Mi compañera me chupa el culo en el trabajo antes de coger en la parte de atrás
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Después de trabajar 3 años en el turno nocturno de una pequeña farmacia de 24 horas y de que siempre me tocaran cajeras muy señoras o poco agraciadas, por fin me toco que contrataran a Paola, una chica de 23 años, cara bonita, muy buen cuerpo y a toda madre, lo único malo es que es casada.
Aunque me platicaba mucho sobre su esposo, no la veía como una esposa fiel. Se que no es bueno juzgar a las personas por la apariencia, pero era una chica que llegaba a trabajar en falditas cortas o ropa muy entallada, en lugar de usar ropa cómoda. Al menos yo si fuera su esposo no la dejaría salir así a trabajar en un turno nocturno y mas porque no nos exigen vestir de cierta forma, únicamente es obligatorio el uso de la bata.
Como al mes de que entro a trabajar, ya nos llevábamos muy pesado, yo le decía que me la quería coger y que se me antojaba chuparle su riquísimo culito y ella decía que no se me iba a hacer comerme ninguno de sus hoyitos. Pero el hecho de que se riera con mis amenazas de cogérmela, me decían que no le molestaba la idea.
Normalmente la gente llegaba a comprar hasta mas o menos las 2:00 am de ahí volvía a haber movimiento hasta las 6:00 am así que había mucho tiempo libre. En una de esas noches me pregunto que le haría si tuviera la oportunidad y le dije que para empezar le chuparía cada parte de su cuerpo hasta quedarme mucho rato en su culo y su panocha.
Paola parecía atenta y vi que se excitaba aunque no me lo decía, esa vez llevaba una faldita negra poco arriba de la rodilla. Ella estaba sentada en el banco de la caja, justo atrás del mostrador. Le dije que cerrara los ojos y con un dedo recorrí su muslo mientras le decía que imaginara que era mi lengua y ella se dejo y mi dedo subió hasta que toque su tanga, ella me quito la mano y me dijo, “ya cálmate que me estas poniendo cachonda”.
Esa era la señal que esperaba, estaba lista para ser infiel a su marido, le dije que todavía no terminaba y que se tenia que aguantar a escuchar el final y nuevamente cerro los ojos.
Esta vez no la acaricie con mi mano, comencé a besarle las rodillas y no dijo nada, fui subiendo los besos por sus piernas alternando entre una y otra. Paola suavemente abrió sus piernas y me dejo llegar con mis besos a su tanga.
Al llegar a su tanga justo entre sus piernas, di una aspiración profunda, olía a una combinación de jabón con el olor de su panochita y le dije que olía delicioso. Ella abrió los ojos y me dijo mientras me miraba, “aprovecha porque va a ser la única vez que deje que lo hagas”.
No me tuvo que decir dos veces, abrí sus piernas mientras aun estaba sentada en el banco, con una mano hice a un lado su tanga y le comencé a chupar su panocha. La verdad es que al estar sentada era difícil llegar hasta donde yo quería chuparle, básicamente alcanzaba a chupar sus recortados pelos y estirando la lengua su clítoris.
Se me ocurrió pedirle que se sentara empujando el culo a la orilla del banco y se levantara su falda, ella lo hizo y recostó su cara sobre sus brazos recargados en el mostrador junto a la caja.
Era una vista riquísima, su culo redondo entangado se veía delicioso, me acomode de rodillas atrás de ella y abrí sus nalgas con mis manos, clave mi cara en su culo y ahora si, podía chupar su ano y hasta su panocha, pues estaba sentada sobre sus muslos y todo su culo salía del banco.
Entre mas le chupaba el culo y su panochita, ella mas cachonda se escuchaba, me decía cosas como, “Que rico, nunca me habían hecho eso, por lo menos no así… no mames! que rico se siente”.
No se que tiempo dure chupando así su culito, pero ya me dolía la lengua y a ella le escurría la panocha. literal cada que pasaba mi lengua entre sus labios vaginales, me traía un hilo largo de sus líquidos, era delicioso.
