El secreto que comparto únicamente con mi perro
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Antes de iniciar mi historia quiero aclarar que no busco contactos, amistades, consejos, ni criticas, ni ninguna otra cosa mas que compartir anónimamente mi mayor secreto. No voy a escribir mi nombre real por obvias razones pero pueden decirme Karina, tengo 32 años, soy divorciada y tengo dos hijos, un varón de 15 y una mujercita de 13. Creo que he llevado una vida bastante ordinaria y al igual que para cualquier persona el sexo fue, ha sido y será algo indispensable en mi vida.
He disfrutado y sufrido de relaciones de todo tipo, me han engañado y yo también lo he hecho, pero finalmente somos humanos y hay deseos que no podemos controlar. Me embarace y me case muy joven con un hombre 14 años mayor que yo, pero estaba completamente enamorada y fui feliz por algún tiempo. Mi ex esposo es abogado y esta en la política, nunca nos ha faltado nada porque es muy responsable y da mas de lo que corresponde. También gracias a sus contactos tengo un buen trabajo que nos permite vivir bastante bien y con ciertas comodidades. Así que nunca me he visto en la necesidad de hacer o aceptar cosas que no quiero, hablando de todo incluyendo relacionarme con alguien.
Una vez que saben un poco sobre mi vamos al grano. Estoy escribiendo esto porque por años he tenido un pequeño secreto que nadie, absolutamente nadie sabe y con el tiempo una necesita desahogarlo.
Todo comenzó cuando era muy jovencita y estaba en la edad de descubrir mi sexualidad, también fue la edad en la que comencé a tener novios con los que aun no hacia nada sexual. No es que fuera una chamaca calenturienta, pero ocasionalmente me masturbaba para calmar mis ganas. Obviamente era a escondidas de mi familia y nunca se lo dije a nadie.
En una de esas ocasiones estaba el perro de mi hermana en mi recamara, era un pequeño maltés y mientras yo me frotaba mi vagina, el comenzó a lengüetearme. Al principio recuerdo que lo avente para que no me molestara pero volvió a subirse a la cama y no le hice caso, yo seguí en lo mío. No tardo mucho en volver a intentar lengüetear mi vagina y esa segunda vez lo deje hacerlo. El placer de sentir su lengua fue algo increíble, pero cuando termine me sentí sucia por haberlo permitido.
Esa fue mi primera interacción sexual con un perro, pero a esa edad yo ni lo comprendía ni lo queria, solo me había ganado la calentura del momento y no queria que volviera a pasar. Esa primera experiencia con un animal se quedo solo en una anécdota que nunca le contaría a nadie. Prácticamente la había olvidado y fue algo que de inicio no tenia ninguna importancia, además no creo que sea la única a la que alguna vez le paso algo similar.
Los años y muchas cosas pasaron, me embarace, me case, me divorcie y yo me seguía considerando una persona ordinaria. Nunca fui noviera, ni antes ni después de casada. Antes de casarme solo tuve dos novios y con ninguno tuve sexo y después de divorciarme he tenido 4 relaciones, en dos de ellas me engañaron y en una fui yo la que engaño. Aun así no me considero una mujer fácil y mucho menos una mujer caliente.
Pero regresando al tema, la segunda vez que algo paso con un animal, fue cuando ya estaba casada, mi esposo nos llevo a un viaje a Mazatlán y nos quedamos en el rancho de uno de sus amigos. En un paseo por el lugar acompañada de mis hijos y el encargado del rancho, un perro de los varios que tenían se me lanzo a una de mis piernas y comenzó a hacer como si me cogiera. El encargado de inmediato lo jalo y lo corrió del lugar donde estábamos. El señor estaba muy apenado y me pidió disculpas, francamente yo también sentí mucha pena aunque al momento me dio mas miedo que otra cosa.
El problema vino después, cuando por la noche y ya en la recamara que nos dieron a mi esposo y a mi, comenzamos a tener relaciones. Me di cuenta que algo no era normal en mi porque mientras mi esposo me estaba cogiendo, yo no podía quitarme de la cabeza lo que paso con el perro. Al principio no es que me excitara, mas bien era cómico sentir a mi esposo cogerme y yo solo podía pensar que se portaba como el perro. Obviamente no hice ningún comentario y lo deje seguir, pero conforme mi esposo me calentó mas y comencé a disfrutar su cogida, en mi mente seguía metida la idea de que me cogía como si fuera el perro.
