La descarada de mi empleada de limpieza, coge conmigo con su marido afuera de mi casa
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Yo sé que hay mujeres muy descaradas, pero algunas como mi empleada de limpieza, realmente están en otro nivel, al grado de no importarle coger conmigo, con su marido esperando afuera de mi casa. Me llamo Jordán, tengo 24 años, trabajo en una agencia de publicidad, tengo mi novia (a la que dejare fuera de esto lo más posible) y actualmente, vivo solo. Hace casi un año, unos vecinos me recomendaron a una muchacha que hace el aseo en varios departamentos de los edificios donde rento. Le pedí que fuera una vez a la semana, específicamente los sábados por la tarde, que es el único día que salgo temprano. Se me hizo justo que, por $400 pesos, hiciera en 3 horas cualquier cosa de quehacer, desde acomodar, limpiar, lavar un poco de ropa en la lavadora, hacer mandados y hasta deja hecho de comer para dos días.
Ella se llama Carolina, obvio le decimos Caro y es una chica casada, de 27 años, con 3 hijos y físicamente agradable, ósea que no es ningún adefesio. Tampoco es la gran cosa, refiriéndome a que no está super buena, ni super guapa, digamos que es promedio. Aunque llama mucho la atención por sus ojos, pues aun cuando es de piel apiñonada, tiene hermosos ojos como color miel. De tetas esta regular, aunque un poco colgadas y de culo, más o menos. Es chaparrita, debe medir por ahí del 1.50 y es ligeramente llenita, no lonjuda, ni llena de celulitis, simplemente no es flaca y con ligera pancita. Pero hay veces, que con cierta ropa con la que la he visto, se ve bastante decente de cuerpo.
Desde el primer sábado que estuvo en el depa, le di la confianza de decirme Jordán, que es mi nombre y de que tomara cualquier cosa de comer, si se le antojaba. Mientras hacia el quehacer, tuvimos una plática bastante casual, donde ella me pregunto de donde soy, de mi familia y poco después sobre mi novia. Ella por su parte, me platico de su esposo, de sus 3 hijos, de que no tiene estudios más que la primaria y cosas superficiales. Para la segunda semana que llego a trabajar, nuevamente platicamos, pero esta vez, sin yo preguntarle nada personal, me comenzó a platicar de su relación con su marido. De que es celoso, de que trabaja mucho y casi no está en su casa y cosas así. Pero me saco de onda, cuando me comento que, de sus tres hijos, solo está segura de que es papá del mayor, pues el segundo definitivamente no es del esposo y de la menor, que es su única hija mujer, no está segura por completo.
Era demasiada información muy privada, sin que yo hubiera preguntado, pero pensé que, a lo mejor, se estaba simplemente desahogando. Por seguir el hilo de la conversación, le pregunte, que ¿Entonces de quien eran? Caro sin dejar de lavar los trastes y sin voltear a verme, dijo que su segundo hijo, era del hermano mayor de su marido. De la más chica, no sabía si era de un vecino de por su casa o de su marido, pues por las fechas, podía ser cualquiera de los dos. Me agarro completamente en curva, no supe que responder, más que, hacerle el comentario, de que entonces, no era tan seriecita como se veía. Igualmente, sin dejar de lavar los trastes, me respondió que si era seria, que no era de las que andaba en fiestas, ni saliendo con amigas y que prácticamente, no iba a ningún lado sin que su esposo o sus hijos fuera con ella. pero que simplemente su marido se lo merecía y que ella le había dado la oportunidad de cambiar.
