La mejor amiga de mi hija menor se hizo mi amante y coge delicioso la chamaca
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Mi nombre es Emanuel, soy un hombre de 42 años, casado y con dos hijas, una de 22 y la otra de 20. Cuando inicio el confinamiento ocasionalmente mi hija menor invitaba a una de sus amigas a la casa. La chamaquita se llama Julieta y es una chiquilla bien educada y de una buena familia que conozco desde hace varios años. No voy a negar que se me hacia una chica muy guapa, con un cuerpazo increíble, pero lógicamente uno como adulto sabe que debe ser prudente.
En un par de ocasiones Julieta hizo comentarios sobre mi que me hicieron sentir un poco incomodos y que mi hija tomo como broma de su amiga. Pero cuando retomamos actividades en mi trabajo, Julieta me visito en la oficina y se me hizo muy extraño pero la recibí como haría con cualquier amigo o amiga de mis hijas.
La platica con ella fue realmente tonta y sin ningún sentido, no encontraba una justificación para que me hubiera visitado en mi trabajo pero no le dije nada para no incomodarla. Finalmente el incomodado resulte ser yo cuando Julieta me dijo directamente que yo me le hacia un hombre muy atractivo. Honestamente no supe que decir, por un lado queria expresarle que no debía decirle eso a un hombre maduro y por otro no queria hacer sentir mal a la chiquilla.
A partir de que me dijo que le parecía atractivo su platica se enfoco en decirme cosas relacionadas a ese tema. Me decía que siempre había tenido la curiosidad de salir con alguien mayor. Que si no fuera casado ella haría lo que fuera para salir conmigo o que le gustaría salir con un hombre como yo. Hasta este punto no hablamos nada sexual, sus comentarios eran básicamente sobre una relación sentimental que obviamente para mi era imposible mantener con ella.
Mis respuestas fueron mas bien para desanimarla un poco, pues le hice ver que un hombre maduro se podría aprovechar de ella. Creo que hasta ese momento pensaba que por ningún motivo me gustaría saber que alguna de mis hijas hiciera lo mismo que estaba haciendo Julieta.
Entonces Julieta me dijo que muchas veces los padres no recuerdan o no quieren recordar como fueron a su edad. Me dijo que ella ya había tenido relaciones con chicos, pero que pensaba que una experiencia con alguien mayor seria mucho mas interesante. Básicamente la platica se volvió de ella dándome sus razones de porque queria algo con un maduro y yo tratando de convencerla de que no era correcto.
Antes de continuar quiero aclarar que no es que yo sea un santo, de hecho tengo una relación extramarital con una chica de mi trabajo desde hace 3 años. Pero Julieta es de la edad de mi hija menor y por muy hijo de puta que seas, te la piensas mucho y mas sabiendo que es amiga de tu hija.
Tuve que interrumpir la platica porque necesitaba regresar al trabajo pero ella me pregunto si podíamos vernos en otro lado para seguir platicando. De entrada le dije que no me gustaría meterme en problemas con mi hija o con su familia a la cual conozco bien. Me prometió que nunca le diría nada a nadie y terminamos acordando vernos al día siguiente al salir del trabajo.
Al día siguiente pase por Julieta a donde acordamos y me sorprendió verla vestida con una minifalda y tacones altos. No es que se viera vulgar o en desacuerdo con su edad, pero nunca la había visto vestida y maquillada de esa forma, se veía guapísima y muy sexy. Platicamos un poco en el coche y después en un café, pero ya me había metido la espinita de disfrutar un manjar tan rico y joven como ella. Después subimos al coche y nos dimos un primer beso, un segundo, un tercero y termine por preguntarle si queria que fuéramos a “un lugar mas tranquilo”.
En cuanto me dijo que si, nos fuimos a un motel cercano y apenas estacione el coche en la habitación, Julieta se monto sobre mi para besarnos con total pasión. Mi verga se puso durísima de inmediato, pues sus besos y tenerla sobre mi me prendieron demasiado. Ahí mismo dentro del coche le desabroche la blusa que llevaba y comencé a chupar sus tetas. Y aunque no las tiene tan grandes, las tiene duras y super bien formadas.
Julieta me dijo que me quitara la camisa para no mancharla con su maquillaje, realmente me gusto que pensara en no meterme en problemas. Recline el asiento y Julieta me desabrocho el pantalón casi con desesperación y en cuanto me saco la verga ella misma hizo a un lado la tanga que llevaba y puso mi verga en su panocha.
Cuando le empezó a entrar mi verga sentí su cálida panochita aun apretada y cuando la tuvo toda a dentro comenzó a moverse sobre mi de forma deliciosa. Julieta me decía que tenia mucho tiempo deseando sentirme adentro de ella y que yo me había vuelto su fantasía. Para esos momentos yo estaba super cachondo disfrutando del delicioso cuerpo de Julieta y escuchando las cosas que me decía. Aunque yo no hablaba, ella parecía excitarse con lo que me decía y no la interrumpí dejándola llevar el control de esa cogida dentro del coche.
Cogimos en el coche por varios minutos hasta que no aguante mas y sentí que me venia, le pregunte a Julieta si se estaba cuidando y ella me respondió preguntando si me iba a venir. Cuando le dije que si, que ya casi me venia, ella me dijo “no te preocupes, quiero que te vengas adentro” y entonces deje salir mi leche dentro de la rica chamaquita.
Subimos a la habitación semi desnudos y una vez en la cama metí mi cara entre su hermoso par de piernas para chuparle su panochita. Era increíble, tenia mucho tiempo que no saboreaba una panocha como esa, aun apretada, rosadita y super jugosa. Yo recorría cada rincón a donde llegaba mi lengua mientras ella se retorcía y me decía que siguiera.