Pasaron semanas o talvez meses desde que habíamos ido a Mazatlán cuando para el cumpleaños 5 de mi hijo, mi esposo queria regalarle un perro y aunque yo no estaba de acuerdo, finalmente se lo compro. Era un cachorro hermoso de la raza Samoyedo y lo bautizaron como Frozen porque parecía una bolita de nieve. Pero como era de esperar, mi hijo nunca lo cuido y yo era la que hacia todo lo que necesitaba el cachorro.
Para cuando tenia un año con nosotros Frozen era una perro hermoso, bien cuidado y juguetón. Me queria tanto que cuando discutía con mi esposo, Frozen se ponía a ladrarle para que me dejara en paz. En esa época fue cuando toda mi relación con mi marido termino después de el comenzara a salir con una de sus asistentes poco mas joven que yo. Me dolió mucho porque yo si lo amaba y lloraba muchas veces encerrada en la recamara o el baño y a veces Frozen era el único que me acompañaba y al que abrazaba mientras le contaba lo que sentía.
Nunca me había gustado que Frozen me lengüeteara la cara, pero cuando estaba llorando, lo dejaba porque era como me demostraba su cariño. Finalmente nos separamos y al poco tiempo nos divorciamos, fue cuando comencé a dejar a Frozen dormir en la recamara, era como tener un poco de compañía. Al principio no lo dejaba subirse a la cama porque me desagradaba el olor a perro, pero cuando estaba triste lo dejaba y lo abrazaba hasta quedarme dormida.
Yo comencé a trabajar con un político amigo de mi ex marido y llegaba cansada de trabajar, a veces ni siquiera tenia ánimos para darme un baño y me quedaba dormida con la ropa puesta. Una de esas noches que me quede dormida con el vestido que había usado durante el día, Frozen se subió a la cama y no queria que me llenara de pelos, me levante a cambiarme y me quede desnuda un momento en lo que buscaba algo para ponerme. Frozen metió su hocico entre mis piernas y me olfateaba, yo le dije que no lo hiciera y lo hice a un lado.
Cuando regrese a la cama Frozen se volvió a subir, pero el sueño se me había ido, mas que nada porque lo que hizo me recordó lo que había pasado cuando era jovencita con el perro de mi hermana. Me fui poniendo cachonda y comencé a masturbarme, aunque en realidad no fue porque quisiera que Frozen hiciera lo mismo, solo queria quitarme un poco las ganas. Me estaba masturbando al lado de Frozen y el comenzó a lengüetear mi cara. Le dije que no lo hiciera pero volví a hacerlo, termine por dejarlo y seguí masturbándome.
No se que me paso, pero cuando Frozen metió su lengua en mi boca un par de veces, me excito, me gusto sentir su enorme lengua rosando la mía y termine dejando que lo hiciera. Su aliento no era nada agradable y sus dientes chocaban con los míos pero yo estaba demasiado excitada pera que eso evitara que lo disfrutara. Lo perdí de vista por unos minutos pero después sentí que se volvió a subir a la cama y esta vez tenia la curiosidad de sentir mi vagina y acerco su hocico. Esta vez lo deje pero el daba vueltas como no sabiendo si debía a no hacerlo, supongo que pensó que nuevamente lo regañaría, pero en realidad estaba esperando sentir su lengua como lo había hecho el perro de mi hermana muchos años antes.
Di un par de palmadas en mi vagina mientras le decía que viniera y tímidamente puso de nuevo su hocico y comenzó a chuparme. La sensación de que un perro te lengüetee tu vagina es algo indescriptible y no se compara con nada. Sientes algo largo, húmedo, suave pero a la vez lo suficientemente duro para llegar a cada rincón y eso es delicioso. Tuve un orgasmo como no lo tenia desde hacia algún tiempo y me gusto sentirlo. Pero al terminar, tuve nuevamente esa sensación de haber hecho algo que no debía y me metí a bañar, al regresar a la cama saque a Frozen de mi recamara como si el hubiera hecho algo malo.
