Cambie a mi esposa swinger, por una putiesposa más joven y puta
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Desde que recuerdo por ahí de mis tiempos de prepa, me excitaba saber que a mis chicas se las cogían otros hombres. A la mayoría de mis novias, las pude convencer de coger con mis amigos, por lo menos con alguno de ellos. Algunas lo hacían con gusto, mientras que a otras se les notaba que lo hacían solo para complacerme. El hacer tríos o simplemente verlas con otros, se volvió casi un requisito para que yo durara con una chica. Francamente, entre mas puta saliera mi chica, más me enculaba con ella.
Para cuando estaba cursando la carrera, ya tenía fama de que ponía a mis novias a coger con otros y algunas chicas antes de aceptar andar conmigo, me decían que no iban a hacer nada de eso. Pero con un poco de labor de convencimiento, la mayoría terminaba aceptando. A partir de ahí, podía darme cuenta, cual realmente lo disfrutaba y tenía el potencial de puta. Pero también cuál era demasiado mamona o no lo disfrutaba realmente. Se sorprenderían de que en mi experiencia, el 80% de las chicas termina aceptando coger con alguien más, solo hay que ser directo en el momento correcto.
Entonces conocí a Erika, una chica de otra facultad que, aunque al principio se había negado, al poco tiempo aceptó probar. La primera vez que cogió con uno de mis amigos, le hicimos un trio y fue de las más calientes. No tanto por lo que hacía, pues tenía sus límites, pero si en que, después de unas cuantas veces, siempre estaba dispuesta, con ganas y tenía orgasmos muy fácilmente. Además, era una chava guapísima, que tenía un cuerpo delicioso y un rostro que no imaginarías lo cachonda que podía ser. Era mi chica de ensueño, una cara bonita, un cuerpo perfecto, muy cachonda y con la iniciativa de coger con otros, siempre y cuando le gustaran.
Fuimos novios durante poco más de un año y poco antes de salir de la carrera, me case con ella. Erika aun estuvo un año más en su facultad antes de terminar su carrera, pero ya era mi esposa y me encantaba que anduviera cogiendo con algunos de sus compañeros. Fue la única que de momento me llamaba por teléfono para que la alcanzará en algún motel mientras estaba con alguno de sus ligues. Aunque casi siempre eran los mismos chicos que le gustaban.
Además, era bisexual y ocasionalmente, aunque no era tan frecuente, se nos unía alguna chica, amiga o desconocida. Realmente nos considerábamos swinger, ya que estábamos abiertos a diferentes experiencias sexuales, ya fuera con parejas, chicas pero en su mayoría chicos. Después de 4 años casados y ya con una hija, todo iba super bien. Prácticamente no teníamos problemas y cuando había, era por idioteces como querer ir a cenar a diferente lado o tener diferentes planes.
Entonces, por una amistad conocimos a una chica de nombre Heidi, que además de ser muy guapa, era muy coqueta conmigo y con Erika. Para ese entonces, Heidi apenas tenía 19 años, cuando yo tenía 27 y 25 Erika. Heidi es güerita, de 1.58, bien nalgona, de tetas ricas, pero poco menos que Erika. Como nos había gustado a los dos, conseguimos su teléfono y la invitamos a salir un par de veces. Para la segunda ocasión que la vimos y fuimos a un antro con ella, ya nos abrazaba y bailaba cachondo con nosotros. Esa misma noche salimos del antro directo a un motel a coger muy rico.
Fue un primer trio con Heidi muy delicioso y tanto Erika como yo, quedamos muy contentos de incluir a Heidi en nuestro pequeño círculo de amigos íntimos. De hecho, nunca había visto tan entusiasmada a Erika con otra chica, por lo regular, le gustaban, pero no se veía muy animada de volver a estar con ellas. En cambio, con Heidi, era otra cosa, la misma Erika me sugería que la invitáramos cada vez más seguido. Y la cosa fue más allá, cuando le sugerimos a Heidi invitar a otro amigo para hacer una mini orgia entre los cuatro y acepto encantada.
Durante un tiempo, Erika y Heidi se volvieron muy amigas, al grado de que ellas solas contactaban chicos, amigos de Erika para hacer tríos con ellos. Yo no me sentía celoso, ni hecho a un lado, la realidad es que cuando regresaban las dos me consentían mientras me platicaban. Incluso, varias veces me llamaban antes de que saliera de mi trabajo para que me les uniera en algún encuentro que tenían con algún hombre.