Yo no estaba entendiendo muy bien, su situación y aunque no era algo que me importara, le pregunte, que si la trataba mal o que si le era infiel. Caro, nuevamente sin dejar de hacer lo que estaba haciendo, me dijo, que nunca la ha maltratado, ni sabe de alguna vez que le fuera infiel. Pero que, desde novios, él, le prometió que siempre la tendría satisfecha sexualmente y que tenía mucho, que no lo hacía. ¡Haa, entiendo!, Pensé yo, imaginando que, a lo mejor, el esposo tendría algún problema de impotencia o algo así. Le pregunte, que si no habían ido a algún médico para resolver el problema. Su respuesta, me volvió a dejar sorprendido, pues dijo algo como, “¡Ja! ¿Y eso que va a resolver? Un doctor no le va a dar más tiempo libre… Su problema es que, llega tarde, cenamos, cogemos una sola vez y se duerme. Yo necesito mucho más que eso”. Mi respuesta casi automática, fue que, si no lo habían hablado y lo que me respondió, fue todavía más loco. Caro dijo, “Ya, varias veces le dije que necesitamos otro hombre que le ayudara durante el día, pero es muy cerrado y celoso, así que, solo se lo dije algunas veces y mejor los busqué sin decirle nada y ya no le volví a pedir permiso”.
Yo de verdad, en esos momentos, lo único que pensé fue que, ¿a quién se le ocurre pedirle permiso al marido para tener otro hombre? En realidad, había escuchado sobre los matrimonios abiertos, pero en la vida real, no conozco a nadie así. Ahora he leído algunas historias aquí y bueno, veo que no es algo tan poco común como pensé, pero sabiendo que es celoso, era obvio que no le daría permiso. El caso es que Caro cada vez me sorprendía más, no solo por lo que sabía qué hacía, sino también por la forma tan despreocupada de platicarlo. Un par de horas después de que se fue, vi a mi novia porque salimos esa noche y le platiqué todo lo que había hablado con Caro. Ella dijo que esa mujer estaba loca o que me lo decía porque a lo mejor quería algo conmigo. Obvio le asegure que para nada era eso, más bien si le faltaba un tornillo, pero, aun así, mi novia quería estar al siguiente sábado, para conocerla y asegurarse que no era de peligro.
El siguiente sábado, mi novia quiso que pasara por ella en cuanto salí del trabajo y nos quedamos en el departamento hasta que llego Caro. Todo fue de lo más normal, ambas se saludaron muy bien cuando las presente y aunque mi novia no menciono en ningún momento nada de lo que le había contado sobre Caro. Ella misma, se dio cuenta que Caro era muy abierta al platicar de su vida privada, pues sin ningún motivo, la misma Caro, le platico parte de lo que yo ya le había contado a mi novia. eso y el hecho de que no es una chica guapa, le dio tranquilidad a mi novia, pero ambos coincidimos, que realmente le falta un tornillo con todo y tuerca. El siguiente sábado de que se conocieron, estando a solas en el depa con Caro, me hizo el comentario de que mi novia era muy bonita y agradable. Pero comento, que no la descuidara, porque una mujer descuidada, siempre tiene con quien consolarse. Para mi pensé, que estaba loca y que “el león, siempre piensa que todos son de su condición”, pues mi novia no es como ella.
Un sábado, Caro llego unos minutos tarde y me platico que por poco no llega, pues se había visto con el hermano de su marido y como tenían meses de no verse, se quisieron desquitar. El tema de ese día, fue el cuñado y que, aunque era algo viejo, tenía más aguante y era más abierto a fantasías que su marido. ya casi antes de irse, me dijo que necesitaba pedirme un favor y pensé que sería dinero. Pero no, quería que le guardara un bolso, que llevaba dentro de otro bolso más grande que siempre lleva. Me explico que es que había sacado lencería y unos juguetes para usar con su cuñado, pero que su marido le llamo para pasar por ella a mi edificio y no quería arriesgarse a que su esposo lo revisara. Al inicio le dije que no, porque podía meterme en problemas si mi novia lo veía. Pero me dijo que lo podíamos dejar adentro de la lavadora, pues eso nunca lo usaba mi novia y termine aceptando.