Por unos días no lo deje entrar a mi recamara y mis hijos que ya estaban acostumbrados a ver que el perro se durmiera conmigo me preguntaron ¿Por qué ya no lo dejaba entrar? Sentí un poco de pena porque sabia que estaba mintiendo pero les dije que porque no me dejaba dormir. Obvio no podía decirles que porque su mamá era una pervertida que se ponía cachonda con el perro.
Por esos días tuve una primera cita con un chico (no tan chico) que me invito a salir y me pidió formalmente ser su novia, acepte pero le pedí que no me pidiera hacer el amor hasta ver como iba la relación. Yo si tenia ganas de volver a sentirme deseada por un hombre, de volver a sentir el cuerpo de un hombre junto al mío, pero no queria equivocarme. Esa noche deje entrar de nuevo a Frozen a dormir conmigo.
Uno par de semanas después comencé a tener relaciones con el que ya era mi novio y por algún tiempo todo fue normal. Pero después de 7 meses de relación, me entere que el salía con otra chica y lo termine. Nuevamente me sentí lastimada, pues aunque no estaba todavía enamorada, queria que funcionara y estaba poniendo todo de mi parte. Frozen regreso a ser mi paño de lagrimas pues no tenia a quien mas recurrir para desahogarme.
Pueden pensar que estoy loca por platicarle mis problemas a un perro, pero es increíble como ellos saben cuando te sientes triste y tratan de consolarte. En una de esas noches que dormía con Frozen me sentía excitada, no por Frozen, simplemente andaba un poco cachonda, mientras dormía puse una de mis piernas sobre el mientras lo abrazaba. Estaba muy cansada para masturbarme pero creo que sentía rico sentir el cuerpo peludo de Frozen.
Comencé a moverme contra su cuerpo, aunque el realmente no hacia nada, pero yo si me fui excitando. Cuando sentí los primeros lengüetazos de Frozen en mi cara, ya no dude en disfrutarlos y deje que metiera su lengua en boca las veces que quisiera. Eso me puso super cachonda y me olvide del cansancio para masturbarme. Frozen seguía metiendo su lengua en mi boca y por primera vez yo me deje llevar y respondí. Yo abría mi boca y cuando sentía su lengua entrado a mi boca, yo sacaba la mía, era como besarme con el pero mas sabroso que hacerlo con un hombre.
En algún momento Frozen se levanto y se puso junto a mi pero sin dejar de lengüetear mi boca y por alguna razón, con una de mis manos agarre su verga aun metida en su funda. Nunca había tocado la verga de un perro y era raro sentir su bolsa cubierta de pelos y adentro se sentía un pene duro. Comencé a mover mi mano como si lo masturbara y salía de su bolsa una pequeña punta roja.
Para esos momentos Frozen ya no metía su lengua en mi boca, mas bien no sabia que hacer pero yo me seguía masturbando con una mano y con otra lo masturbaba a el. Poco a poco la pequeña punta roja fue saliendo de la bolsa y tenia una verga mas o menos del mismo tamaño que la de un hombre promedio, pero su forma era rara, puntiaguda y con muchas venas que no se veían hinchadas pero se veían. Por un momento me dio un poco de asco o mas bien nervios de como se veía, pero estaba tan cachonda que seguí pero sin mirársela.
Por algunos momentos Frozen lengüeteaba mi vagina y por otros mi boca, pero no era constante, era como si no entendiera que pasaba. Poco antes de que alcanzara a tener un orgasmo masturbándome y masturbando a Frozen, pensé que se estaba orinando en mi mano porque me sentí mojada y lo solté. Mire rápidamente y soltaba chorros enormes de liquido, pero era demasiado aguado para ser semen y no eran constantes como cuando orina, no sabia que era y lo deje de masturbar y yo misma deje de masturbarme. Mi cama estaba toda mojada por el liquido que le salía a Frozen y quite las sabanas antes de meterme a bañar.
Lo que paso me dio curiosidad y entre a buscar como eyaculan los perros, las primeras cosas que encontré me sacaron de la duda, pues leí que antes de eyacular sacan un liquido abundante en forma de chorros y supuse que eso era. Pero entre lo que encontré vi títulos como “Mujer embarazada folla con su perro” y no me resistí a entrar a ver. Lo primero que vi era la imagen de una mujer desnuda que efectivamente embarazada que estaba a cuatro patas y un perro estaba sobre ella, lo comencé a reproducir y me sorprendió que realmente se pudiera tener sexo con un perro y al parecer a ambos les gustaba.