Pero no todo era perfecto, resulta que Erika siempre tuvo muchas reglas para todo lo que hacíamos con otras personas. Una básica, era que todos debían usar condón, que siempre era ella la que escogía al hombre, pareja o chica. Entre otras cosas, que yo no veía mal, pero que la hacían tener el control y la decisión de cualquier cosa que hiciéramos. La verdad, es que yo nunca decidí realmente con quien o quienes íbamos a interactuar, a excepción de algunos pocos amigos que le llegaban a gustar a Erika.
Dentro de lo cachonda que Erika era desde que éramos novios, había cosas que no estaban incluidas. Pues por mucho que Erika disfrutara de coger con otras personas, no era fácil que besara en la boca a alguien, debía ser un hombre o mujer que en verdad le gustara. No había dobles penetraciones de ningún tipo, a menos que en verdad el tipo le gustará mucho, podía ser doble vaginal. El sexo anal con otros hombres era inexistente y el sexo oral, con muchos debía ser con el condón puesto. Lo mismo era con los lugares, pues siempre debía ser en privado, en una habitación de algún hotel y obvio, no cualquier hotel. Ni siquiera aceptó nunca ir a club swinger, porque no queria relacionarse con cualquier persona. Consideraba que podría sentirse presionada en esos lugares, prefería que fuera con conocidos o maximo alguien de las redes sociales que le gustara y ella eligiera. Digamos que era un poco delicada en ese aspecto y estaba bien para mí.
Incluso con Heidi y la mucha confianza que le llegamos a tener, siempre y sin excepción, debía usar condón, pero como ya dije, yo lo entendía perfectamente. Pero después, comenzó a hacer lo mismo con Heidi, prácticamente era Erika la que le decía con quien coger y la cuidaba de que no hiciera lo que Erika consideraba tonterías. Pero Heidi era mucho más alocada, se dejaba llevar mucho más por lo que sentía y no era para nada mamona con nada.
Creo que ese control de Erika, ya no le gustaba tanto a Heidi y yo lo comence a notar. En los pocos momentos que estábamos solos, Heidi me llegó a decir que mi vieja era muy mamona y manipuladora. Pero no me podía explicar porque lo decía, porque siempre estaba cerca Erika. Yo podía suponer que cuando acompañaba a Erika a verse con sus amigos, también la controlaba de que hacer y cómo hacerlo, pero esos detalles no era algo que me platicaran. Pero ya en la cama, los tres nos acoplábamos muy bien, disfrutábamos mucho los tes juntos, siempre bajo las reglas de Erika. Aun así, parecía que lo que le molestaba a Heidi se le olvidaba y disfrutaba cogiendo con nosotros.
Una tarde mientras estaba en el trabajo, me llamo Heidi y me dijo que estaba en un motel cerca de donde trabajo con un amigo y que si quería acompañarlos. Le dije que por mi si, pero que no sabía si Erika iba querer estar con alguien que no conociera antes, al menos por foto. Pero Heidi me dijo que no le dijera, que no se lo tomara a mal, pero que solo quería que fuera yo. me dijo que lo mas seguro es que a erika no le gustaría su amigo y que mejor fuera yo solo. La verdad, me lo pensé un poco, porque no quería romper las reglas que tenía con Erika, pero sería interesante volver a hacer un trío como antes, sin que Erika estuviera presente.
Le di cualquier pretexto a Erika para llegar tarde y me fui a alcanzar a Heidi y su amigo al motel. Ella estaba con un tipo poco mayor que yo y bastante agradable. Me uní a ellos sin tanta platica y la pasamos muy rico sin preocuparnos por los condones. Heidi quiso que le hiciéramos una doble penetración como dios manda. Uno por el culo y el otro por la panocha en diferentes posiciones donde también cambiamos de agujero. Heidi nos ordeño a los dos super rico y eso que ella y su amigo ya habían estado cogiendo.
Ese día me tuve que ir antes que ellos porque ya era muy tarde y tenía un compromiso con Erika para ir a una cena. Pero me gusto despedirme de Heidi con un beso muy rico en la boca mientras ella me decía “Adiós mi amor”. Algo que, frente a Erika, seria motivo de un buen pleito y dejar a Heidi para siempre lejos de nosotros. La había pasado bien sabroso con Heidi y su amigo, fue como regresar a mis épocas de soltero y coger con alguna de las mas putas de aquella época.
En los días siguientes Heidi estuvo nuevamente con Erika y conmigo, pero yo tenía ganas de verla a solas. Solo que ya no quería volver a romper las reglas que tenía con Erika y preferí quedarme con las ganas. Pero en un descuido de Erika, Heidi me dijo que quería que nos volviéramos a ver y de preferencia a solas. Me dijo que me llamaría al día siguiente y cuando Erika regreso, nosotros disimulamos y nos portamos como siempre.