Ella misma dejo su bolsa en la lavadora y se me olvido por completo, hasta que me acorde un par de días después y me entro curiosidad. Se que no es bueno revisar cosas ajenas, pero no me aguante, pues quería ver qué clase de juguetes usaba. Me imagine que sería lencería de esa barata y los clásicos consoladores que son poco más gruesos que un marcador. Fui a la lavadora y saqué la bolsa, abrí el cierre y lo primero que vi, fue lencería negra que no se veía nada corriente. También había unas zapatillas de tacon alto y unas pelotas negras que al principio no les vi forma. No pretendía tocar nada con la mano, pero encendí la linterna de mi celular y pude ver unas pelotas como de goma, poco más grandes que una pelota de pimpón. Al verlas bien, vi que era un juguete sexual, eran 4 bolas unidas por unas tiras del mismo material que las bolas. Mi curiosidad aumento y fui por unas pinzas para sacarlas con eso y me sorprendió que sin tomar en cuenta una cosa como agarradera, el juguete era tan largo como mi antebrazo.
Lo puse sobre el lavadero y eche otra ojeada, vi un dildo ya más normal en el fondo, de esos realistas, pero con tapa para pilas, solo que también era bastante grande, pero no lo saque. Volví a poner todo en su lugar y guardé la bolsa de nuevo en la lavadora. Ver lo que vi, me hizo pensar en cómo podía Caro usar esas cosas. Yo sabía que esas bolas eran para usar por el ano, pero eran muy grandes, incluso supuse que a lo mejor se las metía por la panocha. El caso es que antes de dormir, si me hice una chaqueta imaginando como lo usaba Caro, aunque después me sentí culpable de excitarme pensando en mi chacha. Trate de ya no pensar en eso y el sábado siguiente, Caro me llamo para avisarme que no podría ir, porque tenía un compromiso, pero si quería, el martes iba a limpiar al acabar los otros departamentos. Le dije que no era necesario, que podía ir hasta el siguiente sábado, pero dijo que me cobraría la mitad y estaría solo dos horas, por lo menos para que no se me juntara el desorden.
El martes ya casi a las 7 de la noche, llego Caro a hacer la limpieza, mientras la hacía, me pregunto si podía dejar sus cosas de nuevo hasta el siguiente sábado, porque su marido iba a ir por ella, por la hora en la que iba a acabar. Le dije que no había problema, que, de todas formas, nadie las tocaba y ella me pregunto si no había visto lo que tenía la bolsa. Me entro mucha pena, porque yo sabía que, si había estado de curioso, pero le dije que ¿cómo creía que iba a revisar sus cosas? Caro respondió que no había problema si lo hubiera hecho, porque a ella no le daba pena ese tipo de cosas. Luego me pregunto si quería ver sus cosas y le dije que no era necesario, pero ella dijo que no pasaba nada y para que supiera que no le estaba guardando drogas o algo asi. Fue directamente a la lavadora y comenzó a sacar sus cosas sobre la mesa, mientras decía que no me preocupara, que despues limpiaría de nuevo la mesa.
Saco la lencería mientras me decía quien se la había regalado, luego saco sus zapatillas, también explicando sobre otro hombre diferente que se las regalo. Lo mismo con los dos juguetes y no me aguante la curiosidad de preguntarle, si su marido no sabía que las tenía. Dijo que si, que incluso las usaba ocasionalmente con él, pues siempre que le regalaban algo, le decía que, lo había comprado ella para usarlo con él. El pobre del esposo hasta me dio lastima, de que creyera las mentiras de Caro, pero no dije nada. Luego le pregunte si solo tenía esos juguetes y me dijo que no, que tenía 14 consoladores de diferentes formas y tamaños, todos se los regalaron diferentes hombres. Pero también tenía mucha lencería y zapatos que le regalaban y todo creía su marido que ella lo compraba para usarlo con él.
