Mi cuñadita de prepa chupaba mi mano con sabor a mi verga y me dijo que cogiéramos
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La cosa con mi cuñada Wendy, luego varios días de juegos pesados, se volvió cachonda cuando le daba a chupar mi mano después de agarrar mi verga. Al inicio, ella me pellizcaba las tetillas y yo respondía dándole una nalgada. El día que le regresé el pellizco en mis tetillas, pellizcando sus pezones y ella reacciono apretando mi verga con fuerza (obvio sobre la ropa), supe que Wendy quería algo más que solo juegos. Logico que era a escondidas de mi novia y sus papás, pero cada vez lo hacíamos en momentos más atrevidos. No dejaba de ser un juego, pero cada vez era más cerca de algo sexual. Wendy es la hermana menor de mi novia Jenny, con la que voy a cumplir 2 años y con permiso de sus papás desde hace poco más de un año. La verdad es que Jenny que tiene 19 años, es guapa y tiene buen cuerpo, pero Wendy seguro que, en un par de años, va a superar por mucho a su hermana, más o menos cuando salga de la prepa.
Cuando una vez Wendy me puso la mano en la cara y me pregunto, ¿a qué olía? pero como no me llego olor a nada y dije que no sabía. Wendy se comenzó a reír mucho y dijo que como era posible, que no reconociera el olor a panocha. Salió corriendo y me espere unos días para devolvérsela, de la misma forma. La diferencia, es que ella se lo imaginaba y cuando le dije que oliera mi mano, ella saco su lengua y me chupo toda la palma, de la forma más sexi que se imaginen. Inmediatamente después, dijo que sabía a mi verga y que estaba delicioso, luego de eso salió corriendo a su cuarto. A partir de ese día, el juego de molestarnos, paso a ser un juego sexual, pasando nuestras manos por la boca del otro, después de ponerle sabor a panocha o verga. Era muy cachondo que, en cualquier descuido de Jenny y sus papás, Wendy se metiera la mano entre las piernas y me metiera los dedos en la boca para que saboreara sus juguitos. Lo mismo, meter la mano en mi pantalón y poner mis dedos en su boca para ver como los chupaba, mientras decía, que sabia delicioso.
No paso mucho tiempo para que directamente nos agarráramos, tanto yo su panocha, como ella mi verga. Nos masturbábamos uno al otro por un minuto o menos y era emocionante. Hasta que ella me pregunto, si siempre nos íbamos solo a calentar o que si íbamos a coger algún día. Realmente Wendy me gustaba un chingo, más que su hermana, pero yo tengo 24 años y me la pensaba mucho que nos fueran a atrapar. Le dije algunas veces que un día que pudiéramos estar a solas, pero eso era extremadamente complicado a menos que nos fuéramos a un hotel. Las cosas llegaron al punto de que Wendy me sacara la verga y me diera unas rápidas mamadas de solo 3 o 4 chupadas, antes de cada uno hacerse pendejo por su lado. Igualmente, los besos entre nosotros comenzaron a ser frecuentes, incluso con Jenny o sus papas a pocos metros de nosotros. La emoción que nos daba el riesgo de que nos atraparan, junto con el hecho de que Wendy era una belleza, me tenían bien clavado con ella. Como dije, Wendy me gustaba mucho y claramente era mucho más caliente que Jenny, pero, aunque lo que hacíamos era suficiente para tener pedos, no quería broncas más graves.