Al día siguiente quedamos de vernos y pase por Heidi para ir por primera vez solos a un motel. Fue muy rico poder disfrutar de ella sin que hubiera nadie más. Aunque había hecho muchas cosas con Heidi, el quitarse ojos de encima, se sentía muy, pero muy bien. Aunque creo que ambos queríamos platicar mas que coger a solas. Era la primera vez que estábamos completamente solos y sin la presión de que alguno se tuviera que ir.
Heidi me pregunto si no se antojaba hacer lo mismo que con Erika, pero con ella y sin tanta regla. Hablaba de no ponernos límites y dedicarnos solo a disfrutar juntos, de tener otro tipo de experiencias y fantasías. Francamente, aunque en su momento, para mi Erika había sido perfecta, con los años de casados, te das cuenta que, para verdaderamente disfrutar, se necesita más que solo una chica hermosa y cachonda. Heidi era eso más, no solo era guapísima, estaba muy buena y era cachonda, además estaba llena de fantasías y sin los límites de Erika.
Volvimos a coger, pero ahora Heidi me pedía que le dijera las fantasías que aún no podía cumplir con Erika, queria saber cuales eran mis fantasías más locas y sucias. También ella me decía sus fantasías y juramos hacer todo eso realidad ella y yo juntos. Heidi no se andaba por las ramas, desde el inicio me dijo que ella quería coger con todos, hombres mujeres, parejas o lo que fuera. Que a ella no le importaba el físico de nadie, porque no los quería para casarse. Pero, sobre todo, que quería experimentar absolutamente de todo, cualquier cosa, sin límites ni tabús. Ella solo quería disfrutar del sexo en todas sus formas, pero quería que fuera conmigo y con esas mismas palabras me lo decía.
Después de que me preguntó ¿Qué pensaba de ella y si estaba dispuesto a compartir todo eso con ella? Me dijo que desde que me conoció, se dio cuenta que era mucho más cachondo y pervertido que Erika, pero que me sentía muy limitado por ella. Era increíble para mí, que Heidi se diera cuenta de tanto, con solo estar en la cama con nosotros. No solo porque apenas tenía 19 años, sino también, porque no compartíamos otra cosa que la cama con Heidi y sin embargo, parecía que nos conocía perfectamente a Erika y a mí.
El caso es que comence a verme con Heidi todo el tiempo que podía, no solo estando solos, sino también haciendo locuras con otras personas, en su mayoría hombres. Literalmente Heidi era mi amante y era una Erika 2.0, Igual o mas guapa, mas joven y extremadamente más atrevida y caliente. Era como si la vida me hubiera querido premiar, mejorando en mucho lo que ya me había dado al conocer a Erika y yo no lo estaba desaprovechando.
Al mismo tiempo, Heidi seguía siendo la persona favorita de Erika, tanto para estar nosotros tres. Como para irse ellas solas con otras personas cuando yo no podía acompañarlas. Heidi y yo éramos extremadamente cuidadosos de que Erika no sospechara nada. Incluso cumplimos un año de nuestra primera vez con Heidi e hicimos un festejo privado, yéndonos unos días de vacaciones nosotros tres a Acapulco. Pero Heidi y yo, ya teníamos 8 meses de amantes, haciendo juntos todo eso que con Erika era imposible.
Pero el tiempo de amantes entre Heidi y yo, nos fue haciendo bajar la guardia, pues para nosotros era algo cotidiano al estar lejos de Erika, besarnos, acariciarnos y decirnos cosas muy sucias acompañadas de un “amor”. Poco tiempo después de nuestro viaje a Acapulco, Erika me dijo que no le había gustado como me hablaba Heidi. Erika decía que había escuchado que Heidi me había dicho “amor” mientras cogía con ella. Y que en otra ocasión ya había escuchado que Heidi decia que necesitaba sentir mi semen en su boca. Supongo que si había pasado, pero le dije a Erika que no tenía importancia y que, de ser cierto, debió haber sido el momento y nada más.
A partir de ahí, las cosas se fueron rompiendo y Erika ya no estaba interesada en que Heidi estuviera con nosotros. También su amistad claramente se fue diluyendo hasta que a Erika le molestaba incluso que le sugiriera que invitáramos a Heidi a cualquier cosa, sobre todo a la cama. Pero al mismo tiempo, mi relación con Heidi cada vez era más fuerte y pasábamos muchísimo tiempo juntos.
Erika había perdido interés en invitar a otras personas a la cama como antes, solo ocasionalmente aceptaba a alguno de sus hombres favoritos. Pero había descartado por completo a otras mujeres y en cuanto a parejas, solo que fuera alguna que en verdad le gustara a ella. Aunque siempre fue muy selectiva, ya en esos momentos solo quería que participáramos con un pequeño grupo de conocidos.
