Me cogí a una cliente de mi taller en la cama de su marido
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Durante varios días vi pasar frente a mi taller de herrería a una señora riquísima de unos 30 y algo de años, ella siempre se viste sexy como queriendo que todos la miren. En ocasiones la acompañaba una niña de unos 12 o 13 años y muy rara vez la vi pasar con un hombre que imagine era su marido. Pero nunca había cruzado palabra con ella pues en realidad yo soy una persona un poco tímida.
Una mañana estaba terminando un trabajo cuando escuche una voz femenina que saludaba y al quitarme la careta de soldar vi que era la hermosa señora que vi pasar varias veces. Un poco nervioso tan solo por tenerla enfrente le pregunte en que podía ayudarla y me dijo que necesitaba un presupuesto para un trabajo. Acordamos la hora para el día siguiente fuera yo a su casa y hacer el presupuesto no sin antes enterarme que se llama Anabel.
Finalmente me dio el trabajo y comenzamos a saludarnos cada que pasaba frente a mi taller y ocasionalmente se detenía a preguntar como iban sus protecciones. Ella me pareció una mujer divertida, nada sangrona y hasta sentía que era un poco coqueta, pero yo soy un hombre de 40 años no muy agraciado y un poco gordo, que podía esperar yo de una mujer como ella.
El día que fui a poner las primeras protecciones a dos de las ventanas, ella me recibió usando un vestidito muy coqueto y chanclas mientras tomaba café. Que piernotas tan ricas tiene! yo no podía dejar de verlas y creo que se dio cuenta. Me ofreció una tasa de café y al principio la rechace educadamente pero me insistió que la acompañara.
Me quede sorprendido cuando mientras tomaba mi tasa de café con ella, me dijo directamente y sin rodeos que ella no conocía todavía a nadie de la colonia y que aun estando casada ella como mujer tenia necesidades. Yo no entendía bien a que se refería o creo que mas bien no podía creer lo que escuchaba. Le dije que no la estaba entendiendo y me pregunto sin ningún rodeo que si ella me gustaba a lo que con mucha pena le respondí que si porque era una mujer muy atractiva.
Ella inmediatamente me dijo que ya tenia casi 14 años de casada y que con su marido no tenia mucha intimidad, que si yo estaba dispuesto a ayudarla ocasionalmente con una despensa, que ella podía desahogarse de vez en cuando conmigo con toda la discreción posible para que ninguno tuviera problemas en su casa. Pero que las únicas condiciones que ponía era que fuera muy discreto, que todo quedara entre nosotros, nada de chismes, que por nada del mundo se me ocurriera buscarla en su casa o estarle llamando a cada rato y sobre todo nada de escenas de celos si mas adelante me enteraba de algo sobre ella.
Pues ¿a quien le dan pan que llore? le dije que por mi ni se preocupara, que tenia mi esposa y lo ultimo que queria eran problemas. No me dejo decir mas, ella se levanto de su silla y se puso de pie frente a mi con su rodilla izquierda recargada en mi silla justo entre mis piernas. Se agacho un poco para besarme y a pesar de que como dije, no soy un hombre muy agraciado, ella me beso mas rico de lo que mi esposa lo ha hecho en toda nuestra vida juntos.
Su lengua jugaba con la mía mientras nuestros labios se juntaban. Ella me dijo que la agarrara sin miedo y comencé a acariciar sus nalgas por encima del corto vestidito. Mi verga reacciono de inmediato y sentí que el pantalón me estorbaba, ella se fue sentando sobre una de mis piernas y comenzó a mover su cadera frotando su entre pierna contra mi muslo mientras me seguía besando.
Por un momento dejo de besarme mientras se bajo el escote del vestido y saco sus tetas, me dijo que se las chupara y jalo mi cabeza contra ellas. Tenia los pezones bien duros comencé a chuparlos como si fuera una becerro amamantándose. Francamente tenia mucho que no tenia una mujer diferente a mi esposa en los brazos y mucho menos tan sabrosa, no podía creer lo que estaba pasando.
En 20 años que tengo dedicándome por mi cuenta a la herrería, nunca me había pasado algo como eso, pero lógicamente no me iba a quejar de nada. Después de unos minutos de tenerla sobre mi en la silla, ella me tomo de la mano y me llevo a la recamara donde duerme con su marido. Ella se quito las chanclas y el vestido dejando solo una mini tanga de hilo dental y se acostó en la cama bocarriba mientras estiraba sus brazos invitándome a ponerme sobre ella.