Pero llego el día que Wendy me dijo directamente, que, si no íbamos a coger, que entonces dejáramos de jugar, porque pensaba que yo solo la calentaba y no quería nada con ella. Aunque le explique que no era eso y le di mis razones, ella dijo que no le importaba, si no cogíamos, ya no iba a dejar que la tocara. Después de que me dijo eso, paso una semana sin que nos tocáramos, incluso teniendo oportunidades, que antes no hubiéramos desaprovechado. Finalmente le dije que si quería que pasara por ella a su escuela y acordamos donde y a qué hora vernos. Pedí chance en el trabajo para salir un poco antes a mi hora de comida y pasé por Wendy cerca de su escuela. Verla con su uniforme, como muchas veces que la manosee en su casa, era muy cachondo, pero esa vez, me puso muy nervioso. Nos besamos cuando se subió al coche y lo primero que me pregunto, fue por su hermana, pues sabía que muchas veces me veía con Jenny para ir a comer juntos. Le dije que pretexto le había puesto, mientras arrancaba el coche y Wendy hizo el comentario, de que éramos unos pinches ojetes con Jenny, pero que le valía madres.
De camino al hotel, Wendy me saco la verga del pantalón y me la fue mamando mientras manejaba. Al entrar al hotel, que en realidad era un motel, le dije que se agachara, porque me daban nervios que la vieran con su uniforme. Entramos y Wendy subió a la habitación, mientras yo pagaba. Cuando entre, ella ya se había encuerado por completo y me recibió con un abrazo y un beso bien cachondo. Era impresionante el cuerpo tan rico que tiene, aunque Jenny, tampoco está nada mal, el cuerpo de Wendy es simplemente perfecto y mejor que el de su hermana. Solo le falta que las tetas le crezcan un poco más, pero como mencione al inicio, en un par de años, va a estar mucho mejor que Jenny. Me jalo hasta la cama, me dijo que me desnudara y me fui quitando la ropa, sin dejar de besarla. Cuando finalmente los dos estábamos encuerados, mi verga comenzó a rozar la suave panocha de Wendy y ella me dijo que, tenía tiempo que deseaba sentirme adentro de ella. Igualmente, le respondí que yo también lo deseaba, pero que tenía que entender, que me daba miedo meterme en problemas con sus papás, incluso más que con Jenny misma.
Wendy me beso mientras me decía que se la metiera y la acomode para que le entrara. En cuanto comenzó a entrar, pude sentir la enorme diferencia de meter la verga en una panocha, que, a pesar de lo húmeda, se sentía mucho más apretada que la de Jenny. Conforme comencé a empujársela con más fuerza y Wendy se excitaba, me dijo que nadie tenía porque saber lo que hacíamos ella y yo. Cuando el ritmo se hizo más intenso, me decía que le encantaba, que era riquísimo y que no quería que dejara de cogérmela. Para cuando llegamos a la parte más intensa de la cogida, Wendy me dijo mientras me abrazaba, que no importaba si me casaba con Jenny, que, por favor, la siguiera buscando para cogérmela. Para mí, eran solo las cosas que se dicen cuando estas cachondo, pues dudaba que todo eso, durara más allá de algunas veces y menos, si me llegaba a casar con Jenny. Aunque le respondía que sí, que siempre la buscaría para coger, estaba más concentrado en disfrutar de una morrita tan sabrosa como ella.
La realidad es que, no hicimos más posiciones que la del misionero y aunque duramos un buen rato cogiendo, no cambiamos posición, porque Wendy quería que nos mantuviéramos abrazados y besándonos todo el tiempo que estábamos cogiendo. No voy a decir que fue la mejor cogida de mi vida, porque realmente Jenny y otras chicas, habían sido mucho más calientes. Pero fue algo extremadamente tierno y romántico, a pesar de la situación, de estar siendo infiel a mi novia con su hermana. La cogida siguió entre besos y ligeras platicas, llegamos al punto más alto y aun que yo sabía que Wendy no debía estarse cuidando, al sentir que me venía, le pregunte si lo hacia adentro. Normalmente soy muy controlado, si es que debo sacar la verga antes de venirme y sabía perfectamente que debía venirme afuera de Wendy. Pero cuando ella me dijo abrazándome fuerte y enterrando sus uñas en mi espalda, que me viniera adentro, lo hice.
