Me cojo a mi compañera de la carnicería con un pedazo de longaniza en la pepa
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Tengo algunos años trabajando en una carnicería y he visto llegar e irse a varios empleados y empleadas, casi siempre me tocan hombres y cuando son mujeres están de la verga. Pero hace unos meses me vi bendecido cuando contrataron de cajera a Berenice, una chica de 25 años bien sabrosa. A primera vista pensé que era mamona, pero en cuanto se fueron los dueños y comenzamos a platicar, me di cuenta de que era a toda madre. Me desanimé un poco cuando me dijo que era casada y que tenía una nena, pero la neta era de esperarse porque está muy sabrosa. Pero rápidamente hicimos buena amistad y comenzamos a echarnos desmadre con bromas bien pesadas, con lo que me di cuenta de que le gustaba mucho meter temas sexuales.
Con los días y más confianza nos platicamos nuestras respectivas aventuras e infidelidades y resultó que a la nena le encantaba ponerle los cuernos a su marido y lógicamente me apunte para entrar a su lista. Cuando comenzaron los manoseos más descarados, ya sabía que me comería a ese bombón en cualquier momento. El día que cogimos por primera vez, ella llevaba una minifalda y la rete a pasarse todo el día sin tanga a cambio de pagarle el desayuno del día siguiente y sin dudarlo se la quitó en frente de mí. Un rato después le dije que había sido algo muy fácil y la reté a que además se metiera un pedazo de longaniza en la pepa y se lo dejara. Ella me pidió que se lo pasara, corte un pedazo de unos 15 cm y cuando se lo di, me dijo que se la puse fácil con un pedazo tan chiquito. Bere me pidió que no la viera, pero le dije que tenía que comprobar que se lo había metido y se sentó en su silla abriendo las piernas y comenzó a metérselo. No me aguante las ganas de decirle que tenía una pepa deliciosa y ella entre desmadre y en serio me dijo “Pues no la has probado porque no la has pedido, porque siempre la traigo conmigo”. Ella terminó de meterse el pedazo de longaniza y le dije que se me había puesta dura la verga de ver si rico bollito. Me dijo que se la enseñara y me la saque para que la viera, pero justo me acababa de sacar la reata, llego un cliente y de volada la escondí en el mandil y luego discretamente la guarde.
Cuando termine de atender a ese cliente, Bere me dijo que no me la podía guardar, que si ella se había quitado la tanga y metido la longaniza, entonces yo me quedara con la verga de fuera. Le pregunté que como se sentía con la longaniza en la pepa y me dijo “Esta chiquita, pero se siente rico y me está poniendo cachonda”. Yo me acerqué a ella que estaba sentada y le dije que me dejara sentirla, abrió sus piernas y le acaricie la panocha, abrí un poco los labios de su vagina y se veía solo un poco de la longaniza. Ella al mismo tiempo metió su mano por dentro de mi mandil y me acaricio la verga. Me agaché a darle unos besos mientras le seguí acariciando la pepa, metí un par de dedos y le empuja la longaniza más adentro. Ya en este punto, estaba realmente sorprendido de Bere, lo fácil que fue hacer que fuera infiel a su marido, pero también, que aunque fuera en “juego” hiciera cosas locas como haberse metido el pedazo de longaniza. Es verdad que con algunas chicas ya con el tiempo y mucha confianza, hice cosas como hacer que se masturbaran con algo raro. Pero Bere con solo retarla ya estaba haciendo algo que nunca había visto y hasta le gustaba.
Un cliente más nos cortó la inspiración y luego llegaron algunos más, tardamos como 40 minutos en volver a quedarnos solos, pero todo ese tiempo anduve con la verga fuera del pantalón tapada por el mandil. Si me acercaba a Bere, ella discretamente metía su mano para acariciar mi verga. Ya me urgía quedarme solos con Bere y apenas se fue el último cliente, me acerqué a ella haciendo a un lado mi mandil y aprovechando que estaba sentada en su lugar, le puse la verga directamente en la boca. Que buenas mamadas de verga da la Bere, succiona como si te quisiera arrancar y ella sola se la mete hasta la garganta. Me di cuenta de que mientras me daba las chupadas, ella con una de sus manos se masturbaba metiendo algunos dedos en la pepa. Pero nuevamente nos interrumpieron y esa vez casi nos atrapan, así que rápidamente fui a atender a ese nuevo cliente.
Cuando ese cliente se fue, de volada, me regrese al lugar de Bere y antes que pudiera hacer nada, ella me dijo “Ya cógeme porque si no los clientes nos van a dejar con las ganas”. En la carnicería solo hay dos lugares donde esconderse de la vista de la gente que pasa por enfrente, una es atrás del refrigerador (es un pequeño cuarto) o atrás del cristal polarizado del lugar de Bere que es parte del mostrador, pero bien en esquina del local. Así que para rápido, me puse atrás de ella, quitamos la silla y ella se empinó en el mostrador levantando su falda hasta la cintura. Puse mi verga en la entrada de su pepa y la lubriqué con saliva y me di cuenta de que aún tenía la longaniza adentro. Apenas estaba intentando sacársela cuando ella me dijo “ya así, hay déjala, no pasa nada o ¿te da asquito?”. Solo le dije que no era eso, pero que pensé en no lastimarla y ella me dijo “No lástima, esta suavecita, hasta se va a sentir rico, se me hace que quieres que pierda el reto, ¿verdad?”. Ya ni dije nada, pero el puto reto era lo de menos, así que comencé a empujar mi verga y aunque la verdad si se sentía raro, finalmente se le fue hasta el fondo.