Mientras con Erika las cosas eran cada vez más frías, con Heidi era todo lo contrario. Con ella iba a los clubs swinger a los que Erika nunca quiso ir. Incluso ya habíamos ido a un cine porno y unas cabinas con hoyos de gloria, cosas que Erika nunca hubiera aceptado. Me la pasaba super bien con Heidi, pues ella disfrutaba el sexo sin importar con quien fuera. Todo era mas espontaneo, sin planear cada cosa y sin ponerse mamona por las personas o los lugares como si pasaba con Erika.
Para mí, era y sigue siendo extremadamente excitante ver a Heidi tan hermosa y sexy, cogiendo con algún viejo gordo o con un chamaco con facha de pandillero. Me excita ver como Heidi se besa con todos como si fueran amantes de años. Aunque casi siempre le pedimos a los hombres usar condón, ocasionalmente no hay condones cerca o simplemente el tipo le gusta a Heidi y a ella no le importa coger a pelo. Me encanta que disfrute el sexo anal, las dobles penetraciones y que se vengan en su boca. Cosas imposibles con alguien como Erika.
Aunque Heidi prefiere coger con hombres, de vez en cuando se nos antoja coger con una chica y contratamos alguna prostituta. Para Heidi, lo importante no es con quién, sino cómo es el sexo y eso me encanta de ella. Tan solo ir a unas cabinas donde ella se la chupo en su primera visita a 4 chicos desconocidos, fue algo de lo más excitante. Ya ni se diga en el cine porno, se la chupo y cogió con 9 hombres sin importarle su físico o su edad en nuestra primera visita.
A mi ya ni me importaba si Erika quería o no hacer algo con alguien, yo ya no le proponía nada y ocasionalmente era ella la que pedía hacer algo sexual con alguien. Yo me sentía mucho más entusiasmado de las cosas que hacía con Heidi. Pero era lógico que algún día, Erika se daría cuenta y que entonces yo tendría que decidir.
Aunque Erika no era de las tóxicas que revisan todo, un día se dio cuenta de unos mensajes de Heidi, aunque la tenia con otro nombre. De todas formas, supo desde que los vio que eran de Heidi y se armo todo un desmadre. Finalmente lo acepte y le pedí el divorcio a Erika y al principio estuvo de acuerdo y pensé que todo terminaría en paz. Yo me fui de la casa y poco después las cosas se complicaron con Erika. No quería darme el divorcio y me amenazaba con un montón de pendejadas, incluyendo que diría que yo la obligaba a acostarse con otros.
Al final el abogado de Erika fue más razonable y aunque me sacaron mas cosas de las que debería, terminamos divorciados. Yo comence a vivir con Heidi desde el primer día que me separe y no me arrepiento para nada. Estamos muy enamorados y en verdad disfrutamos de hacer todo tipo de cosas juntos. Heidi es mi putita, mi nueva esposa y la mujer que amo, ella es verdaderamente cachonda y adicta a todos los placeres sexuales.
Se que ya tenía una esposa guapa y de mente abierta, supongo que el sueño de muchos. Pero hay diferencia entre alguien tan exigente como Erika y una mujer de verdad, como Heidi, que no se limita. Heidi es incluso más guapa que Erika, pero, aunque no hubiera sido así, me enamore de su forma de ser y su forma de vivir su sexualidad. Dure con Erica casi 6 años de casados, con Heidi llevamos 5 viviendo juntos y 4 de casados, pero con Heidi me siento más libre y más feliz.
Ahora tengo dos hijos varones con Heidi, ella tiene 25 años y yo estoy por cumplir 34 años, pero seguimos siendo como adolescentes en el sexo. Somos fanáticos de los cines porno, a veces de las cabinas, pero ya no mucho de los clubs swinger. También estamos abiertos a todo y con quien sea siempre que no sean imprudentes con las cosas personales. Sin duda, nada se compara a que las cosas sólo pasen, sin preocuparse de reglas, sin ser tan clasistas o selectivos. Aunque Erika hasta la fecha no deja de insultar a Heidi cada vez que tiene oportunidad, diciendo que es una puta que se revuelca con cualquiera, que es una ignorante porque Heidi solo hizo unos semestres de la prepa o incluso diciendo que somos unos sidosos. Yo soy mucho más feliz con Heidi, no cambiaría nada de ella y de nuestra relación. Ambos sabemos que Erika se quedó dolida y por eso es tan grosera.
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Hola buenas noches mi nombre es rutilo y me exitan mucho los relatos que escriben me encanta saber como piensan las mujeres y eso me hace pajearme mucho todo el tiempo