Me vacié por completo dentro de Wendy y fue hasta que terminé de venirme, que me cayó el veinte del riesgo que había de embarazarla, pero ya lo había hecho. Hice un leve intento de sacar mi verga de la panocha de Wendy, pero ella me abrazo muy fuerte y me dijo que no me saliera. Yo no podía ver su linda carita, por la forma en que me abraza y cuando finalmente separo un poco su cara de mi pecho, buscando otro beso más, me di cuenta que tenía lágrimas. Al ver eso, la acaricie de las mejillas y le pregunte si estaba bien, pero en lugar de responder, me dio un beso extremadamente suave. Wendy no hablaba cuando nos separamos del beso y aun sobre ella, le pregunte si se sentía mal por Jenny y que si se había arrepentido. Se sonrió y finalmente respondió que no, que no tenía nada que ver con su hermana, pero no me decía que tenía, solo dijo que no se arrepentía de nada.
Realmente yo no entendía porque lloraba, ni siquiera había sido algo tan cachondo o rudo, aunque si fue lo más tierno y romántico que había sentido en mucho tiempo. En mi mente pasaban muchas posibilidades, como que se arrepintió, pero no quería aceptarlo conmigo o incluso que estaba enamorada de mí. Nos quedamos como 5 minutos así, yo sobre ella, con mi cuerpo entre sus piernas, solo besándonos un poco, pero sin decir mucho. Wendy me pregunto si me había gustado y le dije la verdad, que mucho, que era una chica que siempre me había encantado. Luego me volvió a decir, que, por favor, no dejara de coger con ella nunca, ni siquiera si me casaba con Jenny y le dije que siempre que ella quisiera, podíamos estar juntos. Yo comencé a sentir ganas de orinar y quería echarme otro palo con Wendy antes de irnos, así que le dije que iba al baño. Hasta ese momento me quite de sobre ella y fui a mear, no note nada raro, hasta que estaba viendo mi verga mientras orinaba.
El tronco de mi verga se veía ligeramente rojo y al terminar de orinar, me pase papel por mi verga y el papel, estaba ligeramente rojo. Obviamente era sangre, pero no demasiada, ni tan rojo intenso, como cuando te coges a alguna morra reglando, apenas se coloreo el papel de un tono rojo pálido. Lo primero que pensé es que Wendy estaba reglando y no me dijo, pero luego pensé, en si era virgen, pues nunca le pregunté si ya había tenido relaciones antes. Sali del baño y Wendy extendió los brazos para que fuera a la cama con ella y mientras me acostaba a su lado le pregunte.
-“Wendy, ¿con cuántos batos has cogido?”.
Ella me respondió, -“Solo con uno, ¿por qué? ¿Lo hago muy mal?”.
Le dije, -“No, para nada, eres una delicia cogiendo. Es solo que, nunca hemos hablado de eso. ¿Fue hace mucho? ¿lo has hecho muchas veces con él?”.
Respondió, -“No, fue hace muy poco y solo lo he hecho una vez con él”.
Hasta aquí, pensé que, a lo mejor, había sido uno de sus compañeros, que a lo mejor la tenía más chica que yo por la diferencia de edad y que por la falta de más uso, yo había terminado de abrir su panochita. Creo que vio que me quede pensativo un segundo, porque luego me dijo mientras me daba un golpe en el pecho y me besaba.
-“¡Idiota! Mi primera vez fue ahorita, contigo y obvio, solo lo hemos hecho una vez”.
¡Madres! Sin saberlo, acababa de desquintar a mi linda cuñadita, pero en verdad, se ve como toda una mujer, sexi y cachonda. Nunca imagine que no había tenido sexo con nadie y menos después de lo que hacíamos en su casa. Realmente no sabía que pensar o que hacer, porque no solo había sido coger con ella y ya. Estaba el asunto de que, si Jenny o su familia supieran que yo fui el primero, podrían acusarme de aprovecharme de ella. Además, me había venido adentro de ella, si era virgen, seguramente no sabía cuáles eran sus días fértiles, si de por sí, pocas morras lo saben. Entonces le reclame, preguntándole ¿porque no me había dicho que era virgen? Le dije que, al menos hubiera hecho todo lo posible para que fuera algo mucho más especial. Wendy me dijo.