Yo ya me había sacado la verga para masturbarme mientras le chupaba su culo, entonces me puse de pie y quede atrás de ella. Puse mi verga en su panochita así como estaba acomodada y se la deje ir de un solo golpe.
Paola solo dio un gemido cuando se la deje ir, pero no se movió de como estaba, comencé a cogérmela tan duro como podía. Los empujones que le daba hacían que ella chocara con el mostrador y tuve que alejar un poco el banco pero no deje que se moviera.
Por suerte nadie nos interrumpió, pero desde donde me la estaba cogiendo se veía la calle y como pasaban algunos coches frente a la farmacia, fue super excitante y ella me dejo cogérmela así hasta que me vine adentro.
Cuando termine, ella me dijo, “ya ni chingas, me pusiste bien cachonda y me vas a acostumbrar… a ver que haces cuando tengamos clientes y no se pueda”.
Eso lejos de ser un reclamo, era como la petición de que quería que lo hiciéramos todos los días y esa mismo noche volvimos a coger pero en la parte de atrás y otra vez me vine dentro de ella.
A la noche siguiente, Paola me chupo la verga en el mostrador, fue como invertir papeles, pues yo me senté en el banco y ella me saco la verga para chupármela de rodillas, el mostrador evitaba que alguien desde afuera viera lo que me hacia.
Al principio me la chupo de frente a mi, pero después me dijo, “ahora te toca a ti… ponte como me hiciste ponerme”. Eso no me lo esperaba, yo me baje el pantalón y me senté sobre mis muslos dejando mi verga y el culo fuera del banco. la cabrona de la Paola me chupaba la verga pero después me comenzó a chupar el culo como yo le hice el día anterior.
Nunca me habían chupado el culo y la verdad me puso super cachondo, la verga la sentía a punto de reventar, la boca y la lengua de Paola iban desde mi verga, pasaban por mis bolas y terminaban en mi culo.
Ya no aguante mas y me vine soltando me leche hacia el piso, ella se dio cuenta y se metió mi verga en su boca pero ya había salido casi toda mi leche.
Esperamos a que se hiciera un poco mas de madrugada y nos volvimos a ir a la parte de atrás a coger, aprovechamos que hay muchas cajas y ahí pusimos unas en el piso para estar mas cómodos y no ensuciar la ropa.
Los días siguientes fueron igual y hasta mejor, las chupadas de culo entre los dos se volvió como una rutina antes de irnos a coger a la parte de atrás y cada vez cogíamos mas veces, llegamos a coger 3 veces seguidas en la misma noche y Paola nunca decía que no. También Paola todas las noches usaba faldas, dejo de llevar pantalones, para que nos fuera mas fácil.
A mi me tenia sorprendido que a Paola le gustara chupar mi culo, aunque decía que nunca le había chupado el culo a nadie, ni a su marido, pero conmigo lo hacia casi todos los días y yo igual le chupaba su culito. Esa era la forma de entrar en calor de nosotros dos.
Paola trabajo poco mas de un año en la farmacia, solo el día de descanso no cogíamos y nunca nos cacharon, aunque algunas veces llegaba algún cliente que nos interrumpía, pero lo atendía alguno de los dos y regresábamos a coger.
Pero un día Paola me dijo que iba a dejar el trabajo porque su esposo tenia planes de abrir un negocio y quería que ella estuviera ahí con el, la verdad me puse triste, ya no solo era el sexo con Paola, me gustaba mucho y francamente ya estaba enamorado de ella.
Pero yo también soy casado y en esa época mi chavito tenia apenas 2 años, no podía salir con una chingadera por mucho que me gustara Paola y supongo que ella estaba igual con su esposo, también tenían un niño solo que de 4 años.
Quedamos de seguir viéndonos de vez en cuando y al principio nos veíamos una o dos veces al mes, pero poco a poco nos dejamos de ver y con la cuarentena ya no nos volvimos a ver.
La extraño mucho y por eso escribo esta historia, pues aunque a mi esposa la quiero mucho, no siento ni la mitad de lo que sentía con Paola en ningún aspecto.
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