Vi un par de videos mas pero la muchacha de la limpieza me llamo y cerré todo para ver que necesitaba. Ese día no había trabajado porque era sábado y por la noche volví a buscar la misma pagina y me di cuenta que el sexo con animales, es mas común de lo que imaginaba. A mi nunca me había atraído la pornografía pero lo que miraba era otra cosa, me gusto y me puse a ver los videos mas interesantes que encontré.
No pude evitar ponerme cachonda mirando a mujeres, algunas guapas otras no tanto disfrutar de tener sexo con sus perros y me comencé a masturbar. Estuve al rededor de 5 horas mirando esos videos y algo dentro de mi me hacia ver a Frozen de una forma extremadamente sexual. De plano me metí a la cama desnuda y llame a Frozen, me comencé a masturbar y yo buscaba sentir la lengua de Frozen entrando a mi boca. Al principio Frozen no me hacia mucho caso y se distraía con cualquier cosa pero poco después de nuevo se subió a la cama y comenzó a lengüetearme en la boca.
Nuevamente busque masturbarlo y después de un rato logre sacar gran parte de su pene y a diferencia de la ocasión anterior, ahora si estaba disfrutando de ver su pene excitado. Había visto en los videos como chicas chupan la verga de sus perros pero no me anime a hacerlo, de por si, nunca me había gustado hacer el sexo oral y no estaba lista para eso. Tampoco buscaba que Frozen me cogiera, únicamente queria disfrutar la lengua de Frozen por donde el quisiera meterla y al mismo tiempo darle a el un poco de placer.
Esta vez lo masturbe y no deje de hacerlo aunque nuevamente soltó los chorros de ese liquido y me empapo la mano. No paso nada mas, solo me masturbe hasta terminar disfrutando su lengua por todos lados y lo ayude a el, aunque tarda horrores. Por mas que lo masturbaba seguía y seguía saliendo liquido, yo esperaba que en algún momento dejara de salir, pero termine por dejar de masturbarlo.
Con el tiempo acepte que me gusta masturbarme con Frozen y lo disfruto mucho, me gusta masturbarlo, me gusta que me bese en la boca y sentir su lengua con la mía, me gusta sentir sus dientes chocando con los míos y me dejo de importar su mas aliento. Obviamente me gusta que el me lengüetee la vagina y he pasado momentos muy ricos con el durante los últimos 5 años y no voy a negar que he estado a punto de dejarme montar por el, pero no quiero llegar a tanto.
Sobre el sexo oral, hace un par de años andaba demasiado cachonda y me atreví a chupársela, pero no me gusto porque siempre esta escurriendo y su liquido no sabe bien, así que no lo he vuelto a hacer. Pero independientemente de si tengo una pareja o estoy soltera, mi gusto por masturbarme con Frozen continua y es mi secreto mas grande.
Después de tantas y tantas veces que he disfrutado a Frozen en mi cama mientras me masturbo, he aceptado que me gusta el sexo Interespecies o zoofilia, aunque no me gusta como se escucha y menos bestialismo. Esas dos palabras suenan a una persona pervertida que anda buscando animalitos para tener sexo sin importarle nada mas y no debería ser así, aunque se que también existe eso.
Prefiero pensar que el amor entre un humano y un animalito es posible e incluso disfrutar sexualmente con ellos. Es obvio que no se puede ser pareja de un perrito y no es un amor como el que se siente por una persona, pero finalmente es amor y seguro que mucho mas honesto que entre humanos. Yo misma le he dicho muchas veces a Frozen que si fuera hombre, seria el hombre perfecto y no lo dejaría escapar jaja.
Como dije al principio, NO busco consejos, que me critiquen, me juzguen y menos contactar a nadie, solo me nació escribir sobre eso y se muy bien que no soy la única que disfruta de su amigo como yo disfruto con Frozen. Pero entiendo el temor que da confesarlo y mas hablar sobre eso, pero seguro andan como yo por la calle, como personas ordinarias, con una vida sentimental, con una vida laboral, con una familia, con hermosos hijos, pero con un secreto como el mío. Solo espero que por ningún motivo los lastimen pues ellos no se lo merecen.
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