-“Fue especial para mí y no hacía falta que hicieras nada… ¿O qué querías? ¿poner música romántica y llenar el cuarto de flores?
Nos volvimos a besar y me pidió que me la cogiera de nuevo, así que me coloque nuevamente entre sus piernas y en medio de un beso, comencé a cogérmela. Esta vez fui mucho más suave, tratando de que al menos, esa segunda vez, se sintiera como algo más romántico que cachondo. Era rico sentir a Wendy abrazándome mientras la penetraba, al mismo tiempo que no dejábamos de besarnos. Poco a poco fuimos tomando un ritmo más intenso, pero no tanto como la primera vez. Wendy se dio cuenta que estaba siendo más suave que antes y me dijo,
-“¿Ahora tienes miedo de lastimarme? o ¿porque tan despacito? Te juro que no me vas a romper nada que no hayas roto hace un rato”.
Dándonos otro beso profundo y largo, comencé a darle cada vez más fuerte y podía sentir como ella se iba poniendo cada vez más cachonda. Es algo muy dulce, sentir una morrita nueva mientras la coges, porque al menos Wendy, me abrazaba con fuerza y enterraba sus uñas en mi espalda. No es como cuando tienen experiencia y no necesitan ni siquiera que estes tan pegado a su cuerpo, pues para Wendy, parecía necesario sentir mi cuerpo pegado al suyo. Ni siquiera me atreví a pedirle que se pusiera en otra posición, porque a lo mejor se perdería esa sensación de necesidad de ella. Cogimos por un buen rato, tratando de no venirme, cambiaba el ritmo de intenso a más suave, para controlarme y disfrutar más tiempo lo rico que se sentía el cuerpo de Wendy. Cuando me vine, lo hice nuevamente adentro de ella, consciente de que, de cualquier forma, pasara lo que pasara, ya antes me había venido.
Nos quedamos platicando un rato, sobre porque no había cogido aun con su novio y según ella, como también es virgen, no quería hacerlo por primera vez con alguien sin experiencia. También me dijo que yo le gustaba desde que me conoció, pero ya era novio de Jenny, aun así, no quería dejar de coger conmigo. Cuando le dije que debíamos estar seguros de que no se iba a embarazar, me ofrecí a conseguir unas pastillas del día siguiente. Un poco más tarde, salimos del motel, la lleve cerca de su casa y antes de bajarse, me dio las gracias junto con un beso muy rico. Le dije que yo era el agradecido, por ese regalo que me dio y que siempre que quisiera o necesitara algo, podía contar conmigo. Fue raro cuando esa misma tarde, llegue a su casa con Jenny y más tarde nos sentamos a cenar. La diferencia de otras muchas veces, es que finalmente ya habíamos cogido. Fue imposible evitar miradas cómplices entre Wendy y yo, mientras Jenny me abrazaba o me besaba e inconscientemente, yo trataba de evitar que lo hiciera frente a Wendy.
Pasaron unos días para que, en un momento a solas con Wendy, ella me agarrara la verga sobre el pantalón y me dijera al oído, que quería volver a escaparse conmigo. Acordamos vernos nuevamente en el mismo lugar y la misma hora, para ir de nuevo al hotel. Esa segunda vez, fui suave con ella todavía, pero la acomodé de perrito y después con ella montada sobre mí. Wendy aprendió muy rápido y dijo que le seguía gustando más, cuando yo estaba sobre ella, aunque su segunda opción fue de perrito. Ya para la tercera vez que nos fuimos al motel, deje de ser tan tierno y suave, pues a Wendy cada vez le estaba gustando más que se lo hiciera duro. Otra ventaja de una morra nueva como ella, es que aceptan aprender lo que sea. Jugamos a chuparnos todo el cuerpo, hicimos varios 69s, se tragó por primera vez mi semen, la nalgueé un poco e hicimos otras posiciones. Cada vez que nos veíamos, hacíamos cosas nuevas, porque Wendy decía que quería que le enseñara a hacer de todo. Cuando hacíamos algo nuevo, me preguntaba si ya lo había hecho así con su hermana y que si a ella le gustaba.