Mi verga no tardo nada en reaccionar y volver a estar lista, pero seguí disfrutando con mi boca de una nena tan rica. Poco después me puse sobre ella y mientras nos dábamos un beso mas, le metí la verga poco a poco. Una vez que le metí toda comencé a cogerme a Julieta mas duro y puse sus piernas en mis hombros para que le entrara toda.
Ella comenzó a gemir mas rico, me decía que le encantaba como me la cogía y que no queria que me detuviera. Estábamos cerca de la orilla de la piecera de la cama y se me ocurrió ponerme de pie y cargar a Julieta así como me la estaba cogiendo. Ella es pequeña y no me costo mucho trabajo, sin sacarle la verga me levante y la cargue aun con sus piernas en mis hombros. La dejaba caer con fuerza sobre mi verga una y otra vez.
Julieta me decía entre gemidos que nunca se la habían cogido así y que le encantaba. Era increíble disfrutar nuevamente de un cuerpo tan rico y pequeño como el de ella. Podía ver su hermoso rostro a unos centímetros de mi cara pero no podía besarla por el sube y baja que hacia mientras me la cogía.
Después de algunos minutos cogiéndome a Julieta así, me gire para sentarme en la cama con ella todavía ensartada en mi verga. Ella siguió con el trabajo y se daba ricos sentones sobre mi verga pero ahora ya nos podíamos besar y mientras estuvimos así no dejamos de hacerlo. Después de un rato mas cogiendo así, me volví a levantar pero ahora la lleve hasta una especie de barra que tienen en ese motel, la senté ahí sin sacarle mi verga y me la seguí cogiendo estando yo de pie y ella con las piernas bien abiertas.
Era toda una delicia verla sentada en esa barra con sus hermosas piernas completamente abiertas y mi verga entrando en su panocha. El agujero de su panochita rosada se quedaba abierto aunque apenas un par de centímetros pero suficientes para dejar ver como escurrían jugos de su interior. Así como estaba acomodada, yo podía sacar mi verga por completo y sin usar mis manos volver a metérsela hasta el fondo, cosa que hice en varias ocasiones.
Ella tenia sus manos y sus pies en la barra abriendo sus piernas mientras yo usaba su rica panochita una y otra vez. Ella sin decir una palabra comenzó a gemir mas duro y de su panocha salieron un par de chorros de liquido que empapo mi verga. Julieta tenia ligeras contracciones que yo podía notar y supe que se estaba viniendo.
Cuando estaba a medio orgasmo me dijo que le encantaba y que queria ser mi amante, que queria que le enseñara a hacer de todo. Yo en medio de mi excitación le decía que si, que ella seria mi amante y que la iba a enseñar a ser toda una puta en la cama. Julieta me pidió que se la metiera y no se la sacara y cuando lo hice me abrazo con fuerza y se soltó a llorar.
No recuerdo que alguna chica con la que cogiera ni de joven ni de mas viejo llorara al tener un orgasmo y Julieta lo hizo, lo que me causo una combinación de ternura y orgullo. A mis 42 años aun podía provocar un orgasmo intenso a una chica de 20 y eso es algo que te hace sentir bien.
Seguí cogiendo a Julieta por unos minutos mas sin que ella dejara de abrazarme hasta que finalmente me pude venir y lo hice dentro de ella. Era la segunda vez que me venia dentro de Julieta y estaba tan emocionado que no me preocupaba nada mas que disfrutar a tan sabrosa chamaca.
Los dos nos fuimos a tumbar a la cama y ella me dijo que era la mejor cogida de su vida, aunque a sus 20 años seguro que aun le falta mucho por vivir. Yo mas tranquilo le pregunte de nuevo si se estaba cuidando y me asusto un poco que me dijera que no, pero que no le molestaría embarazarse de mi. Fue cuando me dijo que siempre se había sentido atraída por mi y que desde que comenzó a convivir mas con nosotros durante la cuarentena se sentía enamorada de mi.
Saber que no se estaba cuidando, fue como agua fría para mi. Pues aunque ella es como una diosa por la que seguramente dejaría todo, como adulto razonas sobre la cantidad impresionante de problemas que algo así traería. Además, incluso dejando a mi familia por vivir una intentona con ella, seguramente con el tiempo lo que ella cree que es enamoramiento se acabaría. Yo no podía dejarme llevar por la emoción de que una chiquilla tan hermosa y joven como ella dijera eso y tenia que hacerla ver la realidad.
Cuando comencé a hablarle sobre los problemas que podríamos tener y que no podíamos permitir que saliera embarazada, me dijo con toda calma que ella lo sabia. Me aseguro que no queria causarme problemas pero que no queria que dejáramos de vernos y que ella sabría mantener todo en secreto. Que lo único que me pedía eran dos cosas. La primera que no le rompiera el corazón y le hablara siempre con la verdad por muy duro que fuera. La segunda, que si mas adelante me sentía igual de enamorado que ella, que por favor pensara en la posibilidad de hacer una vida con ella.
Julieta se ha convertido en mi amante, incluso ya se cuida para no embarazarse y es un poco difícil verla convivir con mi hija como amiga. Cuando están juntas no puedo evitar verla como a una niña. Juguetona, alegre, sin preocupaciones y coqueta, pero las miradas a escondidas que me lanza son de una mujer. Yo cada vez me alejo mas de la relación que tengo con una compañera de mi trabajo y es porque ya no me interesa usar mi tiempo libre con nadie que no sea Julieta.
Estoy consiente que tarde que temprano esto va a acabar y que a lo mejor me puedo meter en problemas no solo con la familia de ella, sino también con la mía. Mi hija no me perdonaría que ande con su mejor amiga y mi esposa mucho menos, pero la maldita calentura es cabrona y en realidad si siento mucho cariño por Julieta.
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