Las cosas se pusieron calientes y algo incomodas, cuando Caro me pregunto si, ¿Yo usaba juguetes con mi novia? y cuando le dije que no, me respondió que no sabía de lo que nos estábamos perdiendo. Pero que se veía que mi novia no era de las que aceptara hacer fantasías y le respondí con la verdad. Mi novia es un poco “tradicional” por decirlo de alguna forma, pues aunque le gusta mucho coger, no es de hacer cosas tan novedosas. Luego Caro me pregunto si con alguna otra novia había usado juguetes como los suyos y le respondí que realmente no, la mayoría habían sido más o menos como mi actual novia. Caro entonces, dijo con un tomo medio en broma, que si algún día quería probar como se sentía usar sus juguetes, le dijera y ella podria enseñarme. La verdad es que la plática me había puesto un poco cachondo y le dije si lo decía en serio o era puro mamé. Sin dudar, caro dijo que era en serio, que ella era muy cachonda y siempre estaba dispuesta a pasarla rico con cualquier chico.
Creo que se dio cuenta que ya estaba cachondo, porque me pregunto, que si no me pegaba mi novia y cuando le dije que no tendría por qué enterarse de ese tipo de cosas, ella se acercó a mí. Dijo que, efectivamente, nadie tenía por enterarse de nada y mientras decía eso, puso su mano sobre mi short para acariciar mi verga por encima de la tela. Al ver que ella estiraba el cuello hacia mí, me agache para besarla y sin dejar de hacerlo, Caro metió su mano dentro de mi short para agarrar mi verga directamente. Cuando nos dejamos de besar, me pregunto si quería probar sus juguetes y le dije que sí. Echo todas sus cosas de nuevo en la bolsa y me jalo para que nos metiéramos a mi recamara, aventó la bolsa en la cama y me bajo el short por completo. Se puso de rodillas y comenzó a chuparme la verga, mientras al mismo tiempo ella se quitaba su ropa. Unos minutos despues, me pidió que me acostara y ella se montó sobre mis piernas para seguírmela chupando. Luego me pido que cruzara mis piernas, pero no entendí porque, hasta que se acomodó y comenzo a frotar su panocha contra mi rodilla que estaba por arriba. Podía sentir claramente como me estaba mojando la rodilla con sus flujos y eso se me hizo muy cachondo.
Luego, se fue haciendo para arriba chupando mi estómago y mi pecho. Justo cuando su panocha estaba a la altura de mi verga, comenzo a hacer unos movimientos, que hacían que su panocha se frotara por todo lo largo de mi verga y se sentía delicioso. Ella llegaba con sus chupadas hasta mi cuello y luego me besaba un poco antes de regresar a besar mi cuello y mi pecho. Estaba por decirle que ya me iba a poner un condón, cuando, sin usar sus manos, simplemente con sus movimientos frotando mi verga con su panocha, hizo que se le metiera. Nunca había visto que una chica hiciera eso, no sé qué tan común o fácil es que lo hagan, pero se sintió tan rico, que ya no dije nada del condón. Realmente los movimientos de Caro, eran de una mujer muy experta en dar placer y yo simplemente estaba acostado, disfrutando de cómo se movía. Incluso pensé que asi se iba a dar toda la cogida y por mí, estaba más que rico, pero entonces, me pregunto sin dejar de moverse, que si podía agarrar de mi crema y le dije que sí.
Ella sabía obviamente donde la guardo, juntos con mis lociones, se levantó y fue directamente a sacarla de mi cosed. Por un momento, pensé que la queria usar para lubricarse la panocha, aunque se sentía muy, pero muy mojada. Entonces, agarro su bolsa y saco las famosas bolas, las lleno de crema, se acostó de lado a mí, con su cabeza a la altura de mi verga y se la metió de nuevo a la boca. Yo no podía ver exactamente lo que estaba haciendo, pero podía imaginarme, que se las estaba metiendo. Cuando llevo sus dos manos al frente para agarrar mi verga y mis piernas, supe que ya las tenía adentro. Luego se volvió a montar sobre mí, pero esta vez, si uso su mano para ponerla en la entrada de su panocha. Hasta este punto, yo no podia ver si tenía o no las bolas metidas, pero cuando mi verga comenzo a entrarle, ¡Ha hijo e puta! Las pinches bolas si se sentían al otro lado de la piel de su panocha. Incluso, podia sentir en mi verga, la forma redondeada de las bolas, o al menos una, la podia sentir claramente. Era como si la presión que hacían desde el otro lado, me diera un masaje en la verga, aunque no eran de las que vibraran, ni nada asi, simplemente por la forma y tamaño.