La verdad es que, Jenny es muy cachonda en el sentido de querer coger a cada rato y ponerse muy excitada mientras lo hacemos. Pero fuera de ponerse lencería, hacer algunas posiciones, dejar que me venga en su boca (sin tragárselo) o incluso masturbarnos, no hay mucho que le guste hacer. Aunque hemos probado diferentes cosas Jenny y yo, como amarrarla o meterle algunos dedos, no le termina de gustar y muchas veces, prefiere solo coger. Mientras que Wendy, ha ido agarrándole el gusto a varias cosas, no solo lo que ya he hecho con su hermana, sino también otras. Algunas de esas cosas, Jenny nunca ha querido hacer, como comerse mi semen con galletas, directamente de un condón o de algún lugar donde callo. A Jenny tampoco le gusta ni que le chupe el culo y mucho menos, ella a mí, mientras a Wendy la pone muy cachonda. Tambien estamos en camino a tener sexo anal, aunque Wendy no aguanta mucho, quiere acostumbrarse y ella misma me pide que lo intentemos. Mientras el culo de Jenny, es algo prohibido, incluso tocarlo con los dedos.
Todo eso y algunas otras cosas, me hacen ver que me equivoque de hermana, porque incluso, Wendy me gusta mucho más físicamente, pero no es fácil solo dejar a Jenny y comenzar algo con Wendy. Para empezar, porque Wendy es más morra y le falta mucho por vivir, así que lo más seguro es que en algún momento, se enfoque más en otros güeyes y deje de querer estar conmigo. No conozco muchas morras que se queden con el hombre que las desvirgó, pues tarde o temprano, quieren probar vergas diferentes y seguro que eso pasara con Wendy. Mientras con Jenny, ya tengo algo de tiempo, ya hemos hablado de juntarnos y después casarnos. Incluso, hemos hablado de cuantos hijos tenemos y de cómo viviremos, así que todo eso, complica las cosas. Eso sin mencionar, que, incluso dejando a Jenny, no podría salir con Wendy todavía y tendría que dejar pasar un tiempo, para tener una relación formal con ella. Aun así, no pienso dejar de coger con Wendy, mientras se pueda y ella quiera, pero sé que tarde o temprano, todo eso se va a acabar.
Actualmente, tengo casi 7 meses cogiendo con Wendy, mientras sigo de novio de Jenny, sin que nadie sospeche nada hasta ahora. Aunque seguimos besándonos y tocándonos a escondidas, cuando tenemos un momento a solas, ya no es tanto como antes, porque preferimos irnos a coger al hotel. Escribí mi historia, porque realmente me sorprendió como se dieron las cosas y la sorpresa que me llevé, cuando supe que Wendy era virgen, hasta después de coger con ella. Ahora sé que ella le hacía sexo oral a su novio, antes de hacérmelo a mí, aunque también se lo había hecho a un par de chicos antes. Pero según ella, no había llegado a coger con nadie, aunque si se calentaban desnudos ella y su actual novio, quien aún cree que es virgen. Francamente me dan un poco de celos, saber que anda todavia de novia con el mocoso ese, pero no me puedo quejar, porque yo sigo de novio de su hermana. Si no hubiera sido por la sangre que vi en mi verga y que le pregunte, quien sabe si le hubiera creído, porque era (y sigue siendo) muy cachonda cuando jugueteamos en su casa.
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