cogida, yo casi no sudo pero estaba escurriendo sudor tanto mío como de Alonso. Me quite el cinturón del cuello para poder respirar mejor y recuperarme mientras Alonso me preguntaba si me había lastimado mucho. Le respondí que si, que si me había lastimado y que me hizo llorar pero que también me había hecho disfrutar como nunca. Mientras hablamos tome papel higiénico de la mesa de noche y me limpia mi culo y mi panocha. En verdad me estaba sangrando, yo pensé que me lo decía para calentarme pero era mucha sangre la que me salía.
Me levante al baño y lavarme y al verme al espejo me di cuenta que tenia el cuello todo marcado. Me entro un poco de pánico por lo que tendría que decirme a Marcos cuando regresara de su viaje. Era seguro que no se me quitarían las marcas y algo muy bueno tendría que inventar. Pero lo hecho, hecho estaba y la verdad es que nunca había cogido con un hombre como Alonso. Así que regrese a la cama con el y por fin pudimos platicar un poco para conocernos.
El se disculpo por ser tan rudo y me pregunto si me había espantado y aunque si hubo un momento que me espante, le dije que no, pero que si me había dolido muchísimo cuando me la metió en el culo. No nos quedamos mucho en el hotel porque tenia que recoger a mi nena antes de las 10 de la noche o mi niñera se molesta. Pero por primera vez, sentí que conocí a un hombre con el que valía la pena engañar a mi esposo, un hombre que me hiciera sentir cosas nuevas y que me llevara a mis limites.
Cuando me iba en el taxi, mire a Alonso y me dije “¿Como me pudo hacer disfrutar tanto ese tipo? Esta chaparro y no es guapo, pero que rico coge el desgraciado”. Con otras citas me pasa que aunque disfrute mucho con ellos, al final me queda un sentimiento de que no fue tan rico y que no valía la pena el riesgo de que me atrapara mi esposo. Creo que ni yo sabia realmente lo que estaba buscando en otros hombres aunque yo pensaba que era variedad y no conformarme con solo coger con mi Marcos. Pero con Alonso fue distinto, fue la primera vez que regrese de una cita sintiéndome completamente satisfecha y tranquila aunque tendría mucho que explicarle a Marcos por las marcas en mi cuello.
En el taxi comencé a sentir los efectos de las cogidas y maltratos de Alonso. El culo me ardía horrores, no era dolor como tal, pero su era mucho ardor. El cuello si que me dolía y también me ardía un poco, era como estar torcida pero mucho peor. Pero también sentía una tranquilidad extraña, me valía las broncas que se me venían, me sentía complacida, satisfecha, contenta. Eso si, al bajarme del taxi las piernas me temblaban y la niñera se me quedo viendo al cuello cuando me abrió la puerta de su casa.
Las dos calles de regreso a mi casa cargando a mi nena se me hicieron eternas por el temblor en las piernas, pero al fin llegue. A marcos le dije que había sido un juego tonto con una de mis sobrinas que el no soporta y no la habla. Así no había problema de que le preguntara, pero el culo me dolió un par de días y justo como dijo Alonso. Cuando fui al baño esa misma noche, literalmente cague sus mecos y me acorde de lo que me dijo cuando me cogía.
Normalmente no me gusta repetir con chicos de Tinder mas de un par de veces, pero con Alonso me fui haciendo adicta a sus cogidas. Es rudo y vulgar cuando estamos en la cama pero sabe como llevarme a mi limites de excitación. Le gusta humillarme, insultarme y nunca me pide permiso para hacerme algo. Pero ya tenemos medio año de amantes y me encanta, aunque le tuve que pedir que tenga cuidado de no dejarme marcas de nuevo. El Tinder ya muy rara vez lo uso, me siento muy bien con Alonso y pues para mi, esta fue la experiencia mas rica de mi vida hasta ese entonces, aunque ahora tengo algunas mas con Alonso.
Como dije anteriormente, Alonso no es un chico con el que saldría ni a la esquina, no me gusta físicamente pero em encantan sus cogidas brutas igual que el. Es como un pequeño macho alfa que sabe perfectamente como tratar a una mujer como yo. Mi marido no tiene ni la mas mínima idea de lo mucho que le falta para hacerme gozar como me hace gozar Alonso y por eso lo he elegido como amante mas o menos de planta.
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