Poco a poco, Caro se iba poniendo más y más cachonda, haciendo movimientos más rápidos y al mismo tiempo, dándome más placer. Pero creo que lo que más me excitaba, era ver la cara y escuchar los gemidos de Caro, al mismo tiempo que la sentía disfrutando a un nivel, en el que nunca he visto ni a mi novia, ni a otras chicas. Francamente, no queria venirme todavía, pero no pude aguantar, pues lo apretado de la panocha de Caro por las bolas en su culo y sus movimientos, hicieron que me viniera. No hubo esos momentos de relax despues de coger, donde abrazas a tu chica. Caro inmediatamente de que me vine, se levantó a ver su celular sin sacarse las bolas del culo todavía, pues había sonado un par de veces, mientras estábamos cogiendo. Dijo que era su esposo, avisándole que ya estaba esperándola abajo y ella, le marco para decirle con toda tranquilidad, “Hola gordo, tardo como 15 minutos… ok, te amo, bye”. Aventó el celular a la cama y se montó sobre mí y despues de un beso me dijo que esperaba que me hubiera gustado. Luego se volvió a levantar, para caminar al baño a sacarse las bolas del culo y lavarlas en el lavabo.
Después de vestirse y guardar nuevamente su bolsa con sus cosas en la lavadora, se despidió de mí y se fue a ver a su esposo, que la seguía esperando abajo. Francamente, me encanto la cogida con Caro, nunca había sentido algo similar con nadie, aunque reitero que Caro no sería una chica con la que saldría formalmente. No solo porque está casada, porque no tenga estudios o porque se dedique a la limpieza, es más porque obviamente nunca le será fiel a alguien y físicamente no me gusta mucho. Las siguientes semanas, volvimos a coger, aunque al inicio no fue cada sábado. Caro me hizo saber que podia contar con ella, siempre que tuviera ganas, incluso si no era sábado, pues por lo regular, estaba trabajando en cualquiera de los edificios de la unidad donde vivo. Con solo marcarle, siempre que sea durante el día, ella por lo regular, pasa a mi depa a echar pata, sin calentamiento, sin nada de preámbulos. Cuando terminamos de coger, nos damos un beso de despedía, ella simplemente se va, sin nada de pedos, sin preguntas, ni reclamos y eso esta chido. Aunque también muchas veces, la misma Caro me dice que anda caliente, cuando tiene ganas y pues, dejo lo que esté haciendo para darle unas cogidas.
Pero ¿porque digo que es demasiado descarada? Pues ha pasado de todo en casi un año, desde que me platique los detalles que hace con otros tipos, hasta que estemos cogiendo y le conteste la llamada a su marido. Pero ha pasado unas 6 o 7 veces, que su esposo necesita algo y estamos cogiendo. Caro le dice que suba a recoger lo que necesita, no dejamos de coger hasta que su esposo toca. Ella se pone solo lo justo para abrir la puerta, a veces solo su playera sin nada por debajo y asi le abre la puerta. Toda cariñosa le dice “gordo” o “amor”, le da sus besos al pobre buey con sabor a mi verga y si le pregunta porque anda descalza o vestida asi, ella le dice que estaba lavando el baño. Literalmente lo corre, con el pretexto de seguir trabajando y regresa a que sigamos cogiendo. Al inicio me ponía bien nervioso que Caro hiciera eso, pero ya me di cuenta que, o de verdad no se da cuenta su esposo, o le vale madres, aunque me da la impresión que es lo primero.