Dos o tres veces se la dejé ir despacio, pero hasta el fondo, sentí como que la longaniza dentro de su pepa se había acomodado a un lado haciendo espacio a mi verga y entonces comencé a metérsela con ganas. La neta, ya después de darle varios empujones con fuerza, ya ni se sentía el pedazo de longaniza. Bere entre ligeros jadeos me dijo “hay qué rico, que rico me coges, qué rico me metes tu verga, ya no me voy a aburrir aquí, pero tardaste mucho cabrón”. Por unos momentos nos pusimos alerta porque entro un coche al estacionamiento de la plaza donde está el negocio, parecido al de la esposa del dueño, pero no le saque la verga. Cuando verificamos que no era y que la persona iba a otro local, me la seguí clavando. En realidad no fue mucho tiempo, a lo mejor unos 10 minutos, pero no quería que me dejaran a medias y cuando sentí que me venía, ni le avise y se los deje ir todos adentro. Cuando se la saque, le escurrieron unas gotas de mis mecos que cayeron en el piso, Bere se pasó la mano por la pepa recogiendo lo que le escurría y lo embarro en mi verga antes de metérsela a la boca y darme unas cuantas mamadas más. Fue super cachondo cogerme así a la Bere en medio del trabajo y con la adrenalina de que nos fueran a cachar.
Bere se acomodó la falda y se sentó en su silla mientras platicamos un poco, ya no llegaron más clientes por bastante rato, pero ya no volvimos a coger ese día. No me quede con la curiosidad de saber que sintió que me la cogiera con la longaniza adentro de la pepa y me dijo que nunca había cogido con comida adentro, pero que tiene juguetes que usa con su marido. Pero que le había gustado, que se sintió bien llena y que sentía como mi verga empujaba la longaniza hasta dentro. Dijo que no quería ver como iba a salir de machacada y moqueada el pedazo de longaniza. Le dije que si quería que ya se la sacara porque faltaba poco para que llegaran los dueños a hacer el corte y me dijo que si quería ayudarla. Se me hizo bien morboso cuando se abrió de piernas esperando que yo metiera mis dedos en ella para sacarle el pedazo de longaniza. Se me paro la verga de verla sentada, abriendo su pepa con las dos manos, pero ya no había tiempo de cogérmela de nuevo. Le metí un par de dedos y podía sentir la longaniza bien al fondo, pero no podía sujetarla para jalarla. Bere me dijo que me estaba haciendo tonto solo para meterle los dedos, y ella intentó sacarla. Me dijo que si se podía sentir, que metiera mis dedos sin miedo y lo hice hasta que pude pasar un dedo por atrás del pedazo que estaba más cerca y la jale. La longaniza estaba entera, doblada en dos y muy babosa, supuse que de mi semen. Cuando salió de su pepa, Bere dijo “¡Dios! ¡Qué rico!”, la agarré para tirarla en donde desechamos los pellejos y ella dijo “¿Qué? ¿Por qué la tiras? Llévatela a tu casa para que tu vieja te haga de cenar”.
Ella se volvió a poner su tanga y me dijo que le debía el desayuno del día siguiente, le dije que invitaría lo que quisiera, pero que llevara alguno de los juguetes que usaba con su esposo. Bere me respondió que no necesitaba llevar nada para que jugáramos, porque teníamos mucho para probar ahí mismo. Fue en ese momento que me jalo hacia ella y me dio un beso en la boca, inmediatamente después me dijo que no quería ningún problema con su marido, ni con mi esposa. Que nos podíamos divertir mucho, pero siempre y cuando dejáramos todo para ahí adentro. Yo estaba de acuerdo y le dije que pensaba lo mismo, que lleváramos todo con la mayor discreción para evitarnos problemas.
Un rato después, llegó solo el dueño a hacer el cierre y salí un poco antes que Bere, afuera estaba su marido y nos saludamos. Está bien cabrón, como las viejas nos agarran de pendejos y nosotros ni cuenta nos damos. El cabrón está galancillo y más o menos de la edad de ella, yo la neta, soy feo, flaco, jodido de lana y ya estoy a un par de años de pegarle a los 40. Aun así, la Bere me aflojo sin tanta bronca, además hemos hecho de a madres de cosas que al menos yo no había hecho con otras morras. Supongo que para una mujer como Bere, es fácil ligarse a cualquiera y si me aflojo a mí, fue porque conmigo tendría chance mucho tiempo y casi todos los días. No soy ningún pendejo, sé que no está cogiendo conmigo porque le guste yo, pero sé que soy la mejor oportunidad de tener sexo y sin meterse en broncas. Pues mientras se pueda, le seguiré dando verga a la Bere. Por último, les recomiendo fijarse bien a dónde compran sus cosas del mandado, porque la neta, muchos de mis clientes, se llevan su carne con rico sabor a la pepa de Bere o al de mi verga jajaja.
Todo lo que escribi es real y tengo un chingo de anécdotas sobre lo que hacemos Bere y yo en la carnicería y de un par de veces que nos hemos visto afuera. Si quieren que les platique mas, diganme en los comentarios y les platico. Por ejemplo, la cabrona si llevo un juguete de los que usa con su marido el día siguiente de nuestra primera cogida. pero ya tenemos 14 meses poniéndole todos los días en la chamba, imaginen todas las cosas que hemos hecho.
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Cuenta we cuenta que más han echo porfa