Me quite la ropa y me puse sobre ella entre sus piernas, me dijo “vamos papi hazme gozar” nos dimos un beso mas en la boca y le pregunte su tenia condones, me respondió que no me preocupara porque estaba operada y nos seguimos besando. Con una de mis manos puse mi verga en la entrada de su panocha y sentí una cálida humedad cuando se la comencé a meter.
Anabel no es una mujer como cualquiera, ella decía muchas cosas cachondas mientras me la cogía, cosas que nunca imagine escuchar de una mujer casada pero eso me excitaba. Yo le estaba metiendo la verga y ella me dijo “yo soy muy cachonda, ¿crees poder complacerme o me voy buscando otro?”. Por lo excitado yo le respondía que yo la complacería todo lo que quisiera, que cualquier cosa que ella quisiera.
En algún momento me pregunto “¿No te molesta cogerme en la cama de mi marido?” y le dije que no, la muy cabrona me respondió “Pues aprovecha papi, porque no será fácil volver a revolcarte conmigo en esta cama”. Seguimos cogiendo conmigo sobre ella por un rato mas.
Ella me dijo que le diera de a perro y se puso a cuatro patas, yo me estaba acomodando para meterle mi verga y me pregunto si me gustaba su culo, cuando le dije que estaba riquísimo me respondió que si me portaba bien con ella y era discreto lo podría usar tanto como quisiera las próximas veces.
Me pareció muy descarada y algo vulgar que hablara así, sin importarle que me la estuviera cogiendo en su propia cama, nada que ver con la imagen que da cuando la ves por la calle, pues aunque se viste demasiado sexy, es guapa y te imaginas que es muy sangrona. Pero finalmente yo no soy nadie para juzgarla y menos si me da la oportunidad de disfrutarla.
Me la cogí por un rato mas de a perrito hasta que me vine dentro de ella, se levanto y me después de darme un beso me dijo que pusiera aunque sea una de las protecciones para justificarle a su esposo que estuviera ahí. Ella se volvió a poner su vestidito y salió de su recamara antes que yo. Me puse a trabajar y ella me llevo un vaso de refresco un poco después y me dijo “nada de cariñitos en publico, ¿ok?”.
Termine mi trabajo y me salí de su casa, ella ya no me volvió a insinuar nada y francamente pensé que a lo mejor se había decepcionado. Pero al día siguiente paso por mi taller y cuando entro fue directamente a darme un beso en la boca. Me dijo que iba de rápido pero queria saber que día pondría las que faltaba para ver si podía estar sola.
Yo le dije que en dos días mas y pensé que a lo mejor queria la despensa que me había pedido, le dije que si queria pasar al día siguiente por su encargo y me respondió que no me preocupara, que eso era un detalle para de vez en cuando y no para cada vez que hiciéramos algo.
Me dio un beso mas en la boca para despedirse mientras con una mano acaricio mi verga sobre mi pantalón, se salió moviendo su rico cuerpo tan coqueta como siempre.
El día que puse el resto de las protecciones no pudimos hacer nada pero al día siguiente paso al taller y me la cogí en el baño. A partir de ese día pasa dos o tres veces por semana para que me la coja. Ha aceptado irnos a algún hotel un par de veces, pero no le gusta porque dice que la pueden ver. A veces no lleva mucho tiempo y solo me da unas chupadas de verga aunque me deja con ganas porque no me da tiempo a venirme.
La verdad algunas personas dicen que ella anda con varios hombres y aunque no quiera me dan celos. No voy a negar que si yo supiera que ella me aceptara como pareja, no dudaría en divorciarme, pero por otro lado, se mi realidad y que no creo que una mujer como ella acepte vivir conmigo que además de feo soy pobre. Creo que aunque no pide nada mas allá que una despensa una o dos veces por mes aun cuando cogemos a cada rato, si en verdad anda con varios algún provecho debe sacar o si en verdad será tan cachonda que necesita hacerlo con varios hombres diferentes.
Al fin y al cabo me siento afortunado de poder disfrutar de Anabel y no soy nadie para juzgarla, pero me cuesta trabajo entender porque hace lo que hace teniendo un esposo que claramente la consiente y no se ve que sea mala persona.
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