Me sorprende la sangre fría de Caro, no solo con su marido, sino también con mi novia, a la que saluda hasta con gusto cada que la ve. Yo nunca había sido infiel de esta manera y de ninguna a mi novia actual. Alguna vez anduve con dos chicas al mismo tiempo, pero ellas ni se conocían y mucho menos se veían. Pero Caro, puede haber cogido conmigo una hora antes de que vea a mi novia y la saluda como si nada y hasta hechan un poco de desmadre. A mi novia, Caro le parece una chica media locochona, tratando de sentirse más de nuestra edad, que, de la suya, pero le cae muy bien. No sé qué haría si algún día descubriera que me ando cogiendo a Caro y en algunas temporadas, hasta más veces que, de lo que me la cojo a ella. Pero es que Caro, a como yo lo veo e incluso ella misma lo ve, es solo para quitarse las ganas, para hacer las cosas que no haces con tu chica por respeto o por pena, pero nada más.
Actualmente, cojo con Caro al menos una vez a la semana, aunque no siempre los sábados, pero hay semanas que hasta 3 veces nos vemos en mi depa solo para coger. me termino encantando que lleve sus juguetes, porque sabe cómo usarlos en pareja y no siempre es metiéndoselos en el ano. También debo decir que me gusta mucho la facilidad con la que puedo tener sexo anal con ella, sin que pida lubricantes o que se lo haga despacio. Aunque al inicio, me daba un poco de tentación haber cogido a pelo con ella, se me fue pasando, pues cuando le pregunte si siempre cogía a pelo, ella me aseguro que no, solo con su cuñado, con el vecino que piensa que puede ser papa de su hija y conmigo. Así que espero que no me vaya a pegar nada, porque yo terminaría pegándoselo a mi novia y ese sería un mega pedo, pero en hasta ahora, en casi un año, ninguna bronca.
En todo este tiempo, lo único que no me gustó mucho, fue en una ocasión que llego a limpiar el dapa con su hija, porque su mamá no se la pudo cuidar como siempre. La nena tiene 6 años, ósea que ya se da cuenta de las cosas y Caro me beso y me acaricio la verga con su hija mirando la tele a menos de 2 metros. Yo le dije que nos iba a ver y la misma Caro sin despegarse de mí, le pregunto a su hija, “Amor ¿verdad que no le dices nada a papá de los novios de mamá?” La nena dijo inocentemente que, “No, porque se enoja” y siguió mirando la tele. Me llevo a la recamara y nos echamos un palo, más rápido de lo normal, pero igual de intenso. Todo, fue con su hija en la sala a unos pasos de nosotros y al irse, me beso en la boca, frente a su hija. No es que sea mamón, pero creo que no debería hacer sus cosas, frente a sus hijos, ya no por el marido, sino por los chamacos, que se dan cuenta de que su mamá le pone los cuernos a su papá.
Lo crean o no, asi están las cosas con Caro, que resulto buena amante, pero demasiado descarada. Dice que no cree que su marido la deje, aunque se llegara a enterar de algo de lo que hace. En parte por sus hijos a los que adora y en parte, porque el buey ahora ya está más viejo y gordo que cuando se casaron y Caro duda que se encuentre otra tan fácilmente. Pues, además, el pobre no gana tan bien como para pagar una pensión alimenticia y encima, tener a otra mujer. Creo que Caro se aprovecha de todo eso y por eso, parece que le vale madres si el marido se da cuenta de sus puterias. En el tiempo que la conozco, además del cuñado, se de al menos unos 5 o 6 hombres a los que ve, además de a mí. No los conozco, pero uno es señor casado de otro departamento que limpia, pero me platica que ha cogido con el señor, aun estando la esposa en la casa y eso la emociona. A lo mejor, como pensamos al principio mi novia y yo, en verdad le falta un tornillo o es demasiado confiada.
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